Cómo estar protegido si alquilas una vivienda


Qué te pueden prohibir en un piso de alquiler
El propietario de un arrendamiento debe contar con asesoramiento legal para evitar conflictos a la hora de confiar su vivienda a un desconocido
Consulta en NIUS los consejos más importantes con respecto a tu contrato de alquiler
Tener garantías de seguridad al alquilar una vivienda es fundamental para que tanto el inquilino, como el propietario, tengan una relación cordial y evitar conflictos.
Por lo general, es habitual que el propietario tenga inseguridades a la hora de confiar su vivienda a desconocidos, ya que el inquilino suele tener mayor protección legal al firmar un contrato de arrendamiento. De hecho, las ocupaciones, el deterioro del inmueble, impagos del alquiler, tener mascotas, las prácticas ilegales o subarrendar habitaciones, son algunas de las inquietudes que sufren los propietarios al momento de alquiler un inmueble.
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Si bien, existe un contrato firmado por ambas partes con el compromiso de cumplir las obligaciones, en muchos casos, se producen situaciones excepcionales que dejan al arrendador desprotegido o con las manos atadas y sin poder sacar a los inquilinos que han incumplido alguna cláusula del contrato de la vivienda.
Seis recomendaciones para alquilar tu vivienda y evitar problemas con el inquilino
En este sentido, en NIUS explicamos una serie de recomendaciones que deben tener en cuenta los propietarios de una vivienda antes de ponerla en alquiler.
1. Selección del perfil
Para proteger una vivienda en alquiler, lo primero es tener una correcta selección del inquilino. Debes tener la certeza de que el inquilino que ocupe tu inmueble no te vaya a generar problemas.
De modo que, debes seleccionar una persona que tenga solvencia económica para garantizar el pago de cuotas, es decir, a qué se dedica y aportar documentación relacionada con sus ingresos y pago de impuestos. En el caso de alquilar a estudiantes, pedir documentación y compromiso por escrito de los padres o tutores.
También debes tener en cuenta las características de un buen inquilino o el perfil que más te interesa, ya sea por rango de edad u ocupación. Por ejemplo, algunos arrendadores pueden no querer alquilar a estudiantes, otros no quieren a parejas, otros prefieren que sean todas mujeres, otros que no tengas mascotas y otros que no tengan niños.
2. Asesoramiento de expertos
El arrendatario debe tener asesoramiento jurídico ante cualquier incidente o duda legal. Además, puedes contratar un intermediario que te ayude en la gestión del alquiler y responda en caso de cualquier imprevisto, como los servicios de las empresas inmobiliarias o abogados. Con este asesoramiento puedes tener la confianza de que la selección del perfil está contrastada y que la ley de arrendamientos urbanos se cumple a rajatabla.
3. Contratación de un seguro de impagos
En el caso de los impagos, primero debes intentar resolverlo de forma amistosa con el inquilino ocupante. Si logras llegar a un acuerdo con el inquilino de forma amistosa, tienes que tomar acciones legales.
Para evitar llegar a esta situación tan molesta, puedes optar por contratar un seguro de impago de alquiler, en el que te solucionan este posible inconveniente. Las mutuas se encargan de recuperar tu vivienda en caso de impago y de que cobres por las deudas acumuladas de la renta.
4. Hacer un inventario de bienes
En el contrato de alquiler debe estar especificado un inventario de todo lo que hay en la vivienda. Este documento es un anexo del contrato con imágenes del estado de los electrodomésticos y los muebles para poder corroborar si se han producido desperfectos, una vez finalice el arrendamiento.
5. Cláusulas aconsejables
Te recomendamos indicar los días en los que se debe pagar el inmueble y las penalizaciones en el caso de incumplir los pagos o cometer daños al inmueble.
Asimismo, el propietario tiene la última palabra sobre lo que está permitido o no en la vivienda. Exigencias como no vivir con animales, no fumar o no subarrendar habitaciones se pueden incluir como una condición más del contrato.
6. Mantener el contacto mediante correo electrónico
Usa el correo electrónico como medio para mantener una comunicación fluida entre las dos partes y dejar constancia de cualquier cambio o novedad.