Cómo se recupera un bosque quemado


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Tras un incendio forestal, la naturaleza juega un papel vital en la regeneración del bosque
No obstante, para afrontar su recuperación, debe haber intervención humana
Los incendios no dan tregua y arrasan con todo lo que encuentran a su paso. En los últimos años, hemos sido testigos de grandes incendios forestales que han destruido miles de hectáreas de bosques. Todo esto motivado por un escenario de sequía, desertificación y cambio climático que hacen a España y a todos los países de la zona mediterránea, vulnerables ante esta situación.
Desafortunadamente, el suelo es un recurso que puede ser dañado de forma irreversible tras un incendio. No obstante, desde WWF señalan que “existe un modo de curar sus cicatrices e incluso revivir aquellos que se han degradado, dañado o destruido”.
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Se trata de la llamada restauración ecológica, un concepto que ha ganado fuerza en los últimos tiempos y que goza del apoyo de científicos y administraciones. Por ello, tras sofocar el fuego, la prioridad es salvar el suelo y poner en marcha una serie de actuaciones para evitar su erosión y posibilitar la aparición de una nueva vegetación.
¿Cómo se gestionan los terrenos afectados por los incendios?

La jefa de la sección territorial de Montes del Servicio de Albacete, María Elena Gómez Sánchez, ha explicado a Efe las actuaciones para recuperar bosques y terrenos quemados.
Acciones a corto plazo:
- Perimetrar la zona quemada.
- Elaborar un inventario de lo que ha ardido e identificar los daños y características del terreno.
- Priorizar las actuaciones, tanto por disponibilidad económica como por urgencia.
- Realizar barreras de contención con el fin de evitar la erosión, ya que en las primeras lluvias tras el fuego, hay un arrastre de materiales y cenizas. El objetivo es evitar que estos residuos arrastrados por el agua, lleguen a los pueblos o los cultivos.
- Realizar sacas de madera en caso de problemas de plagas y caída de maderas.
- Hacer estructuras que retengan el suelo con la madera quemada.
- Restringir el paso de animales a las zonas dañadas, ya que el ganado se come la vegetación que se va regenerando.
Acciones a medio plazo:
- Dejar un tiempo para que la tierra afectada se recupere por sí sola y evaluar si es necesario reforestar. En general, el monte mediterráneo, se recupera porque las especies autóctonas están adaptadas al fuego y se regeneran solas.
- Pasado un periodo de cinco años, se debe evaluar la regeneración de todas las especies previstas y, si no es así, se da paso a la repoblación.
Acciones a largo plazo:
- Dar tiempo al monte para que se regenere y actuar en la medida de lo posible.
- Conocer las especies que había antes del incendio y decidir qué acciones llevar a cabo, tomando en cuenta las necesidades de la población de la zona.
- Diez años después se debe valorar la regeneración y decidir si es preciso o no aclarar el monte que se ha desarrollado.