La deriva del coronavirus: por qué han aparecido más de 20 tipos de ómicron en dos días


Expertos en secuenciación explican que la rápida proliferación de sublinajes de ómicron es algo "normal y previsible"
No se acelera la evolución del virus, "se secuencia más y, por tanto, se detecta más. Seguimos mirando con lupa de aumento a este virus"
Los sublinajes "se nombran para poder distinguirlos y poder hacer un seguimiento más fino epidemiológicamente. Pero eso no quiere decir, en principio y todavía, que tengan alguna relevancia"
Hasta hace unos meses sólo hablábamos de ómicron. Después, llegó otra versión de ómicron, denominada BA.2, y empezamos a hablar de ella porque se impuso a la original (que entonces empezamos a llamar BA.1). Después, apareció otra, la BA.3. Y hace sólo diez días les hablábamos de la aparición de dos nuevos linajes de ómicron, el BA.4 y BA.5, que preocupan por sus mutaciones y porque están ganando terreno en algunos países.
Pero toda esta sopa de letras puede complicarse todavía más. Hoy, vamos un paso más allá, para hablar de la gran cantidad de sublinajes de ómicron que están apareciendo, sobre todo los que derivan de BA.2. Para muestra, este tuit. Sólo en dos días, entre el 19 y el 20 de abril, se han designado más de 20 sublinajes nuevos.
Estos “hijos” que salen de las diversas versiones de ómicron: ¿Son relevantes? ¿Por qué aparecen tantos al mismo tiempo? ¿Está el virus acelerando su evolución? ¿Hay que preocuparse por alguno? “Ahora, la asignación de linajes es muy laxa, basta con que haya unas pocas secuencias que difieran de la progenitora de forma consistente para que el sistema genere un nuevo sublinaje. Si cumplen los criterios establecidos por el consorcio Pango, se le asigna un nuevo nombre y el número correspondiente”, explica Fernando González-Candelas, experto en secuenciación de FISABIO.
No se acelera su evolución, se secuencia más rápido
González-Candelas, como siempre, tranquiliza al respecto. Porque, aunque a priori pueda asustar la aparición de tantos sublinajes en tan poco tiempo, para quienes se dedican a secuenciar el virus, esto es “lo normal”. Explica el científico que “cuando tienes secuencias que cumplen ciertos criterios, si acumulan unas pocas diferencias en un número relevante de muestras secuenciadas, se pasa a un nuevo sublinaje, sin que ello implique necesariamente que haya un cambio significativo con respecto del parental”.
Es decir, que “se clasifican y se nombran para poder distinguirlos y poder hacer un seguimiento más fino epidemiológicamente. Pero eso no quiere decir, en principio y todavía, que tengan alguna relevancia, más allá de que son distintos del anterior”. González-Candelas hace hincapié en ese “todavía”, porque, aunque de los sublinajes derivados del progenitor BA.2 “todavía no hay evidencias de que tengan propiedades distintas relevantes, puede que aparezcan en algún momento, no lo sabemos”.
Pero la pregunta que se hacen muchos, en este panorama, es: ¿implica esto que se está acelerando la evolución del virus? “No, lo que quiere decir es que estamos secuenciando mucho más rápidamente e intensamente, y eso hace que la detección se acelere”. Se secuencia más y, por tanto, se detecta más. “Seguimos mirando con lupa de aumento a este virus, con una lupa mucho mayor de la que se ha mirado ningún otro”, advierte el investigador.
En ello insiste también, desde su perfil de Twitter, el inmunólogo Rafa Toledo. “Con un seguimiento tan exhaustivo es complejo diferenciar lo extraordinario. Si el evento o el seguimiento. Un seguimiento extraordinario convierte en extraordinario a un evento normal", advierte. Un evento normal como es la evolución de un virus.
Insisto, con un seguimiento tan exhaustivo es complejo diferenciar lo extraordinario. Si el evento o el seguimiento. Un seguimiento extraordinario convierte en extraordinario a un evento normal
— Rafa Toledo (@alfwarrior) 20 de abril de 2022
¿Más transmisibles todavía?
Todos estos linajes y sublinajes que se van detectando siguen siendo ómicron. Es decir, el padre sería el mismo. Pero sobre algunos se está generando más atención. Es el caso del sublinaje BA.2.12.1., que ahora mismo está detrás de una de cada cinco infecciones por covid en EE.UU. según la revista STAT. Aseguran que crece “como una bola de nieve” en ese país, y que está “devorando” al padre (BA.2), lo que indicaría una ventaja de transmisión sobre él.
¿Es esto así? Si BA.2 ya era más transmisible que BA.1 (la variante ómicron original), y ahora resulta que BA.2.12.1 es más transmisible que BA.2. ¿Acabará imponiéndose?
González-Candelas pide cautela al respecto. Explica que “la mayor transmisibilidad hay que verla en varios contextos y países, no en uno sólo, aunque siempre hay uno que es el que da la voz de alarma. Que esté siendo más transmisible en un entorno no significa que lo vaya a ser en todos”, advierte. Porque que lo sea depende, recuerda, de muchos otros factores, no solo de la propia evolución del virus.
Y pone un ejemplo. Cuando investigadores sudafricanos alertaron de ómicron “Pero también alertaron, en su día, con la variante beta y no acertaron”, apunta. Porque no se expandió en el resto del mundo como se había expandido en Sudáfrica. Y algo parecido ocurrió con gamma: también se alertó mucho sobre ella en su día, y después no fue a más.
“¿Hasta qué punto alerto y lo que alerto genera alarma?” Es la pregunta que se hacen los científicos en estos casos. Y no es fácil saber cómo responder. “Hay que encontrar el punto medio, es complicado”. Y pone otros ejemplos de variantes sobre las que se ha alertado y que, al final, han quedado en nada. “Se habló mucho, por ejemplo, de la deltaplus, o la deltacron, también por esos nombres que les ponen”, pero después, pasaron sin pena ni gloria. “Es relevante si tiene consecuencias a nivel clínico, vacunal, epidemiológico… Por ahora, ómicron ha desplazado a delta y es más transmisible, pero a efectos clínicos no hay tanta diferencia”, señala.
Seguirán apareciendo nuevas variantes
Lo que estamos viendo en estos momentos, esta proliferación de sublinajes, entra dentro de lo “previsible”. “El crecimiento de una variante más trasmisible que va dividiéndose en sublinajes es normal”. Como es previsible, también, que la cosa no acabe aquí, que sigan apareciendo nuevas variantes del virus.
“En estos momentos, BA.2 es el linaje que está aumentando en el mundo. Y es difícil que haya distintas variantes equivalentes, con las mismas propiedades, que entren a la vez. Siempre hay una que entra primero. Pero estoy convencido de que van a seguir apareciendo variantes. ¿Cuál va a ser su relevancia? No lo sabemos”.
Ahora mismo, todo es ómicron, lo que podría llevar a pensar que es más difícil que sea desplazada por otra. Pero ya ocurrió en su día, cuando todo era delta. “De la noche a la mañana apareció ómicron. Eso sí que no era previsible”, subraya González-Candelas. ¿Por qué? “Porque todo el mundo pensaba que iba a aparecer un nuevo linaje de delta, no algo tan distinto”, recuerda.
“Aunque ahora todo sea ómicron, estoy convencido de que aparecerán otras que en su momento nos causarán olas de inquietud”. Pero advierte: “Poco más podemos hacer, más que seguir vigilando”.