Camino de Santiago: cómo prevenir las ampollas en los pies


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Las ampollas en los pies aparecen por rozaduras o exceso de humedad y afectan al 74% de los peregrinos
En NIUS te contamos tres trucos para prevenirlas y cómo curarlas en caso de que aparezcan
Contar con un buen calzado es uno de los imperativos para completar exitosamente el Camino de Santiago. No obstante, ni aun así puede ser que te libres de uno de los males más comunes entre los peregrinos: las ampollas en los pies. Según el último estudio difundido por el Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos, esta dolencia afecta a más de 74% de los senderistas tras completar varias etapas del Camino.
Para que formes parte del 26% restante y puedas disfrutar de la experiencia sin terminar con magulladuras, en NIUS te explicamos los mejores trucos para evitar las molestas ampollas.
Elige un calzado y unos calcetines adecuados
El mejor consejo es que lleves tres tipos de calzado para irlos alternando: unas botas de senderismo, unas zapatillas deportivas y unas sandalias descubiertas.
Todo el calzado que utilices para recorrer el Camino debe adaptarse a la horma de tu pie y ser adecuado para la época del año: en verano es mejor que optes por tejidos transpirables y en invierno o épocas lluviosas que sea impermeable y de caña alta. Asimismo, evita estrenar calzado en el Camino de Santiago, lo que se trata de uno de los errores más frecuentes entre los peregrinos inexpertos.
Del mismo modo, los calcetines también son esenciales para prevenir las principales causas de la aparición de ampollas: las rozaduras y el exceso de humedad. Para ello, deberías elegir unos que sean de tu talla, sin costuras, de polipropileno, si es posible, y transpirables.
Utiliza talco y vaselina
La vaselina permite proteger las zonas que reciben mayor presión o rozamiento. Para ello, aplica una fina película en el pie seco media hora antes de salir e incide especialmente en la parte baja del talón, en la planta del pie y entre los dedos.
Asimismo, también puedes esparcir polvos de talco por el interior del calzado para disminuir la humedad. Si tus pies sudan mucho y esta medida no es suficiente, cámbiate de calcetines a mitad de la etapa.
Encuentra momentos de descanso
Después de terminar una etapa, es importante que les des a tus pies el tiempo de descanso suficiente y que sigas una rutina de recuperación. Para ello, completa estos pasos:
- Quítate las zapatillas y déjalas en algún sitio ventilado para que se aireen.
- Baña tus pies con agua fría durante unos 10 o 15 minutos cuando llegues al albergue o aprovecha cualquier riachuelo que se cruce en tu camino.
- Seca bien tus pies y dales un pequeño masaje con una crema hidratante.
- Utiliza un calzado distinto (si es verano, unas sandalias descubiertas) durante el resto del día.
Cómo curar ampollas
Si aun tomando todas las medidas anteriores te aparecen ampollas, haz lo siguiente:
- Si la ampolla está a punto de aparecer: aplica vaselina en la zona afectada o coloca un parque tipo Compeed.
- Si la ampolla ya ha salido: nunca recortes o arranques la piel de la ampolla. En su lugar, pínchala por varios sitios con una aguja estéril para que drene. Después, aplica betadine y cubre con un esparadrapo.