Energía solar espacial: la próxima década habrá placas fotovoltaicas en el espacio


China anuncia su primera planta solar en el espacio en 2028. Reino Unido la promete en 2035, y EE.UU. también trabaja en un proyecto
El objetivo es disponer de "energía terrestre sin que se vea afectada por el clima o la hora: la energía solar podría estar disponible continuamente"
Si estos proyectos salen adelante, pueden suponer un "cambio radical en la forma en que el mundo accede a energía limpia y segura para las generaciones venideras"
¿Se imaginan una central de energía solar en el espacio? ¿Recoger la energía del Sol a miles de kilómetros de nuestro planeta y enviarla a la Tierra? Pues hay personas que llevan años imaginándolo. Y no sólo eso. Tratando de hacerlo realidad. Hoy hablamos de ello porque quienes lideran los proyectos más avanzados en este campo aseguran que ya es viable, tecnológica y económicamente. Tanto, que les ponen fecha.
China ha anunciado que tendrá su primera planta solar en el espacio en 2028. Reino Unido la anuncia para 2035. Estados Unidos no pone fecha, pero el Pentágono también está trabajando en ello. No es ciencia ficción, por tanto, aunque a priori suene a ello. De hecho, la idea se planteó por primera vez en ‘Reason’, un relato de ciencia ficción publicado por Isaac Asimov en 1941. Ochenta años después, la ciencia ficción puede convertirse en ciencia. A secas.
La energía solar ya se usa para alimentar satélites, y también en la Estación Espacial Internacional. Pero no hablamos de eso. Hablamos de estaciones solares independientes, puestas en órbita solo para esto. Y contarían con una gran ventaja, sobre las terrestres: podrían generar energía de forma constante -24 horas al día, siete días a la semana- sin depender de si es de día o de noche, o de si hay más o menos nubes en el cielo, como ocurre en las plantas solares que hay en la Tierra.
China: un megavatio en 2028, gigavatios en 2050
China lleva diez años trabajando en esto. En su día anunció que pondría una planta solar en el espacio en 2030. Ahora, ha acortado los plazos y lo anuncia para 2028, según informa el South China Morning Post. Su proyecto utiliza paneles fotovoltaicos para capturar la energía solar y la dispara mediante rayos láser a una estación en la Tierra de forma constante. Esos rayos láser se transforman después en electricidad, que se distribuye a la red.
El proyecto es pieza clave del plan energético chino para cumplir sus compromisos climáticos: reducir a cero las emisiones de carbono en 2060 y garantizar, a la vez, el suministro de energía limpia y sin un coste muy elevado. Primero lanzarán una planta experimental, de sólo un megavatio, en 2028. Si todo va bien, irían escalando el proyecto hasta contar con una central mucho más grande, capaz de producir gigavatios a escala comercial, en 2050.
Para todo ello, China ha construido ya la estación espacial de energía solar de Bishan, en la ciudad de Chongqing, en el suroeste del país. John C. Mankins, ex físico de la NASA conocido por sus investigaciones, precisamente, sobre la energía solar en el espacio, da crédito al plan chino. Y, en declaraciones a la CNBC, advierte de lo que puede suponer.
“Hace diez años, los chinos comenzaron a trabajar seriamente en esto, y hace unos cinco años comenzaron a asistir a reuniones internacionales. Ahora, hablan abiertamente sobre ello. Y no es postureo, es un plan real de organizaciones serias con científicos que son venerados en China. Tienen un plan técnico muy bueno y pueden hacerlo real en 2030”.
El plan chino genera dos preocupaciones: los riesgos de la radiación, al enviar la energía a la Tierra, y la posibilidad de que los rayos fallen desde el espacio. Pero genera también preocupación en Estados Unidos, porque podría convertirse en un arma geopolítica en manos de China, para 2050. “Si puedes rebajar radicalmente el coste de la energía solar en el espacio, puedes asegurarte la mayor parte del mercado energético mundial”, advierte en la CNBC Mark Hopkins, miembro de la junta directiva de la Sociedad Espacial Estadounidense.
Estados Unidos: abandono de la NASA, el Pentágono recupera la idea
La NASA había empezado a desarrollar planes similares a los chinos hace ya veinte años, pero los acabó abandonando, por su complejidad y el elevado coste de las infraestructuras necesarias. El Pentágono recuperó los planes, y el año pasado anunció que habían probado con éxito unos paneles solares capaces de mandar energía desde el espacio a cualquier punto del planeta en solo segundos.
En este caso, su tecnología utiliza microondas para transmitir la energía. Enviarán una señal desde una antena en el lugar de destino, en la Tierra, y así sabrán dónde enviar las microondas sin peligro de que lleguen a un objetivo equivocado.
El ejército estadounidense ha recibido 178 millones de dólares para explorar la energía solar basada en el espacio. Porque para ellos, además, podría resolver grandes problemas logísticos, como el suministro de energía a puestos militares en lugares remotos, como Afganistán, donde llevar combustible a una base significa conducir un camión cargado de gasolina inflamable a través de territorio hostil durante cientos de kilómetros.
El Pentágono es quien lidera las investigaciones en EE.UU., pero hay más proyectos en marcha en ese país. Como el de Caltech (Instituto de Tecnología de California), que prevé el lanzamiento del primer prototipo de prueba a principios de 2023. Hace ahora un año, anunciaban que habían recibido 100 millones de dólares para financiar su proyecto.
Caltech lo explica así: "La recogida de energía solar en el espacio y la transmisión de la energía de forma inhalámbrica a la Tierra a través de microondas permite la disponibilidad de energía terrestre sin que se vea afectada por el clima o la hora del día. La energía solar podría estar disponible continuamente en cualquier lugar de la Tierra”.
Reino Unido: objetivo 2035
Reino Unido también quiere generar energía solar en el espacio, y asegura que puede hacerlo para 2035. Para que se hagan una idea de la magnitud de su proyecto, detrás están 50 organizaciones tecnológicas británicas, algunas de la talla de Airbus, la Universidad de Cambridge y el fabricante de satélites SSTL.
Según cuenta el canal internacional WION, el presidente de la iniciativa, Martin Soltau, han diseñado un plan de desarrollo de 12 años. El objetivo es tener una planta solar en órbita, dirigida por robots, que pueda emitir gigavatios desde el espacio hacia la Tierra en el año 2035. ¿Cómo? A través de microondas. Estaría situada a 36.000 kilómetros de nuestro planeta.
La empresa de ingeniería británica International Electric Company ha diseñado ya el satélite de energía solar CASIOPeiA, una especie de central eléctrica en órbita, que presentan como un “sistema renovable y libre de carbono, que podría aumentar y eventualmente reemplazar las centrales eléctricas terrestres tradicionales”. Soltau advierte que todo esto podría ayudar al Reino Unido a lograr su objetivo de cero emisiones de gases de efecto invernadero para 2050, a un coste menor que las tecnologías existentes.
Pero no sólo al Reino Unido. Si todos estos proyectos salen adelante, podrían ser clave en la descarbonización del planeta. “CASSIOPeiA tiene el potencial de ser no sólo el próximo gran paso en energías renovables, sino también un cambio radical en la forma en que el mundo accede a energía limpia y segura para las generaciones venideras”.