Suiza da luz verde a 'sarco', un ataúd de alta tecnología para suicidio asistido


El paciente puede liberar nitrógeno y tener una "muerte dulce" en el lugar que desee
Fue creado por el activista australiano a favor de la eutanasia Philip Nitschke
Los enfermos con discapacidad física pueden activarlo mediante el movimiento ocular o por control de voz
Es un ataúd de nueva tecnología en la que la persona puede acabar con su vida gracias a la liberación de nitrógeno y en cualquier lugar que desee. Se llama Sarco, abreviatura de sarcófago y ha sido autorizado en Suiza.
Sarco fue presentado en 2018 en la Feria Funeraria de Ámsterdam por el activista australiano por la eutanasia Philip Nitschke y el fundador de Exit International, empresa que ha diseñado esta cápsula de suicidio.
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Para viajar a un "nuevo destino"
Según su página web, Sarco fue creada para que el paciente terminal pueda viajar a un "nuevo destino" sin necesidad de asistencia médica. Incluso los enfermos con discapacidad física pueden activarlo mediante el movimiento ocular o por control de voz.
Sarco nació inspirado en la historia del británico Tony Nicklinson, un hombre que sufrió un derrame cerebral grave en 2005 y que le dejó paralizado de cuello para abajo. Se negó a comer durante la última semana de su vida y falleció en agosto de 2012. No tuvo opción de elegir cómo quería morir.
Philip Nitschke, que había sido médico en 1996, ayudó a cuatro de sus pacientes terminales a morir apoyado por la Ley australiana sobre los derechos de los enfermos terminales. Es además coautor de varias obras como 'Killing Me Softly: eutanasia voluntaria y el camino hacia la píldora pacífica', ¡El manual de la píldora pacífica' y 'Maldito si lo hago'.