"Una bofetada a la OMS": varios científicos defienden en The Lancet la importancia del contagio por aerosoles
Científicos de EE.UU., Reino Unido y Canadá publican un artículo en The Lancet para alertar del contagio de la covid por aerosoles: "Es la vía dominante"
Aportan diez evidencias científicas de que la transmisión aérea es la vía principal de propagación del SARS-CoV-2
José Luis Jiménez, uno de los firmantes, advierte de que esta publicación es "una bofetada a la OMS", que se resiste a aceptarlo
Llevamos más de un año de pandemia, pero hay cuestiones que todavía sigue siendo necesario aclarar. El contagio de la covid a través de aerosoles, aunque para muchos resulte sorprendente, es una de ellas. Sorprende, porque son centenares los científicos que llevan meses levantando la voz para explicarlo y para apremiar a la OMS a que lo diga también alto y claro, incluyéndolo como vía principal de contagio en sus recomendaciones sobre esta enfermedad.
“Urgente que la OMS rectifique"
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Ahora, seis prestigiosos investigadores de varias universidades de EE.UU., Reino Unido y Canadá publican un artículo en la revista The Lancet sintetizando los motivos científicos que avalan la importancia de este modo de transmisión. Su título: "Diez razones científicas que apoyan la transmisión aérea de COVID-19".
Según uno de sus firmantes, el profesor de la Universidad de Colorado José Luis Jiménez, esta publicación es “una bofetada a la OMS, cuya estrechez de miras y resistencia a aceptar la evidencia abrumadora de transmisión aérea está causando mayores contagios y dificultando el control de la pandemia. Es urgente que la OMS rectifique”.
Diez pruebas de que la vía aérea es "la dominante"
La idea de esta carta parte de que los firmantes consideran que "la revisión encargada por la OMS sobre la transmisión del SARS-CoV-2 a través del aire tiene un enfoque demasiado estrecho de miras, e ignora las pruebas de muchos tipos a favor de la transmisión aérea”. Pero, antes de pasar a explicar esas pruebas, lanzan una advertencia: “La transmisión aérea de los virus respiratorios es muy difícil de demostrar por vía directa”.
Porque es, precisamente, en esa falta de evidencia directa en la que se asientan las reticencias de la OMS, que, a día de hoy, sigue afirmando en su página web: "Los datos actuales sugieren que el virus se propaga principalmente por medio de gotículas respiratorias entre personas que estén en contacto cercano".
Los científicos recuerdan en The Lancet que han hecho falta “décadas de esmerada investigación –que no han incluido la captura de patógenos vivos en el aire- para demostrar que enfermedades que eran consideradas de transmisión por gotas -como la tuberculosis o el sarampión- son, realmente, de transmisión aérea”. Y ése error, mantienen, estaría ocurriendo de nuevo con este coronavirus.
Los firmantes insisten: el SARS-CoV-2 es un virus respiratorio que se transmite, principalmente, por el aire. Y aportan diez evidencias científicas que lo sustentan.
- Los eventos de supercontagio, que suponen una parte significativa de la transmisión. Es más, “pueden ser los principales impulsores de la pandemia”. Los casos de supercontagio registrados “han revelado patrones consistentes con la transmisión aérea que no pueden ser explicados de forma adecuada por las gotas o los fómites (contagio a través de superficies)
- La transmisión de largo alcance entre personas en habitaciones diferentes y que nunca han tenido contacto. Algo que se ha documentado, por ejemplo, en hoteles donde se han hecho cuarentenas
- La transmisión silenciosa (asintomática o presintomática) del virus, por parte de personas que no tosen ni estornudan, estiman –siendo conservadores- que supone un 40% de los contagios y es “clave” en la propagación de la covid por todo el mundo. Mediciones directas demuestran que algo tan simple como hablar produce miles de partículas de aerosol y muy pocas gotas de mayor tamaño.
- Las tasas de transmisión del SARS-CoV-2 son mucho más altas en interiores que en exteriores, y se reducen de forma importante con la ventilación.
- Las infecciones intrahospitalarias han sido documentadas en detalle en el ámbito sanitario, incluso utilizando las medidas más estrictas para evitar el contagio por contacto y por gotas, y con el personal usando EPIS diseñados para proteger de las gotas, pero no de los aerosoles.
- Se ha detectado SARS-CoV-2 viable en el aire. En pruebas de laboratorio, se ha demostrado que el virus es infeccioso en el aire durante al menos 3 horas. Se ha identificado coronavirus viable en el aire de habitaciones de hospital con pacientes de covid y en el aire de coches de personas infectadas.
- Se ha identificado material del virus en filtros de aire y conductos de aire de hospitales, lugares hasta donde sólo puede llegar a través de los aerosoles.
- La conexión de jaulas de animales infectados con jaulas de animales sanos a través de un conducto de aire ha demostrado patrones de transmisión que sólo se pueden explicar mediante los aerosoles.
- La falta de evidencia científica en contra. No hay ningún estudio que haya aportado evidencias sólidas para refutar la hipótesis de que el SARS-Cov-2 es un virus de transmisión aérea.
- La evidencia que apoya que otras vías de transmisión (como las gotas o los fómites) son dominantes es muy débil. La facilidad para infectarse a poca distancia ha sido utilizada de forma incorrecta como una prueba de la transmisión por gotas. Por el contrario, la preponderancia de los contagios por proximidad se explica mucho mejor por el aire compartido y los aerosoles exhalados por parte de la persona infectada.
En relación con el punto 6, el más controvertido, los científicos reconocen que todavía no se ha conseguido capturar virus vivo en muestras de aire –por la dificultad técnica de hacerlo, como explicaba hace meses en NIUS este virólogo experto en la detección de virus en el aire-, pero recuerdan que en otros virus, como la tuberculosis o el sarampión, en los que está ampliamente reconocida la transmisión aérea, tampoco se han conseguido.
Actuar en consecuencia
Con estos diez argumentos sobre la mesa, los científicos que firman el artículo concluyen que "es un error científico recurrir a la falta de evidencia directa de muestras de aire con SARS-CoV-2 para generar dudas sobre su transmisión aérea", mientras se ignora “la potente, amplia y consistente evidencia científica” al respecto.
Hay otras vías de transmisión del virus, aseguran, los científicos en The Lancet, pero “la vía aérea es la dominante”. La carta concluye con un claro mensaje a los responsables de Salud Pública: “Hay que actuar en consecuencia y sin más dilación”.