Cómo limpiar una férula dental


No guardarlo de forma correcta y no desinfectarlo correctamente puede provocar que nuestro aparato sea un foco de bacterias
En NIUS te explicamos cómo se hace una buena limpieza de tu férula dental
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Al igual que es importante lavarse los dientes y hacerlo con cepillos en condiciones y que a su vez se adapten a las necesidades de cada usuario, lo es también limpiar y desinfectar los aparatos dentales que se emplean a diario, sobre todo los removibles. Estos tienen diferentes fines que dependen principalmente del problema o necesidad que tenga la persona afectada.
Cada vez es más común el uso de una férula, desde las de ortodoncia como son los alineadores invisibles, de blanqueamiento o incluso las de descarga, las cuales suelen emplear las personas que padecen bruxismo, una patología en la que una persona rechina, aprieta o cruje los dientes, sobre todo cuando duerme.
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Pero, ¿cuál es la mejor manera de limpiarlas? En NIUS te explicamos cómo hacerlo en profundidad para conseguir que no se estropeen, que sigan cumpliendo su función y, sobre todo, no perjudiquen nuestra higiene bucal, con todo lo que ello engloba.
Limpieza diaria
No hacer un correcto mantenimiento de las férulas, las cuales suelen ser de plástico o de resina, puede provocar que se conviertan en un foco de bacterias, que podría conllevar a sufrir problemas bucales, como infecciones, entre otros problemas relacionados.
Los expertos, por su parte, recomiendan enjuagar y cepillar el aparato a diario con uno específico para ello, intentando acceder a todas las zonas para eliminar los restos de saliva, las bacterias que se han ido acumulando en el protector e incluso para evitar el mal olor. Durante el proceso, es importante no usar agua caliente, puesto que de hacerlo podría incluso hasta deformarse.
Férula dental: cómo desinfectarla
A pesar de la limpieza diaria, se debe desinfectar en profundidad una vez o dos a la semana. Puedes utilizar una pastilla limpiadora efervescente, bicarbonato de sodio o incluso vinagre.
En cualquiera de los casos, debes disolver una pequeña cantidad del producto (un par de cucharadas si es bicarbonato) en un vaso con un poco de agua tibia. Luego, sumergir la férula y dejar que actúe durante unos 30 minutos aproximadamente o menos si es la pastilla y el prospecto así lo indica.
Una vez pasado el tiempo requerido, debes sacar el aparato del recipiente, aclararlo y dejarlo al aire libre sobre un papel absorbente o un trapo hasta que esté totalmente seco. Al guardarla en su caja, cerciórate de que el estuche también está limpio, libre de gérmenes y seco, evitando así el exceso de humedad.
Más allá de la limpieza recomendada, es aconsejable cepillarte los dientes antes de colocarte la férula y asegurarte que la boca está limpia y en perfectas condiciones.