El 'enjambre sísmico' de Granada evita un terremoto de gran magnitud


Más de 40 terremotos en las últimas horas en Granada. Los más intensos han tenido una magnitud 4,3 de y 4,2, con epicentro en Santa Fe
Es lo que los expertos llaman 'enjambre sísmico", un fenómeno que evita un terremoto de mayor intensidad
Hasta 42 nuevos terremotos, de entre 1,5 y 4,5 grados en la escala de Richter, se han dejado sentir en las últimas horas en Granada. Localidades como Santa Fe, Atarfe y Cúllar Vega han sido epicentro. Las mismas zonas afectadas hace tres días por otro temblor de 4,4 grados que causó daños materiales.
Los seísmos, se han sentido incluso en otras provincias andaluzas, como Córdoba, Málaga o Jaén, y han generado momentos de pánico y angustia, entre los vecinos que salieron a la calle con lo puesto, tras notar los temblores, y a pesar del toque de queda. ¿Qué está pasando en Granada? ¿Es normal esta actividad sísmica? ¿Hay riesgo de un terremoto de mayor intensidad?.
Los expertos lo denominan enjambre sísmico. Es el conjunto de eventos de esta naturaleza, en un área específica, durante un periodo de tiempo relativamente corto. En el caso de la Vega de Granada, la causa principal es la aproximación continua entre continentes. Las placas eurasiática y africana se acercan de cuatro a cinco milímetros al año.
Los terremotos de estos días tienen como origen la tensión que se produce en las decenas de fallas que hay en la zona por la fricción de las placas tectónicas. “La energía se acumula debido al movimiento entre placas y se libera de forma brusca, a través de estos terremotos”, explica a NIUS Jesús Galindo-Zaldívar, catedrático de Geodinámica en la Universidad de Granada (UGR) y miembro del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra.
“Las fallas son como gomas elásticas. Van estirándose hasta que por la tensión de la energía acumulada se rompen”, señala el experto. Cuando una se rompe, provoca la rotura de las de alrededor, “en efecto cascada”. Esto provoca la secuencia de varios terremotos seguidos que es lo que se está viviendo en la provincia de Granada. Temblores que alertan a los vecinos pero que, sin embargo, tranquiliza Galindo-Zaldívar, “tienen una magnitud calificada como pequeña o moderada”.
Por ello, en zonas sobre placas de actividad constante, como es el caso del triángulo formado por Granada, Mar de Alborán y Alhucemas (Marruecos), que se produzca este fenómeno es buena señal. Muchos terremotos de poca intensidad pueden evitar una de grandes dimensiones. “Es mejor sufrir muchos pequeños que vayan disipando la energía, poco a poco”, advierte el investigador. “Lo peligroso sería tener un gran periodo de tiempo sin terremotos, en el que se acumule la energía y que de lugar a uno mayor de golpe”.
Es lo que está viviendo, estos días, Granada que también sufrió otro enjambre sísmico a finales de 2018 y que, según el experto, “seguirá pasando, cada cierto tiempo”. Pueden pasar días, meses o años hasta que vuelva a producirse este fenómeno que todavía la ciencia no puede predecir. “Hace falta más inversión para seguir avanzando en este terreno”, señala Galindo-Zaldivar que confía en que, en un futuro, se podrá predecir el momento en que ocurrirá un terremoto.