Virus similares al SARS-CoV-2 pasan de los animales a los humanos 400.000 veces cada año


Advierten de que la propagación de nuevos coronavirus de los murciélagos a los humanos es más frecuente de lo que se creía
Son infecciones "ocultas", porque el virus no consigue transmitirse más allá de la persona infectada: preocupa que pueda conseguirlo
Han estudiado las 23 especies de murciélago que albergan ese tipo de virus en el sudeste asiático, y la población infectada por ellos
Sabemos que el SARS-CoV-2 no es el único coronavirus, ni mucho menos, que habría dado el salto a los humanos (según la teoría más plausible hasta la fecha). De hecho, se conocen siete, de momento, con capacidad para infectar a las personas, aunque sólo este y el SARS de 2003 lograron propagarse a nivel mundial. Pero los expertos tienen claro que son muchos más los que están ahí, preparados para dar el salto. Y avisan de que puede, incluso, que lo estén dando ya y generando infecciones, sin que nos estemos enterando.
Hablamos de infecciones no detectadas –porque no habrían prosperado más allá de la persona a la que infectan- con coronavirus procedentes de murciélagos. ¿Se imaginan cuántos casos puede haber al año? Es lo que han tratado de averiguar expertos en zoonosis de la talla de Peter Daszak, director de EcoHealth Alliance y miembro de la misión de la OMS que viajó a Wuhan a investigar el origen de la pandemia. Las investigaciones de Daszak y su equipo se acaban de publicar.
MÁS
400.000 infecciones que "no están siendo detectadas"
El objetivo de su estudio era averiguar “el riesgo de propagación de coronavirus del tipo SARS en murciélagos del sudeste asiático”. Y concluyen que unas 400.000 personas, nada menos, se infectan con coronavirus de este tipo cada año en esa región. Los investigadores advierten de que “el contagio de SARS-CoV de murciélago a humano es común en esa región, y no está siendo detectado por los programas de vigilancia ni los estudios clínicos en la mayoría de casos.”
Se trata, por tanto, de infecciones que pasan totalmente desapercibidas, pero cada una de ellas supone un riesgo latente, porque podría desembocar en algo más. Vincent Munster, virólogo experto en coronavirus del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EE.UU., advierte en la revista Science de que esto significa que “la propagación de cualquier patógeno zoonótico de la vida silvestre es más frecuente de lo que se creía anteriormente". Pero ¿cómo han calculado los investigadores esas 400.000 infecciones al año?
Zonas calientes y anticuerpos en la población
Lo primero que hicieron fue crear un mapa con las “zonas calientes” de riesgo de este tipo de infección en el planeta. Por un lado, localizando los hábitats de las 23 especies de murciélago que albergan coronavirus tipo SARS. Y por otro, estudiando las poblaciones humanas en esas zonas.
¿Resultado? Unos 500 millones de personas viven en áreas donde pueden producirse este tipo de infecciones: norte de India, Nepal, Myanmar y la mayor parte del sudeste asiático. Y aseguran que el riesgo es mayor en el sur de China, Vietnam, Camboya, Java y otras islas de Indonesia.
Daszak afirma que su trabajo “es un análisis de en qué lugar del planeta es más probable que surja el próximo virus similar al SARS o al covid”. Y sabiéndolo, explican los investigadores, es más fácil aumentar la vigilancia en esas zonas para evitar nuevos brotes. Pero esto no es todo.
Explica el estudio también que, en esas zonas, se ha visto en los últimos años que hay personas que tienen anticuerpos contra coronavirus relacionados con el SARS. Combinando esos datos serológicos con información sobre la frecuencia de interacción entre humanos y murciélagos, y sabiendo cuánto tiempo permanecen esos anticuerpos en la sangre, los investigadores calcularon que cada año tienen lugar, en esa región, unas 400.000 infecciones humanas no detectadas con ese tipo de virus.
Y eso, dice Daszak en Science, es mucho más de lo que se pensaba. "Vivir allí significa que estás expuesto: la gente se refugia en cuevas, extrae guano, caza y come murciélagos".
Infecciones "ocultas" porque no se transmiten
En el estudio hablan de infecciones “ocultas” y de corta duración, porque el coronavirus en cuestión infecta a la persona, pero no logra ir más allá, no logra propagarse. ¿Por qué? Los científicos plantean varias hipótesis: “es posible que no puedan replicarse bien en las personas, ni causar enfermedades, o que no se transmitan lo suficiente entre las personas como para provocar un brote”.
La reconocida viróloga Ángela Rasmussen, de la Universidad de Saskatchewan (Canadá), apunta en Science que puede ocurrir que esos virus no estén bien adaptados a los humanos todavía, o que no infecten suficientes células o las células correctas para ser transmitidas a otra persona, o que no consigan escapar de las defensas inmunitarias del infectado.
Porque el hecho de que un coronavirus consiga dar el salto a los humanos no significa que pueda transmitirse entre humanos. Eso es otro paso más, y nada fácil. Es algo que se comprobó, hace unos meses, con los dos últimos coronavirus humanos documentados, en Malasia y en Haití. Pero a muchos investigadores les preocupa que estos virus puedan desarrollar esa capacidad en cualquier momento en alguno de los infectados.
Este estudio, dice Rasmussen, “revela lo poco que sabemos sobre la frecuencia de la propagación zoonótica”. Daszak afirma en el estudio, de hecho, que “se trata del primer intento publicado de identificar la frecuencia con que se propagan nuevos coronavirus de murciélagos a personas”.
Y avisa: “Cada infección zoonótica de un virus nuevo representa una oportunidad para la adaptación evolutiva y para una mayor propagación; cuantificar el alcance de esas infecciones “ocultas” puede ayudar a orientar los programas de prevención”. Se trata, en definitiva, de prevenir futuras pandemias como la que todavía tenemos entre manos.