Investigadores malagueños diseñan una aplicación que permite controlar dispositivos de domótica con la mente

Está pensada para personas que sufren ELA o enfermedades neurodegenerativas con el llamado 'síndrome del cautiverio'
Conecta la actividad cerebral con una computadora y permite controlar las luces, la televisión y demás electrodomésticos de la casa
La 'app', que está en desarrollo, podría tener un precio de mil euros
Investigadores de la Universidad de Málaga (UMA) han creado una aplicación que conecta la actividad cerebral con una computadora, que permite dar órdenes para controlar dispositivos domóticos como luces, televisión, música o servicios de manera instantánea.
El sistema está dirigido a personas que padecen síndrome de cautiverio, una dolencia que impide moverse y hablar y que está asociada a otras enfermedades neurodegenerativas como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), según ha informado este martes la Fundación Descubre en un comunicado.
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En primer lugar se presentan una serie de opciones en una pantalla a la persona, que fija su atención en la acción deseada, y el ordenador es capaz de transformar en comandos de voz las órdenes recibidas.
Esta información se envía a un asistente virtual, como 'Ok Google', que la ejecuta en un sistema domótico.
Traduce pensamientos en órdenes de voz
Una interfaz cerebro-computadora (BCI) es una tecnología que establece un canal de comunicación entre un usuario y ciertos dispositivos en el entorno a través de las señales cerebrales, mientras que los sistemas domóticos y los asistentes virtuales basados en voz están ampliamente implantados en los hogares.
Sin embargo, poner en conexión ambas plataformas es aún hoy día un desafío para los investigadores. El objetivo es que una persona pueda "pensar", por ejemplo, en encender la luz y que incluso pueda seleccionar la intensidad o el color con que lo haga.
El objetivo es que una persona pueda "pensar", por ejemplo, en encender la luz y que incluso pueda seleccionar la intensidad o el color con que lo haga.
En un artículo publicado en la revista Neurocomputing, los expertos desarrollan un sistema capaz de conectar un BCI con dispositivos adaptados para operar con comandos de voz.
Un precio de mil euros
En concreto, han validado su uso en un televisor, un aire acondicionado, una bombilla inteligente, un enchufe inteligente y las aplicaciones de mensajería instantánea y reproducción de música.
"Hemos demostrado con éxito el uso de un sistema BCI para el control domótico que es flexible y puede adaptarse potencialmente a las necesidades de un usuario", ha indicado el profesor de la Universidad de Málaga Francisco Velasco, autor del artículo.
Los sistemas BCI consisten en un dispositivo que se coloca en la cabeza del individuo con unos conectores que analizan la actividad electroencefalográfica. Al mismo tiempo, se presentan una serie de opciones en una pantalla que van parpadeando, y la selección se realiza directamente en función de la elección por el pensamiento. A continuación, la interfaz genera un comando de voz que es interpretado por el asistente virtual.
Parpadeos y ondas cerebrales
Así, si por ejemplo se quiere encender una luz, la pantalla muestra las distintas opciones del sistema parpadeando y la persona selecciona la acción deseada fijando su atención en la opción ‘Encender’ la bombilla. Los conectores cerebrales entienden la actividad ‘Encendido’ y emite la orden al asistente: ‘Ok google. Enciende la luz’, que capta la voz y envía por wifi el comando a la bombilla inteligente y se activa.
La validación del sistema ha contado con un grupo de doce personas sanas y tres voluntarios con esclerosis lateral amiotrófica pertenecientes a la Asociación ELA Andalucía.
Los expertos, que continúan mejorando la aplicación tanto a nivel de software como en hardware, han logrado dispositivos más asequibles para los usuarios, que llegan a rondar los mil euros, mucho más económicos que otros para BCI. El sistema es configurable y personalizable sin necesidad de conocimientos técnicos previos, ya que se ofrece mediante un menú al alcance tanto de pacientes como de sus cuidadores.
Los investigadores quieren abordar en un futuro la sensación de los pacientes con el uso diario y a largo plazo, lo que permitiría probar el sistema en un entorno más cercano a la realidad que viven y desarrollar dispositivos portátiles de bajo costo que permitan su implantación masiva