Cómo conservar el embutido cortado en la nevera

En el compartir de una mesa española no puede faltar una tabla de quesos variados o una selección de embutidos de máxima calidad. Todo esto acompañado de una comida tradicional, por lo que es habitual que el aperitivo pueda sobrar. 

Para evitar el desperdicio alimentario, pero también que el producto pierda su esencia original, te explicamos cuál es la mejor forma de conservar el embutido y quesos.

La conservación de los embutidos es algo que debes tener en cuenta si quieres disfrutar de todo el sabor y la mejor textura en los productos adquiridos.

Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que estos alimentos se conservan mucho mejor sin ser cortados. Por ello, se recomienda cortar el embutido a medida que se consume y no todo de una vez, ya que si sobra mucho producto ya cortado es difícil de conservar.

En el caso de tener sobras de piezas de embutido, lonchas sueltas o cuñas de queso, la mejor solución es envasarlo al vacío. De esa manera, evitas que entre en contacto con el aire y, por tanto, que pueda estropearse rápido al tener contacto con el oxígeno.

Si no dispones de una máquina de envasar al vacío, puedes recurrir al tradicional táper, siempre que sea lo más hermético posible. Asimismo, evita mezclar varios tipos de embutidos en el mismo recipiente, ya que se mezclan los aromas. Si no tienes suficientes recipientes para separarlos, puede colocar un papel de horno entre los distintos tipos de embutidos para evitar la mezcla.

Una vez abiertos los embutidos cortados en lonchas, lo mejor es cubrir el envase con un papel film transparente o papel de plata. Otra opción es sacar todo el contenido de sobra del envase y traspasarlo a una fiambrera donde quede cerrado herméticamente.

Los embutidos frescos, como la carne o las salchichas, se pueden conservar dejándolas en la nevera solamente durante unos días. Si quieres extender su conserva durante un periodo más largo, también puedes congelar el producto.

Para el consumo de embutidos congelados, se recomienda pasar el producto del congelador a la nevera para que las piezas se descongelen lentamente y puedan estar lista para su consumo.