Reino Unido se distancia de la UE y apuesta por la edición genética de ganado y cultivos


El gobierno británico pone en marcha una consulta pública sobre esta técnica que, dicen, puede crear productos más sanos y menos contaminantes
Está prohibida por Bruselas, que considera estos productos como transgénicos, y su aprobación podría provocar un conflicto comercial
Las científicas Charpentier y Doudna han recibido el Nobel de Química 2020 por desarrollar esta tecnología que ya se aplica en medicina
El Reino Unido está muy cerca de autorizar por primera vez la edición genética de cultivos y ganado. El gobierno ha puesto en marcha una consulta pública antes de dar luz verde. Esta decisión les distanciaría todavía más de la Unión Europea (UE) después de consumarse el Brexit el 31 de diciembre. La UE prohíbe esta tecnología y cualquier práctica que signifique la alteración del ADN de los organismos.
George Eustice, ministro británico de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales (Defra), explicó que la tecnología de edición de genes imita el proceso de reproducción natural que han utilizado los agricultores y ganaderos durante siglos porque siempre han seleccionado a los animales y las plantas más fuertes y saludables para reproducirlos. Esta tecnología lo que hace, explicó, es acelerar este proceso natural. Y rehuyó cualquier conflicto ético y afirmó que los organismos creados a través de la edición de los genes podrían haber sido creados perfectamente de forma natural.
“[Esta técnica] permite hacer frente a los desafíos de nuestra época y mejorar los cultivos, reducir los costes para los agricultores y el impacto en el Medio Ambiente, y nos ayuda a adaptarnos a los desafíos del cambio climático”, dijo Eustice. Expuso que se pueden desarrollar cultivos que requieran menos pesticidas o fertilizantes, o que tengan propiedades nutricionales mejoradas. Considera que la edición de genes para cultivos y ganado beneficiará a consumidores y agricultores con alimentos más saludables y mejoras ambientales y del bienestar animal.
Una resolución polémica
El conflicto con la UE se generó a partir de una resolución del Tribunal de Justicia Europeo (TSJE) de agosto de 2018 que concluyó que los organismos modificados con nuevas técnicas de edición genética (mutagénesis) como Crispr/Cas9 debían ser considerados como transgénicos. Era la respuesta a una denuncia interpuesta por el sindicato agrícola francés y otras ocho organizaciones contra la legislación francesa, que no incluía mutagénesis en la normativa europea sobre transgénicos. No es lo mismo un organismo transgénico que otro mutagénico o editado genéticamente, por ejemplo, con tecnología Crispr/Cas9, que permite editar partes del genoma.
La modificación genética de un organismo por transgénesis implica la inclusión en su genoma de un gen de otro organismo, mientras que la mutagénesis conlleva la alteración del genoma de una especie, pero no implica la inserción de ADN externo. Sin embargo, el TSJE concluía que la técnica de la mutagénesis era transgénesis y, por tanto, los alimentos y animales editados genéticamente quedaban prohibidos en la UE. Eustice explicó que la sentencia se basó en una interpretación jurídica, no científica.
El Reino Unido se opuso a la sentencia. “Incluso países como Alemania con más escepticismo acerca de los transgénicos, reconocieron que la edición de genes era muy diferente y que era una nueva tecnología importante para enfrentar los desafíos del futuro”, denunció el ministro. Calificó la sentencia de “restrictiva y politizada” y dijo que el Reino Unido, como miembro de la UE, no tenía más remedio que “adoptar servilmente” las sentencias del TJCE “por más irracionales y defectuosas que pudieran ser”. Pero que ahora están fuera de la UE y son libres para tomar “decisiones políticas coherentes basadas en la ciencia y la evidencia”.
La revolucionaria técnica del Crispr/Cas9
La técnica de edición genómica Crispr/Cas9 fue desarrollada por la científica francesa Emmanuelle Carpentier y la estadounidense Jennifer Doudna, que recibieron el Premio Nobel de Química 2020 por este logro. La técnica Crispr/Cas9 funciona como unas tijeras moleculares que permiten localizar cualquier secuencia del código genético de cualquier animal, planta o microbio y cortarlo. La academia sueca lo consideró como un método revolucionario que puede ayudar a curar enfermedades hereditarias de origen genético y a desarrollar nuevas terapias contra el cáncer.
Japón se convirtió en el primer país del mundo en aprobar un producto editado genéticamente con Crispr/Cas9. Se trata de un tomate que contiene cinco veces más de ácido gamma-aminobutírico, un aminoácido que reduce la hipertensión, y, por tanto, es más saludable. Se aprobaron en Japón las pautas regulatorias que establecen que la edición genética no es modificación genética. Y ya se pueden comprar en los supermercados.
Reino Unido podría seguir la estela nipona. La edición de genes animales podría permitir la cría de ganado resistente a enfermedades clave, lo que reduciría la necesidad de antibióticos y, por tanto, la probabilidad de desarrollar superbacterias resistentes. Científicos chinos utilizaron esta técnica para desarrollar vacas con mayor resistencia a la tuberculosis bovina. También Brasil, Argentina, Estados Unidos y Australia permiten la edición genética.
Además, se está utilizando la Crispr/Cas9 para mejorar la cría y producción acuícola. Ha sido aplicada en el salmón del Atlántico y las ostras del Pacífico. Se prevé un crecimiento de la producción de pescado a través de la acuacultura en un 31% en los próximos diez años. Será la fuente de producción de marisco más importante.
Una barrera para exportar a la UE
Grupos medioambientales y de bienestar animal expresaron su preocupación porque la flexibilización de la regulación pueda empeorar las condiciones de los animales. La organización protectora de animales Compassion in World Farming apuntó que la selección genética para pollos de engorde para acelerar su crecimiento les crea anomalías en las patas y cojera, mientras que la alta producción de huevos en las gallinas ponedoras les causa osteoporosis y las hace vulnerables a sufrir fracturas óseas.
Sin embargo, muchos científicos han celebrado la consulta pública. Creen que puede reducir el uso de antibióticos y de pesticidas químicos, potenciar el bienestar animal y hacer la comida más saludable. En declaraciones a la BBC, el profesor de la biotecnología de la Universidad de South Wales, Denis Murphy, dijo que “la edición genómica ya se está utilizando en medicina y tiene un inmenso potencial para los grandes retos de la agricultura como la seguridad alimenticia, el cambio climático y la sostenibilidad”.
También la Confederación de Industrias Agricultoras británicas y el sindicato de granjeros se mostraron a favor. El pasado mes de mayo ya se inició una campaña liderada por científicos, políticos y líderes industriales para que los granjeros tuvieran acceso a las tecnologías de edición genética. Y se propuso una enmienda en el parlamento para acelerar la legislación. Pero la legislación europea fue aplicada en el Reino Unido durante el período de transición hasta el 31 de diciembre.
La industria de bebidas y alimentos se mostró a favor, pero apuntó un problema con el que se podrían encontrar y es que la UE no les permitiera comerciar estos productos ya que están prohibidos en su territorio. Y el europeo es el principal mercado para los granjeros británicos. “Hay formas de etiquetar los cultivos editados genéticamente para que puedan entrar en los mercados”, dijo Gideon Henderson, jefe científico de Defra.
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