Cómo minimizar los riesgos de conducir con lluvia, nieve o niebla

Los episodios de lluvia, nieve o niebla dificultan la visibilidad para los conductores y hacen que sea más difícil transitar por el asfalto
En los tres casos, es importante mantener la calma, incrementar la distancia de seguridad con los coches y moderar la velocidad sin maniobras bruscas
Por el efecto rebote y las molestias que podemos causar a los conductores que circulan en otro sentido, las luces largas no se ponen cuando hay niebla
La borrasca Filomena ha dejado muchos sitios del país completamente nevados. En Madrid, la capital del país, se han llegado a acumular más de 50 centímetros de nieve. Tras el paso de este temporal, se avecina una ola de frío en la que los termómetros llegarán a los dos dígitos bajo cero, especialmente en el norte y en el interior de la Península Ibérica. En otros puntos del territorio, también se prevé viento y lluvia.
La nevada de este segundo fin de semana del año ha obligado a cortar algunas de las arterias principales de España, como la M-30, que es una de las vías más transitadas a diario. El temporal no ha afectado únicamente a los coches en la ciudad madrileña, sino que también tuvo que cerrar el aeropuerto de Barajas, algunos trenes de AVE y parte del transporte público, como son los autobuses y cercanías.
Estas condiciones meteorológicas tan extremas no son habituales en estos puntos del país, pero en invierno sí que es más frecuente vivir episodios de lluvias, niebla o nieve, aunque sin ser tan intensa. Esto puede hacer que la circulación sea más complicada, pero lo primero es tener paciencia, olvidarse de las prisas y conducir con mucha atención y cautela.
A continuación, te explicamos algunas recomendaciones para evitar que los nervios te invadan y puedas conducir con seguridad y calma.
Cómo conducir con lluvia
De todos los fenómenos meteorológicos adversos, este es, seguramente, con el que más tienen que lidiar los conductores. Cuando llueve, es importante reducir la velocidad para prevenir riesgos, no hacer maniobras ni giros bruscos y aumentar la distancia de seguridad respecto a los vehículos de delante.
El asfalto mojado es más peligroso y el coche puede deslizarse con más facilidad, por lo que el riesgo es mayor. Si realizas algún adelantamiento, en ese momento debes incrementar la velocidad del limpiaparabrisas, debido a que el agua que salpica el coche que adelantas dificulta la visibilidad.
También es fundamental agarrar el volante con firmeza para mantener una trayectoria adecuada. Esto es especialmente más necesario si en algún momento es inevitable el aquaplanning.
Se recomienda tener puesto el aire caliente para evitar que el cristal se empañe y evitar tener problemas de visibilidad. En cuanto a las luces, es importante llevar puestas las de cruce. Si la lluvia es muy intensa y cae mucha agua en muy pocos segundos, es entonces cuando se pueden usar las luces antiniebla.
Cómo conducir con nieve
Si la nieve empieza a caer cuando estás conduciendo, también hay que reducir la velocidad, sujetar el volante con firmeza, evitar las maniobras bruscas y dejar una distancia de seguridad muy considerable respecto a los coches de delante tuyo. Por otro lado, es mejor conducir con marchas largas. Si no llevas neumáticos de invierno, es posible que tengas que poner las cadenas.
En cuanto a la trayectoria, es importante seguir las rodadas del resto de vehículos. También conviene poner las luces de cruce. En el caso de que los termómetros bajen más, es posible que se forme hielo, y es entonces cuando la conducción es aún más complicada. Si pisas una placa de hielo, levanta el pie del acelerador lentamente y, cuando recuperes la adherencia, frena. Cuando hayas salido de la placa, puedes rectificar la trayectoria.
Tras llegar a tu destino, es importante levantar los limpiaparabrisas para que no se queden pegados a la luna delantera por efecto de la congelación y tampoco es bueno tensar el freno de mano al máximo, ya que cuando vuelvas a arrancarlo, costará quitarlo.
Cómo conducir con niebla
Hay momentos en el asfalto en los que la visibilidad es prácticamente nula. Muchas veces, la razón que lo explica es la niebla. Si cuesta ver lo que hay más allá de los 100 metros, es entonces cuando hay que poner las luces antiniebla, tanto las delanteras como las traseras. No se pueden poner las luces largas porque, entre otros motivos, pueden molestar mucho a los conductores que circulan en el otro sentido.
Es importante usar el limpiaparabrisas para ir eliminando el vaho que se acumula. De nuevo, moderar la velocidad e incrementar la distancia de seguridad con el resto de vehículos es imprescindible. En este sentido, para indicar a los conductores de detrás tu presencia, es bueno frenar intermitentemente y de una forma muy suave. Para seguir una trayectoria correcta, pueden servir de referencia las marcas longitudinales del asfalto.
Otro consejo es que no es bueno detenerse en el arcén, ya que eso puede distraer a otros conductores. Lo mejor es parar en una área de servicio o algo similar para no ocasionar ningún problema al resto de personas que circulan por una zona con muy poca visibilidad.
Así pues, cuando el tiempo dificulta la conducción, es vital extremar las precauciones, circular siempre por la derecha y evitar maniobras bruscas que puedan causar un riesgo mayor.
Finalmente, es bueno comprobar la previsión meteorológica para saber en qué condiciones puede ser que tengas que conducir y, al mismo tiempo, tener el coche en condiciones óptimas (buen estado de los neumáticos, amortiguadores, frenos, luces, limpiaparabrisas…) para no tener ningún problema mecánico si tienes que circular con lluvia, nieve o niebla.