Los científicos dudan del estudio sobre la existencia de COVID-19 hace más de un año y su autor responde: "Las técnicas son las correctas"

El epidemiólogo Benito Almirante advierte que "no es lógico que aparezca en las muestras de solo un día"
Albert Bosch, uno de los investigadores del estudio, confía en que nuevos informes demostrarán la veracidad de sus resultados
El equipo de la Universitat de Barcelona detectó el virus en aguas residuales de marzo de 2019 y sostienen que los contagios fueron confundidos con la gripe
Poco después de que un grupo de investigadores de la Universitat de Barcelona anunciara que ha detectado el virus del COVID-19 en aguas residuales en marzo de 2019, la comunidad científica se muestra crítica con tales conclusiones. El jefe del servicio de enfermedades infecciosas del Hospital del Vall d'Hebron, Benito Almirante, advierte de que "no es lógico que aparezca en las muestras de un solo día" e insiste en que "de haber estado presente en la ciudad, también lo hubiese estado en otros puntos del mundo".
Las dudas en torno a los resultados obtenidos provienen de varios frentes. Por un lado, el estudio de la Universitat de Barcelona aclara que tan solo la muestra del 12 de marzo de 2019 dio positivo en la presencia de coronavirus, ningún otro día. También que el examen más actual de las aguas residuales de la misma zona revela una cantidad del virus menor a la que detectaron en la muestra de dicha fecha. "Llama la atención que, ahora que hay casos clínicos, haya una cantidad inferior que en aquel momento en el que no éramos capaces de detectarlos porque tampoco se buscaba".
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El COVID-19 no ha tenido tiempo para mutar tanto como para volverse tan virulento, según Almirante
Almirante considera necesario que la cantidad de virus que circule sea "importante" para que este tipo de muestreo sea concluyente. Según su criterio, "deberían ser cientos o miles de personas las que eliminen el virus para que se pueda detectar".
En este sentido, el jefe del servicio de enfermedades infecciosas del hospital barcelonés descarta que el COVID-19 solo provocara casos asintomáticos y que, por ello, pasara desapercibido en marzo del año pasado. Este tipo de virus necesita "más tiempo que unos meses" para mutar y volverse tan virulento como demostró serlo en diciembre en China y en el resto del mundo poco después.
Según el epidemiólogo, los resultados del informe serían viables si el coronavirus produjera "una enfermedad leve en la práctica totalidad de las personas afectadas", algo que no sucede. "No se explica que el coronavirus provoque enfermedades graves en el 10% de los casos y que circulara en marzo sin que un número importante de infectados necesitara ingreso hospitalario o hubiese muerto", en palabras de Almirante.
Demostrar la presencia del virus en otras ciudades y en esas fechas, clave para probar las conclusiones del estudio
Para el experto, lo "lógico" es que, si el COVID-19 circulaba entonces por la ciudad, también lo hiciera por otros países. "Sería muy fácil que un virus transmisible por vía respiratoria llegara a otras partes de España, de Europa y del mundo". Por ello, es "difícil" aceptar el resultado del estudio, aunque considera que la detección de la presencia del virus en otras ciudades y en las mismas fechas probaría que circulaba realmente.
De todas maneras, Almirante recuerda que "un análisis de aguas fecales nunca tiene la misma fiabilidad que un análisis de sangre" y que el rastreo en aguas residuales requiere "una metodología muy rigurosa" por la gran cantidad de virus y microbios que presentan. "El diagnóstico de un virus es muy complejo porque los resultados pueden coincidir con muchas secuencias de muchos virus diferentes, todos ellos presentes en aguas fecales".
Por todos estos motivos, el epidemiólogo considera necesario "conocer este estudio cuando esté publicado y contrastado por la comunidad científica para valorar su metodología".
Albert Bosch, autor del estudio, defiende la veracidad del informe
Por su parte, el presidente de la Sociedad Española de Virología y uno de los investigadores del estudio, Albert Bosch, insiste en que este coronavirus existe desde mucho antes de que se produjera el primer brote, originado en China a finales de 2019, y defiende la validez de su estudio.
Bosch ha asegurado que las técnicas utilizadas por él y su equipo son "las correctas" y que han llevado a cabo "los controles que se deben de utilizar". También insiste en tener "muchas ganas de que haya descripciones parecidas porque será una manera de demostrar la veracidad de los resultados".
El investigador insiste en que la unidad de investigación en la que trabaja tiene un gran "historial" en la preparación de pruebas diagnósticas "durante décadas", una experiencia "de muchos años". En palabras de Bosch, "trabajamos correctamente, como debe ser".
Además, ha remarcado el objetivo del estudio, que es demostrar la importancia del análisis de las aguas residuales como un sistema de alerta frente a los virus: "Y que hayamos encontrado el COVID-19 en marzo de 2019 indica que es válido y que funciona".