Las picaduras de los mosquitos no transmiten el coronavirus


Cuando un mosquito toma sangre, inyecta su saliva en el hospedador, pero no la sangre de su víctima anterior
Ciertas especies de mosquitos pueden traspasar a los humanos virus como el zika, el dengue o el del Nilo Occidental
Los especialistas afirman que los mosquitos tienen barreras internas que evitan la propagación del coronavirus
Con la época estival llegan las temidas picaduras de los mosquitos y, en la actual situación de pandemia, surge la duda de si el mosquito tigre o cualquier otra especie de mosquito puede transmitir entre personas el coronavirus.
Ciertas especies de mosquitos pueden transmitir virus, como el Chikungunya, el zika, el dengue o el virus del Nilo Occidental, a través de sus picaduras. ¿Puede esto suceder con el SARS-CoV-2 causante del COVID-19? La probabilidad se considera prácticamente nula y Mosquito Alert, un proyecto de ciencia ciudadana cooperativo sin ánimo de lucro, coordinado por diferentes centros de investigación públicos, explica el porqué.
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Según este proyecto, cualquier virus puede infectar y ser transmitido por un mosquito. De la gran diversidad de virus que existen, los que pueden ser transmitidos por mosquitos pertenecen a unas pocas familias y están muy especializados. Sin embargo, ningún virus de la familia Coronaviridae, a la que pertenece el SARS-CoV-2, ha sido nunca identificado como virus transmitido por insectos.
El proyecto de ciencia ciudadana Mosquito Alert, dedicado a luchar contra la expansión de dos mosquitos vectores de enfermedades víricas, Aedes albopictus (mosquito tigre) y Aedes aegypti (mosquito de la fiebre amarilla), explica las interacciones que se producen entre los virus y los mosquitos, que actúan como limitantes para la propagación de la mayoría de los virus a través de las picaduras.
La imagen de que cuando un mosquito pica a una persona infectada con un virus pueda inyectar la sangre contaminada a la siguiente persona de la que extraiga sangre no se corresponde con la realidad, ya que cuando un mosquito toma sangre, inyecta su saliva en el hospedador, pero no la sangre de su víctima anterior. Esta pasa al sistema digestivo del insecto, donde es digerida, y los virus que pueda contener deberían atravesar diversas barreras biológicas del mosquito y sobrevivir a su sistema inmunitario para tener la extraordinaria y poco habitual capacidad de transmitirse por picaduras posteriores.
Cuatro barreras naturales del mosquito
En general, se considera que hay cuatro barreras principales que el virus debe atravesar dentro del mosquito para poder ser transmitido por sus picaduras. Primero, cuando un mosquito ingiere sangre infecciosa, el virus debe tener la capacidad de infectar y replicarse con éxito en las células epiteliales del intestino medio del mosquito, que es el primer tejido en el que se producen interacciones entre el virus y las células del mosquito.
Los mosquitos en los que el virus no puede establecer la infección se dice que tienen una barrera de infección de intestino medio, que puede darse por factores genéticos, como la falta de expresión de receptores en la superficie celular, o por determinantes no genéticos, como la densidad y composición del microbioma del mosquito.
En el caso de que el virus consiga establecer la infección en el intestino medio, deberá después atravesar la barrera física de la lámina basal que rodea el epitelio del intestino medio, para poder diseminarse por el resto del mosquito. La lamina basal genera un límite de exclusión de tamaño por debajo del tamaño de los viriones, evitando la entrada del virus. Cuando la replicación del virus se limita al intestino medio y no se produce diseminación a otros tejidos del insecto, se dice que el mosquito tiene una barrera de escape de intestino medio.
Variaciones en la láminal basal pueden permitir que el virus la traspase y se disemine. Otra posible ruta de escape del intestino medio para los arbovirus puede ser a través de células traqueales o neuronales del mosquito conectadas con el intestino medio.
Una vez que el virus sale del intestino, se replica en otros tejidos del mosquito, incluyendo el cuerpo graso, el tejido nervioso y el tejido muscular, hasta que llega a las glándulas salivares, que constituyen la siguiente barrera anatómica crucial para la infección. Tras la infección de la glándula salival, el virus se replica y llega al conducto salival donde puede ser expectorado con la saliva. Sin embargo, por razones aún desconocidas, no todos los mosquitos pueden expectorar virus, y por lo tanto tienen un tercer obstáculo para el virus, en este caso una barrera de transmisión.
El cuarto mecanismo importante para limitar la replicación de virus en el cuerpo del mosquito es tener la capacidad de escapar a la respuesta inmunitaria antiviral del insecto sin que este enferme y muera. Solo los virus muy especializados son capaces de realizar esta travesía por el mosquito sin sucumbir en ninguna de sus barreras defensivas. Un hecho que únicamente sucede entre unos pocos mosquitos y unos pocos virus.
Desde Mosquito Alert aseguran que hasta la fecha, ninguno de los coronavirus, como el SARS-CoV-2, el del SARS o el MERS, han sido catalogados como arbovirus con capacidad de infectar un mosquito y transmitirse a través de sus picaduras.
Por otro lado, los resultados preliminares de un estudio llevado a cabo por el Instituto Superior de Sanidad italiano (ISS), en colaboración con el Instituto Zooprofiláctico Experimental de las Venecias, coinciden también en que el coronavirus no se puede transmitir con las picaduras del mosquito común ni del mosquito tigre.
Según la investigación, realizada por un equipo de entomólogos y virólogos, una vez que el virus entra al cuerpo del mosquito a través de sangre infectada, "no es capaz de reproducirse" ni de volver a ser inoculado en otra persona a través de la picadura.
Se trata de una hipótesis teórica basada en los primeros resultados del estudio, aunque en breve se publicarán los datos definitivos y la evidencia física para que la investigación pueda ser replicada por otros científicos.