Los científicos plantean realizar pruebas de olfato para detectar la infección por covid


Un estudio ha comprobado que, realizada casi a diario, una prueba de detección de olores detectaba al menos el 50 por ciento de las nuevas infecciones
La prueba olfativa no detecta al virus, ni diagnostica la enfermedad, pero sí podría ayudar a reducir la transmisión
En este año de pandemia se ha visto que entre el 50% y el 90% de las personas que dan positivo en covid experimentan pérdida del olfato
Es uno de los mejores indicadores de la infección por coronavirus. La pérdida de olfato, también conocida como “anosmia”. En muchos de los casos de covid-19, es el primero de los síntomas que pone en alerta al infectado. Y a veces, en los casos más asintomáticos, el único que permanece durante la infección. Sabiendo esto, algunos científicos plantean la realización de una nueva prueba olfativa, que podría ayudar en la detección temprana del virus.
Según explica el New York Times en este artículo, la prueba consiste en poco más que una tira de papel apestoso. Y en realidad no detecta al virus, ni diagnostica la enfermedad, pero sí podría ayudar a reducir el contagio. Es lo que plantea un estudio, todavía preliminar, de la Universidad de Colorado. Mediante un modelo matemático ha demostrado que las pruebas basadas en olfato, si se administran con suficiente frecuencia y amplitud, podrían detectar casos suficientes como para reducir sustancialmente la transmisión.
La prueba de olfato detectó la mitad de las infecciones
Se trata de un trabajo puramente teórico, como advierten los propios autores del estudio. En el mundo real, aún no hay datos que respalden la efectividad de las pruebas de olfato como una forma de detección del coronavirus. Pero lo cierto es que su modelo comprobó que, realizada diariamente, o casi a diario, una prueba de detección de olores detectaba al menos el 50 por ciento de las nuevas infecciones por covid-19, y pudo contener los brotes casi tan bien como la realización de una PCR semanal.
Derek Toomre, biólogo celular de la Universidad de Yale y coautor del estudio, ha desarrollado una prueba de olfato que es la que utilizaron en el modelo. La prueba, denominada U-Smell-It , es una pequeña mezcla heterogénea de olores para raspar y oler, dispuestos en tarjetas de papel. Toomre asegura que la prueba puede realizarse en menos de un minuto y que, además, tendría un precio bajísimo: 50 centavos por tarjeta. Y lo más importante: una sola impresora "podría producir 50 millones de estas pruebas al día", asegura.
Con estos resultados, Daniel Larremore, el autor principal del estudio, cree que este tipo de pruebas olfativas podrían funcionar en los puntos de entrada a los campus universitarios o en las oficinas, quizás en combinación con alguna otra una prueba rápida de detección del virus.
Expertos a favor y en contra
Pero no todos la ven con buenos ojos. La doctora Claire Hopkins, cirujana de oído, nariz y garganta en los hospitales Guy y St. Thomas en el Reino Unido, asegura que no le ve sentido como prueba de detección, y en un artículo publicado en noviembre en The Lancet, junto a otros expertos, explica por qué.
Tras reconocer que ella misma ha luchado mucho para que la pérdida de olfato sea reconocida como un “síntoma muy prevalente” de la covid-19, la experta advierte. “Instamos a ser cautelosos sobre introducir pruebas de olfato como herramienta de detección en algunos entornos, como aeropuertos y centros comerciales, con la intención de negar el acceso a aquellos que hayan perdido el olfato”. Y apunta los siguientes datos.
“Las estimaciones realizadas en la población sugieren que el 19,1% de los adultos sufren de una disminución del sentido del olfato preexistente, cifra que se eleva al 80% en personas mayores de 75 años”.
Por ello, y aunque recomienda a todas las personas que experimentan una pérdida del sentido del olfato que se aíslen y se hagan pruebas de covid-19, esta experta cree que “no debemos imponer medidas punitivas a aquellos pacientes que han vivido sin olfato durante muchos años” y piden“extrema cautela” con respecto a este asunto.
Pero también hay datos que sugieren que este tipo de prueba podría aportar beneficios al rastreo de la enfermedad. Por ejemplo, se ha visto que entre el 50% y el 90% de las personas que dan positivo en covid experimentan algún grado de pérdida del olfato, como consecuencia de los estragos que causa el virus al invadir las células de las vías respiratorias.
Y otros expertos consideran que sería una prueba más fiable que los controles de fiebre, que puede ser pasajera o deberse a otras causas y que no se está mostrando como una herramienta eficaz para detectar la covid-19. La doctora Carol Yan, especialista en oído, nariz y garganta de la Universidad de California en San Diego, sí apoya la realización de este tipo de pruebas, y subraya el valor, además, de poder realizarlas con frecuencia.