Qué es un plan de pensiones y cómo funciona

Es un instrumento de ahorro e inversión a largo plazo del que disponer, en la mayoría de casos, cuando una persona se jubila
El máximo que se puede aportar anualmente son 8.000 euros
Estas aportaciones se invierten con el objetivo de que generen rentabilidad y el cliente puede optar por planes más conservadores, moderados o atrevidos
Durante la vida laboral, hacemos muchos cálculos para ahorrar, hacer frente a las obligaciones de pago y a posibles inversiones. Algunas de estas operaciones tienen una perspectiva a largo plazo. Una de ellas es el plan de pensiones, orientada al momento en el que llegue la jubilación. A continuación, abordamos su funcionamiento y sus principales características.
Qué se entiende por plan de pensiones
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Un plan de pensiones es un instrumento de ahorro e inversión a largo plazo que genera un dinero del que se dispone, mayoritariamente, cuando una persona se jubila. Consiste en hacer aportaciones periódicas (de carácter mensual, por ejemplo) o extraordinarias (se pueden aplazar durante un tiempo y retomarlas cuando el cliente pueda).
Estas cantidades se invierten para que obtengan una rentabilidad, a criterio de los gestores de la entidad con la que se ha formalizado el plan de pensiones. El objetivo es que, cuando la persona saque el dinero acumulado, lo que recoja sea la suma del dinero aportado y la rentabilidad de estas cantidades.
En cuanto a las aportaciones, la cantidad máxima anual que se puede poner son 8.000 euros. Por otro lado, en el caso de aquellas personas cuyos cónyuges no tengan rendimientos netos del trabajo o que ingresen menos de 8.000 euros anuales, su aportación al plan de pensiones será de un máximo de 2.500 euros al año.
Tipos de planes de pensiones e inversiones
Los planes de pensiones pueden ser individuales (en el que la persona interesada es quien contrata el plan de forma particular) o incentivados desde el empleo (los gestiona la empresa en la que la persona presta sus servicios laborales y en los que solo se pueden realizar aportaciones que, o bien hace la empresa, poniendo parte del dinero de los trabajadores; o es una aportación combinada entre la empresa y el trabajador).
Sobre las inversiones, algunas de ellas reportan más rentabilidad que otras, pero también pueden conllevar más riesgo. Según los tipos de inversión que se puedan hacer, hay cuatro tipos de planes de pensiones:
- Planes de renta fija: A pesar del nombre, su rentabilidad es variable. Son fijos los plazos en los que se presta el dinero de las aportaciones a Estados (letras del tesoro, especialmente) o a empresas privadas a cambio de un interés. Pueden ser a corto o largo plazo. Los riesgos son menores y el tipo de interés también suele ser bajo. Por lo tanto, hay menor rentabilidad.
- Planes de renta variable: Las inversiones son mucho más diversas y no se circunscriben a una única compañía. Su rentabilidad puede ser bastante alta, aunque es una opción que implica más riesgos que, de producirse, pueden hacer que la rentabilidad sea muy baja o inexistente.
- Planes mixtos: Combina los activos de renta fija y variable, por lo que intenta captar una de las principales ventajas de la fija (mayores garantías y seguridad) y también de la variable (mayor rentabilidad). Oscila, pues, entre un plan de inversión más conservador y otro más atrevido.
- Planes garantizados: En este caso, supone la recuperación total de todas las aportaciones que se han ido haciendo. En ocasiones, puede haber una pequeña rentabilidad, ya que también se hace alguna inversión de renta fija o variable.
Cómo rescatar el plan de pensiones
Lo más habitual es reunir todo el dinero acumulado a lo largo de los años y la rentabilidad generada (si se da la circunstancia) una vez se ha llegado a la jubilación, aunque hay otras situaciones previstas para hacerlo de manera anticipada:
- Desempleado de larga duración: Dado este contexto difícil, el titular del plan de pensiones tiene que demostrar que está desempleado, que está inscrito como demandante de empleo y que haya agotado la prestación del paro o no tenga derecho a ella.
- Incapacidad laboral, enfermedad grave o dependencia severa: Para acceder al dinero del plan de pensiones, también hay que demostrar estas situaciones.
- Fallecimiento: El capital reunido en el plan por la persona titular que haya fallecido va para los beneficiarios o herederos.
- Si se está en proceso de ejecución hipotecaria: El dinero se podrá sacar para hacer frente al préstamo hipotecario, aunque solo si se demuestra que no se puede pagar la hipoteca de otra manera y que el dinero del plan de pensiones sea suficiente para evitar la ejecución.
- Rescatarlo a los 10 años de su contratación: Es una opción que se aprobó en 2015 y que se podrá empezar a efectuar el 1 de enero de 2025.
En cuanto a la manera de recibir el traspaso del dinero, su entrega puede ser en una única vez o bien a través de rentas periódicas.
Deducciones fiscales y tributos
Las aportaciones que se hacen al plan de pensiones pueden ser desgravadas en IRPF, por lo que supone un ahorro fiscal. Imaginemos que una persona gana 28.000 euros anuales y, de este dinero, aporta 4.000 euros al plan de pensiones. Estos 4.000 son los que desgravan. El tipo de retención que corresponde es del 30%, así que el ahorro en IRPF sería de 1.200 euros.
Cuando se rescate el dinero del plan de pensiones, hay que destacar que esa cuantía se considera renta del trabajo, por lo que habrá que tributar por la suma de la cantidad rescatada y de la pensión adjudicada.