De ducha a ducha: estudian un posible contagio de covid por aerosoles en varias plantas de un edificio


Tras estudiar un brote de covid en un edificio de apartamentos de Seúl, científicos coreanos concluyen que se transmitió a través de los respiraderos de los baños
Los vecinos infectados vivían en varios apartamentos de la misma línea vertical del edificio
Todos los apartamentos están conectados a través de los conductos de aire de los baños, por donde habrían viajado los aerosoles infecciosos
“Nuestra investigación no encontró otro posible contacto entre los casos que la infección transmitida por el aire a través de un solo conducto de aire en el baño”. Leído así, puede asustar un poco. Porque hablamos de infección de covid-19 transmitida por el aire (a través de aerosoles) entre varios apartamentos de un mismo bloque, por los conductos de aire de los baños. Es la conclusión de un estudio realizado en Corea del Sur que se acaba de publicar en la revista científica International Journal of Infectious Diseases. Los científicos creen que es la única explicación posible del brote registrado en un edificio residencial de Seúl.
El brote se registró este verano, a finales de agosto. Diez casos de covid-19 en las dos mismas líneas verticales en un edificio de apartamentos de Seúl. La primera diagnosticada con covid, el 23 de agosto, es una mujer que vivía en un apartamento del sexto piso. Su marido y su hija también dan positivo. Hasta ahí, todo normal: tres casos de covid-19 en la misma familia y bajo el mismo techo. Pero es que al día siguiente, aparece un cuarto caso de covid en el mismo edificio.
Se trata de un niño de 19 meses que vivía justo debajo, en el quinto piso, al que llevaron al hospital con “un problema urológico subyacente”, pero que también dio positivo por covid-19 cuando le hicieron la prueba. Y al día siguiente, aparece el quinto caso. Una mujer que vivía en el cuarto piso y en la misma línea vertical que los dos hogares anteriores fue diagnosticada con covid-19. Era 25 de agosto. Y la mujer contó que llevaba con fiebre desde el 22, es decir, un día antes de aquel primer diagnóstico de covid, el de la vecina del sexto. ¿Qué estaba pasando en el edificio?
Hacen PCR a todos los residentes en el edificio
Ante esta situación, las autoridades locales deciden tomar cartas en el asunto. Instalan una carpa frente al edificio y comienzan a hacer pruebas PCR a todos los residentes del edificio de apartamentos. Analizan a 437 residentes de 267 hogares. Y de todas esas pruebas salen cinco positivos más. ¿Adivinan dónde vivían?
Se trata de la madre del niño del quinto piso al que habían llevado al hospital, los vecinos de los pisos 10 y 11 de la misma línea vertical del edificio, y dos vecinos más de los pisos segundo y 11 de la siguiente línea vertical. En total, se confirman diez casos de covid en siete hogares de ése bloque de apartamentos. Ocho de ellos en la misma línea vertical del edificio.
Se empieza a buscar, entonces, algún tipo de conexión entre los pacientes infectados. Todos ellos aseguran que no se conocían y niegan haber tenido contacto. Las autoridades sanitarias toman muestras, también, en el edificio: de las rejillas de ventilación y de los desagües de cada hogar. La detección de ARN del SARS-CoV-2 fue negativa. No toman muestras de los ascensores.
En este punto, es importante explicar cómo es el edificio del que estamos hablando. Se trata de un bloque de distintas alturas, desde las 9 hasta las 15 plantas. Hay dos ascensores y entradas en ambas esquinas del edificio. Y un conducto de ventilación natural a lo largo de cada línea vertical, desde la parte inferior hasta la azotea. Cada eje conecta a los apartamentos dentro de la misma línea vertical a través del respiradero del baño. En cada planta, hay entre 15 y 21 apartamentos, según la zona del bloque en que se encuentren. Lo mejor es que vean esta imagen.

Buscan conexiones: de los ascensores al "efecto chimenea"
La primera hipótesis que se baraja sobre el contagio es “que la transmisión se hubiera producido a través de gotas infecciosas al compartir un espacio común, como un ascensor". O por fómites, es decir, "por contacto indirecto con algún objeto de uso compartido, como los botones del ascensor”.
Pero hay un hecho que les llama la atención, y que obliga a ir más allá. Hablamos de “residentes de más de 200 hogares, que pueden usar los mismos ascensores, pero resulta que todos los pacientes infectados se localizan en solo dos líneas verticales del edificio”. Todos los vecinos infectados aseguraron usar mascarillas, y dos de ellos, además, dijeron que no usaban el ascensor. Por todo esto, los científicos explican que “es razonable sospechar que se transmita un aerosol a través del conducto que conecta la línea vertical del edificio: el desagüe o el conducto de aire”.
Los investigadores descartan los desagües, tras estudiarlos, y se centran en los conductos de aire. Y explican lo siguiente: “Los apartamentos están conectados verticalmente a través de los respiraderos del baño. Y el edificio fue construido antes de que fuera obligatoria la instalación de un extractor. Por lo tanto, no existe un bloqueo físico para el aire que entra en esa estancia desde el respiradero.
Esta estructura puede generar fácilmente un “efecto chimenea”, que se refiere al "movimiento vertical del aire causado por la diferencia en la densidad del aire interior y el exterior, por la diferencia de temperatura que hay dentro y fuera del edificio”. Para entenderlo mejor, vean esta otra imagen.

El verano y el "efecto chimenea inverso"
Volviendo a los diez casos de covid en el edificio, hay que tener en cuenta una cosa: la primera mujer diagnosticada, la del sexto, no es la primera que empieza con síntomas. No es la paciente cero del edificio. El primero que empieza con síntomas es el vecino del décimo (aunque fuera diagnosticado más tarde), y los investigadores creen, de hecho, que él fue el origen del brote.
Teniendo en cuenta todo lo anterior sobre las características del edificio, los investigadores creen también que la infección pudo haberse extendido desde el piso 10 a los pisos superiores e inferiores. “El virus del primer caso infectado se puede propagar hacia arriba y hacia abajo a través del conducto de aire”. Sobre todo, se propagó a los inferiores. ¿Por qué?
Porque “la dirección del movimiento del aire en un espacio vertical varía según la temporada. En verano, como la temperatura en el interior es menor y la densidad es mayor que en el exterior, el aire del interior del edificio se desplaza hacia la parte inferior mediante una fuerza descendente". Se llama “efecto chimenea inverso”. El brote, recuerden, se produce a finales de agosto.
Contagio, por aerosoles, de ducha a ducha
Con todos estos datos, y apoyándose en estudios anteriores sobre la transmisión por aerosoles, los científicos apuntan esta explicación para lo ocurrido:
- El virus se mantuvo estable con una vida media de más de una hora, lo suficiente como para ser inhalado por personas susceptibles, causando infección y propagando la enfermedad
- La primera persona infectada probablemente liberó el virus durante una ducha en el baño al toser, respirar o cantar en el momento en que surgió el síntoma
- El virus puede haberse combinado con vapor de agua y convertirse en aerosoles en ese ambiente húmedo, lo que favorece la transmisión y supervivencia del SARS-CoV-2
- Es más probable que las personas que usan el baño inhalen el aerosol al ducharse
Los científicos coreanos avisan de que su estudio tiene una limitación: no se analizaron muestras de aire, esos aerosoles infectivos, lo que habría otorgado una evidencia sólida de la transmisión de aerosoles del virus SARS-CoV-2. Pero los datos obtenidos son más que suficientes para permitirles advertir que “los riesgos de infección en interiores a través de aerosoles están siendo subestimados y necesitan atención urgente”.
Y concluyen su estudio avisando de que “es posible que más personas tengan que permanecer en interiores durante la pandemia para evitar el contacto interpersonal. Y algunos pueden estar expuestos a infecciones virales por inhalación debido a sistemas de ventilación inadecuados. Nuestro estudio también implica que deben reconsiderarse las rígidas reglas de distanciamiento seguro impuestas en función de la transmisión por gotas y por contacto, basadas en una dicotomía obsoleta entre gotitas respiratorias y aerosoles”.