Cinco niñas españolas diseñan su primera ‘app’ y quedan finalistas en un concurso internacional

Las muchachas, con edades entre los 11 y 13 años, han creado la aplicación 'Lazos: Close to you', seleccionada entre 1.500 candidatas en el concurso Technovation Girls
La 'app' conecta a voluntarios con personas mayores que necesitan ayuda, les permite reportar obstáculos molestos o conocer actividades programadas en el barrio
Gran parte del trabajo lo han hecho por vía telemática, debido a la pandemia de coronavirus
"Yo antes la tecnología la asociaba más con videojuegos. Pero me he dado cuenta de que no es así". Diana tiene solo 11 años y junto a sus amigas Elena, Maialen, Ana y Carmen ha diseñado su primera 'app'. Se llama 'Lazos: Close to you' y ha sido elegida entre 1.500 proyectos de todo el mundo en el concurso Technovation Girls.
"Yo no me lo creía; no pensaba que íbamos a llegar tan lejos", reconoce Carmen, sorprendida todavía. Ahora, el equipo compite contra otros cuatro proyectos, cada uno ganador en su continente: el vencedor se conocerá el próximo 14 de agosto. El objetivo de Technovation es despertar la curiosidad de las niñas en el ámbito de la tecnología y el emprendimiento.
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A Maialen sí que le llamaba la atención este mundo antes de involucrarse en la creación de 'Lazos'. "Yo hacía robótica en el colegio", explica. Ana asistía a la misma actividad extraescolar en el colegio público Ciudad de Roma (Madrid). Sin embargo, las otras tres integrantes reconocen que nunca les habían interesado estos temas. "A mí no era lo que más me atraía, pero desde el proyecto me empezó a gustar más", reconoce Elena.
La 'app' de estas cinco muchachas, con edades de entre 11 y 13 años, conecta a personas mayores con voluntarios cuando necesitan su ayuda o compañía, entre otras funciones. "Queremos que esta aplicación sea de utilidad para el barrio", dice Ana que, como el resto de amigas, vive y estudia en el distrito madrileño de Retiro.
Meses de trabajo
Mónica Prieto, madre de Maialen y una de las mentoras del equipo, fue la que puso en marcha el proyecto. Ella trabaja en Repsol, que este año ha lanzado su programa Digital Girls, pero lleva varios años patrocinando a chicas que participan en este concurso. Ella y su compañero Javier Larraona han sido los encargados de guiar a las niñas estos meses.

El trabajo comenzó en diciembre, con reuniones presenciales cada sábado por la mañana. Después de muchas propuestas y análisis, las niñas se dieron cuenta de que muchos de los retos que querían resolver afectaban a las personas mayores y se lanzaron a la calle para conocer mejor sus problemas. "Creo que hablar con nuestra comunidad nos ha dado muchos puntos en el concurso", opina Maialen.
La odisea estuvo llena de anécdotas. "A un señor que le preguntamos nos dijo que tenía 52, le dijimos que lo sentíamos, y cuando nos íbamos nos dijo que tenía 72", se ríe Maialen.
Con la información que recabaron, comenzaron a diseñar la 'app'. Las diferentes secciones permiten a los usuarios reportar calzadas en mal estado, excrementos de animales u obras, ponerse en contacto con voluntarios y consultar actividades programadas del barrio. También incluyeron la opción 'Alerta Buenos días', con la que los mayores reciben un mensaje de ánimo a la hora programada y pueden informar a una persona de contacto sobre su estado.
"También hemos pensado en crear un 'Tinder' de abuelos: para que hablen entre ellos y hagan amistades… y a lo mejor amores", comenta divertida, Diana.
El bache de la COVID-19
Después de la fase de investigación, empezaron a crear la aplicación en febrero, con el sistema AppInventor. "Cada semana teníamos que superar retos para aprender a programar. A mí es lo que más me ha gustado", dice entusiasmada Maialen.
Sin embargo, a las pocas semanas, se desató la pandemia de la COVID-19 y, con ella, llegó el confinamiento. Así, las reuniones pasaron a ser videoconferencias telemáticas. "Al principio fue un poco raro", recuerda Elena. "Quedamos por Zoom con la única abuelita que tenía móvil para enseñar las pantallas", relata Mónica.
Además, con el coronavirus se dieron cuenta de qué el problema de la soledad de los abuelos "empeoraba". "Si la aplicación hubiese funcionado durante la pandemia podríamos haber solucionado muchas cosas", apunta Carmen.
"Quedamos por Zoom con la única abuelita que tenía móvil para enseñar las pantallas" Mónica, mentora del equipo
Fue durante el confinamiento cuando se enteraron de que iban pasando las fases del concurso: primero, ganaron a nivel español y, luego, a nivel europeo. "Con tantos proyectos no pensaba que fuéramos a llegar tan lejos”, reconoce Ana.
Por desgracia, la pandemia les ha privado de volar a San Francisco, donde se iba a celebrar la final el 14 de agosto. La última prueba ha sido una presentación del proyecto por videoconferencia ante un panel de jueces. "No nos imaginamos ganar, pero tampoco pensábamos que llegaríamos aquí… Así que, quién sabe", contesta Diana.
Mujeres en la tecnología
Después de esta experiencia, las niñas reconocen que la ciencia y la tecnología ya no son tan 'cuadriculadas’ para ellas. "Nos hemos dado cuenta de qué es muy útil para solucionar problemas sociales", dicen. "La tecnología no es solo tener a alguien que programe, necesita muchos más perfiles", añade la mentora Mónica. También el resto de 'digital mums' (madres digitales) cómo se han autodenominado las madres de las chicas, han sido una fuente de apoyo y motivación "en la sombra" para sus hijas.
En la actualidad, la proporción de mujeres en carreras STEM (aquellas relacionadas con la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas) es muy inferior a la de los hombres. En el ámbito de la investigación, solo el 40% de los autores son féminas y el porcentaje baja considerablemente en áreas tecnológicas como la computación (25%) o la ingeniería (15%).
Sobre si en el futuro les gustaría ser programadoras o ingenieras, Diana, Elena, Maialen, Ana y Carmen se muestran dubitativas. "La verdad yo es que no sé que quiero hacer", es el comentario general. “Son muy jóvenes todavía", se ríen sus madres, pero añaden: "Lo importante es que no tienen que tener miedo a ninguna profesión porque no haya chicas".