Los barrios ricos se confinan mejor, según los datos de móviles recopilados por el INE

La "hibernación" económica sólo redujo la movilidad un 5% adicional
El 90% de los españoles no se ha movido de su zona residencial
España es el país de Europa que más ha reducido la movilidad
El 16 de marzo, primer día laborable con el confinamiento en vigor, cerró el comercio no esencial y se recomendó a las empresas recurrir al teletrabajo. Ahora podemos saber en qué barrios del país se quedó más gente en casa y a qué zonas siguieron llegando trabajadores. Con los datos anónimos de las grandes operadoras de móviles, el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha recopilado la movilidad de millones de españoles antes y después del confinamiento.
En Estados Unidos, un estudio similar, encargado por el New York Times, reveló que los residentes de las zonas más ricas redujeron su movilidad antes que los de los barrios más desfavorecidos, con una diferencia de tres días entre unos y otros. ¿Ha pasado lo mismo en España?

Los datos de 53 millones de móviles
El estudio del INE recoge los datos anónimos de 53 millones de terminales [aquí se pueden consultar calle a calle], un festín para un analista de "Big Data", pero una primera aproximación revela diferencias entre los distritos más ricos y los más pobres de las áreas metropolitanas de Madrid y Barcelona y también entre zonas pobladas por empresas de servicios y otras de carácter industrial.
El estudio permite comparar los días del confinamiento con un día “normal”; en este caso, la movilidad media detectada del 18 (lunes) al 21 (jueves) de noviembre de 2019. Los datos de los móviles permiten saber cuánta población se mantiene la mayor parte del tiempo en su área de residencia (aquella en la que está con frecuencia entre la medianoche y las seis de la madrugada) y cuántos salen de una zona o llegan a otra entre las 10 y las 16 horas, porque van a trabajar.
El confinamiento en Madrid: barrio rico, barrio pobre
En Pozuelo de Alarcón, el municipio madrileño más rico de España, la población que sale un día normal cae del 33% al 9%; en Aravaca-Valdemarín de un 32% a un 10%, en la zona de Goya del barrio de Salamanca, del 43% al 11%.
Sin embargo, en barrios más modestos como Zofío, en Usera, los que salen del barrio pasan de ser un 39% a un 20%; en Vicálvaro cae del 43% al 21%; en Cuatro Vientos, del 42% al 20%. En estos distritos, de cada dos que salen a trabajar, uno se queda en casa a partir del 16 de marzo; en los más ricos de cada tres, dos se quedan en casa.
La caída de la movilidad es aún mayor en los barrios y ciudades residenciales. En el pueblo de Tres Cantos, del 25% que salía fuera a trabajar, cae al 6%; en Boadilla del Monte, del 25% al 9%; en el barrio madrileño de Las Tablas, del 32% al 9%.
La movilidad se reduce menos en los barrios de menor renta, porque, presumiblemente, la gente tiene que salir a trabajar fuera. La nueva brecha que revela el coronavirus: teletrabajar es un privilegio.

Barcelona, de la parte alta a los barrios obreros
En Barcelona y su área metropolitana se observa un fenómeno similar, aunque la reducción de la movilidad es menor. En barrios de renta alta, como Pedralbes o Sant Just Desvern, las salidas se reducen del un 30% a un 16%. Menos que en barrios equivalentes de Madrid, pero más que en otros distritos y poblaciones de Barcelona con una población que mayoritariamente tiene que salir a trabajar fuera de donde vive.
En el barrio modesto de Canyelles, la población que sale cae del 53% al 37%, en la ciudad dormitorio de Hospitalet de Llobregat, del 54% al 32%, y en el municipio obrero de Sant Boi de Llobregat los que se marchan fuera bajan del 65% al 42%.
Zonas de servicios frente a zonas industriales
El contraste en la reducción de la movilidad también se detecta entre zonas que concentran grandes empresas de servicios, presumiblemente más preparadas para el teletrabajo, y otras áreas de industria y mano de obra que no puede teletrabajar. De entrada hay que dejar fuera a los miles de trabajadores de la hostelería, restauración y ocio cuyos centros de trabajo cerraron desde el mismo día 15.
En Las Tablas (Madrid), donde se ubican sedes de compañías como Telefónica, BBVA, Huawei, Mediaset y grandes oficinas del Banco Sabadell o Técnicas Reunidas, llegan a trabajar más de 40.000 personas cada día. El 16 de marzo la afluencia se desploma a tan sólo 4.700, casi diez veces menos. El martes 7 de abril, ya con el confinamiento reforzado y la hibernación económica, se redujo a 2.800.
En Azca, otra zona de oficinas de la capital pasó de 40.000 a 5.000 el 16 de marzo. Y en la zona de Ciudad Universitaria, ya sin clases, el desplome fue de 50.000 a 7.000. Por el contrario en el área de Vallecas, donde está Mercamadrid y un polígono industrial, la gente que llega de fuera sólo bajó de 19.700 a 10.000.
La afluencia a los polígonos industriales de la capital fluctúa mucho. En Vicálvaro, San Fernando de Henares y Getafe se registran caídas del 50%, pero en Julián Camarillo la bajada es mucho mayor. El cierre de toda empresa no esencial a partir del 30 de marzo rebaja aún más la llegada de trabajadores en todos los polígonos.
España es uno de los países de Europa que más ha reducido su movilidad. La hibernación económica sólo la redujo un 5% adicional.
También en Barcelona la caída también es mucho mayor en las zonas de oficinas. El Eixample pasa de recibir 40.000 personas a sólo 6.000, un desplome mucho mayor que el de la Zona Franca (de 44.700 a 18.200). Un caso singular es el de Martorell, donde se deja notar el cierre de la SEAT: de 11.000 a 4.400. En áreas comerciales como el Barrio Gótico de recibir 17.000 personas un día laborable de noviembre pasan a tan sólo 3.500, cinco veces menos.

España es uno de los países de Europa que más ha reducido y de manera más drástica su movilidad. Durante los diez primeros días del confinamiento, el 85% de la población española permaneció en su área de residencia. De hecho, la paralización de toda actividad no esencial, la llamada “hibernación” económica, sólo redujo la movilidad un 5% adicional.