Cómo dejar de morderse las uñas definitivamente


La onicofagia es el término técnico para referirse al hábito compulsivo de morderse las uñas
Esta práctica puede conllevar problemas físicos y sociales para la persona
Para dejar de morderse las uñas se pueden intentar algunos remedios caseros, pero en casos más graves se requerirá de terapia psicológica
El término técnico que se utiliza para hacer referencia al hábito compulsivo de morderse las uñas es onicofagia. Se trata de una práctica muy extendida entre la población, sobre todo en adolescentes.
Las causas de la onicofagia son variadas, pero suelen estar relacionadas con una baja autoestima, timidez, ansiedad o pensamientos obsesivos. Independientemente del motivo, las personas que se pueden las uñas lo hacen como un acto reflejo que les ayuda a gestionar y calmar sus emociones.
Cuáles son las consecuencias de morderse las uñas
Aunque aparentemente pueda verse como un hábito inofensivo, los efectos de la onicofagia pueden derivar en problemas físicos y sociales. Estos son los principales según los mencionados por el Centro Psicológico Cepsim:
- Morderse las uñas puede ocasionar lesiones físicas como un mal crecimiento y deterioro de las uñas, problemas en la piel del dedo y alteraciones en los ungueales.
- También conlleva un mayor riesgo de contraer infecciones, ya que las manos están cargadas con todo tipo de agentes infecciosos que, cuando se introducen en la boca, pasan al cuerpo y pueden llegar a ser muy graves.
- En el ámbito social, la persona que se muerde las uñas puede sentir vergüenza por su hábito compulsivo o puede sentirse rechazada por su entorno.
- Asimismo, también puede sufrir problemas laborales por lo que los reclutadores, jefes o compañeros puedan juzgar al ver las manos de la persona con onicofagia.
Cómo abandonar la onicofagia
Para dejar de morderse las uñas de forma definitiva hay algunos remedios que pueden ponerse en práctica de forma sencilla como pintarse las uñas de colores o con un esmalte de sabor amargo, mascar chicle cuando aparece la necesidad de morderse las uñas o hacer ejercicio para combatir la ansiedad.
Si estos remedios no funcionan y padecemos de un tipo de onicofagia más persistente y arraigada, se requerirá de un tratamiento basado en la terapia psicológica. En consulta, el profesional se centrará en trabajar los siguientes aspectos, según explican desde Cepsim:
- Reducir de la activación emocional y de los pensamientos obsesivos mediante técnicas de relajación y de respiración, la supresión de malos hábitos y la identificación de los pensamientos obsesivos.
- Ofrecer los recursos necesarios para que la persona comprenda cómo se siente y por qué y pueda hacer su propia gestión emocional.
- Modificar la conducta creando nuevos hábitos saludables que sustituyan la onicofagia.
- Elevar la autoestima tras el sentimiento de vergüenza que experimentan muchas personas con onicofagia al ver sus manos.