Cómo limpiar los faros del coche de manera rápida

Los dispositivos de iluminación del coche son de gran ayuda para ver con claridad el camino por el que transitar y, así, evitar accidentes
Llevar los faros muy desgastados puede ser motivo de multa e incluso para no superar la ITV
Si no nos vemos capaces de limpiar con exhaustividad los faros, se puede llevar el coche al taller para que lo realice un mecánico con un kit de pulimento
Cuando es de noche o se producen inclemencias meteorológicas mientras estamos conduciendo, la iluminación es de gran ayuda para ver con claridad el camino y evitar mayores riesgos tanto para uno mismo como para el resto de conductores, como puede ser un accidente.
Son precisamente los fenómenos como la lluvia, los rayos de sol, el granizo o el viento (que arrastra arena, sal…) los que dificultan el buen mantenimiento y funcionamiento de los dispositivos de iluminación. Todas estas perturbaciones provocan el desgaste y la mayor opacidad de los faros, lo que dificulta la visibilidad en la carretera, dando lugar a posibles deslumbramientos por la suciedad en el cristal y el reflector. Por ende, esto compromete la seguridad del conductor y del resto.
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Tener los faros del coche sucios y en mal estado es, además, un motivo para ser multado y para no superar la Inspección Técnica de Vehículos (ITV). A continuación, te contamos de qué manera debes limpiar los faros para evitar todas estas posibles consecuencias:
Qué necesito y cómo tengo que limpiar los faros del coche
El recurso más habitual es llenar una palangana de agua y añadir jabón. Se recomienda coger un paño de microfibra, empaparlo con agua y jabón y pasarlo por el cristal de los faros. Si vas a realizar un lavado general a todo el vehículo, no es necesario cubrir con cinta adhesiva o de carrocería todo el alrededor de los faros. Ahora bien, si únicamente vas a limpiar estos cristales, entonces sí que conviene tapar el entorno de los faros.
Tras pasar el paño de microfibra mojado con exhaustividad sobre los cristales de los faros, es importante repasar la zona con un paño seco para terminar de dejarlos nítidos y que los pequeños restos de suciedad desaparezcan.
Otra solución que se puede aplicar es una mezcla de tres vasos de agua y uno de vinagre. Como en el caso anterior, se coge un paño de microfibra, se moja en esta solución y se aplica sobre los faros del coche. Posteriormente, se seca con otro trapo.
Más allá de la limpieza, también conviene pulir los faros para que desaparezcan las rayadas que se producen como consecuencia del desgaste y del paso del tiempo. Para hacerlo, hay dos formas: con un kit de pulimento o bien con pasta de dientes.
Para la primera de estas opciones, se necesita una lija, agua con jabón, un taladro con discos de lana, un trapo de algodón, cinta adhesiva y el pulimento líquido sin siliconas, tal y como recomienda la ITV. Una vez tenemos todos estos materiales, se empieza a lijar con movimientos circulares. Es conveniente que la lija esté un poco humedecida.
El siguiente paso es limpiar y aclarar con agua los faros. Posteriormente, viene lo más difícil: aplicar el pulimento líquido y repartirlo homogéneamente con el trapo de algodón. Alternativamente, se puede usar el taladro con el disco de lana para poner el pulimento líquido. Sea como sea, tras hacer esto, hay que dejar pasar unas horas para que se seque. Para terminar, se vuelve a pasar agua y jabón por la zona para evitar que quede algún rastro y lo secamos con una bayeta.
Para los que prefieran hacerlo con pasta dentífrica, simplemente se trata de cubrir los faros con este producto y extenderla por todo el cristal. Se deja reposar unos 10 minutos y es entonces cuando aclaramos la zona para aplicar agua y jabón o limpiacristales y pasamos un trapo para secar.
Finalmente, si estuvieran muy sucios, siempre se puede llevar el coche a un mecánico para que los limpie y pula o, como último remedio, cambiar los faros.