Grupos de WhatsApp de padres: consejos para una utilización correcta

Las actitudes incorrectas que más se detectan son el envío de noticias no relacionadas con la escuela o las respuestas fuera de tono
Para cuestiones individuales, hay que dirigirse a los tutores a través de los canales oficiales del colegio
No se debe ser cómplice de los improperios, críticas o tergiversaciones que aparezcan en estos chats
El uso de la aplicación de mensajería WhatsApp es casi generalizado y la diversidad de chats puede ser muy amplia. Entre estas conversaciones, abundan los grupos de padres y madres de los compañeros de colegio de tus hijos. Muchas personas reciben decenas de mensajes diarios en estos grupos y, en ocasiones, son contenidos que nada tienen que ver con la escuela. A menudo son mensajes que tergiversan informaciones del centro educativo o aparecen improperios contra personas del grupo o de fuera de este.
Los grupos de WhatsApp con otros progenitores pueden ser muy útiles para compartir informaciones del colegio, siempre que se haga un uso responsable y adecuado de estos canales. De hecho, el sindicato ANPE promovió en octubre de 2018 un decálogo con diez consejos para conseguirlo.
Consejos para un uso adecuado
En primer lugar, un buen consejo es dejar claras las normas de participación en el grupo o que exista el compromiso por parte de los integrantes de hacer un buen uso. En segundo término, si hay alguien que empieza a adoptar una actitud impropia, lo mejor es no entrar en ese juego y no permitir que las críticas, difamaciones o mentiras tengan cabida en estos canales.
Por otro lado, no todos los padres y madres quieren formar parte de estos grupos, por lo que no es nada aconsejable añadir a alguien sin su consentimiento y sin que haya expresado su voluntad de participar en él.
Por supuesto, las imágenes en las que aparezcan docentes, alumnos u otros padres de alumnos no se tienen que difundir sin previo consentimiento.
Así pues, para garantizar un uso apropiado se tiene que rehuir de toda crítica, tergiversación, difusión de contenidos no relacionados con el colegio u ofensivos y hay que intervenir, cuando sea absolutamente necesario, con respeto y educación.
Sobre los consejos a seguir, Laura Sequera, coordinadora nacional de ANPE, ha explicado a NIUS que “las preocupaciones académicas particulares no tienen que ser contenido de estos grupos, porque esta gestión le corresponde a los docentes con la convocatoria de una tutoría y a los centros educativos”. Por lo tanto, Sequera emplaza a “no hacer extensivas las cuestiones individuales” y a “no convertir en una agenda el grupo de WhatsApp”.
La coordinadora nacional de ANPE hace hincapié en las “difamaciones y mentiras que pueden darse en estos grupos: las informaciones hay que corroborarlas y contrastarlas con un profesor antes de publicarlas en un grupo de WhatsApp y, en esta línea, es importante que el resto de padres del grupo no contribuyan a alimentar los supuestos o rumores que se escriban”, afirma Sequera. También afirma que “a veces, hay padres que buscan jalear y generar situaciones tensas, así que no hay que convertirse en sus cómplices”.
Las experiencias de los padres
En NIUS, hemos contactado con padres que tienen a sus hijos escolarizados en distintos niveles educativos y nos han contado sus experiencias en los grupos de progenitores de WhatsApp. Muchos coinciden en que, en ocasiones, no se hace un uso adecuado, ya que se utilizan estos canales para la difusión de informaciones que no están vinculadas a la educación. También hay padres que responden “de manera agresiva ante cualquier opinión diferente a lo que ellos piensan”, según detalla María García, madre de dos hijas en Educación Infantil.
Laura Agüera, en cambio, no ha detectado “conductas inapropiadas”, sino que cada uno es consciente de su “responsabilidad individual”. En una línea parecida se expresa Nerea Uriarte, que tiene dos hijas en Educación Infantil. Anteriormente, también había estado en un grupo de padres de la guardería, donde la profesora estaba incluida. Uriarte cree que este fue un “factor determinante para evitar que hubiera mensajes que no fueran estrictamente informativos”.
En el del curso pasado, Nerea Uriarte explica que “se intuía que la gente era reacia a crear el chat”, pero que “finalmente, se nombró a una delegada que presentó de manera concisa las normas del grupo y raramente alguien se salió del objeto del chat”. Del conjunto de padres contactados, solo ella ha explicado que en el grupo se pusieron las normas de funcionamiento. En el resto de testimonios, las normas nunca se dieron a conocer.
Sobre los inconvenientes que pueden presentar los chats, Laura Agüera cuenta que “se juntan muchos mensajes y algunos contestan lo mismo, o el cruce de distintas conversaciones”. Otro testimonio, Laura Álvarez, añade que, entre los principales problemas que plantean estos grupos destaca el hecho de que “muchos usuarios no tienen criterio a la hora de filtrar la información que envían o reenvían y se habla de temas como religión o política, que nada tienen que ver con la escuela”.
Finalmente, por lo que respecta a las ventajas, consideran que puede ser “útil para los temas escolares relativos al comedor, los libros, plataformas educativas del colegio o extraescolares”.