Cómo deben tributar los autónomos las ayudas o subvenciones

Las ayudas y subvenciones vinculadas al desarrollo de la actividad económica se consideran ingresos o ganancias patrimoniales
La tarifa plana de los autónomos, es decir, las bonificaciones de la cuota a la Seguridad Social, queda exenta de tributar
En España hay aproximadamente dos millones de autónomos
En una época en la que la pandemia ha paralizado la actividad económica y ha repercutido negativamente en los ahorros e ingresos de muchos españoles, el escudo social que constituyen las ayudas y subvenciones para contribuir a salvar empleos y negocios es más fundamental que nunca. Una de las prestaciones que más protagonismo está teniendo desde el pasado mes de marzo es el ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo), un instrumento que también está destinado a muchos autónomos y empresarios.
Una buena parte de las ayudas y subvenciones que tiene previstas el Ministerio de Trabajo a través del SEPE o las propias comunidades autónomas son para el desarrollo de la actividad económica, con lo que estamos hablando de ingresos o ganancias patrimoniales. Esto significa que, por regla general, hay que tributar por todas las ayudas y subvenciones percibidas.
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Cómo sé qué ayudas o subvenciones debo tributar
En España, hay alrededor de dos millones de trabajadores por cuenta propia o, dicho de otra forma, autónomos. Como son personas que realizan una actividad económica, los ingresos que puedan obtener mediante estas ayudas o subvenciones (en caso de que se las concedan, deben cumplir con todos los requisitos de cada una de ellas) se considera que es rendimiento de la actividad o bien una ganancia patrimonial.
A su vez, aquellas que se consideran rendimiento de la actividad están bifurcadas: por un lado, están las subvenciones corrientes o de explotación (que se declaran anualmente en el IRPF y son aquellas que están orientadas a compensar los gastos que conlleva la actividad económica que se realiza) y las subvenciones de capital (las dirigidas a inversiones de la empresa, en esta situación, se pagan impuestos según la amortización de los bienes en los que se ha invertido).
Todas estas ayudas se incluyen en el capítulo de ingresos cuando se hace la declaración del IRPF.
Hay subvenciones para establecerse como autónomo, para contratar a personal, para formación o para innovación y desarrollo.
Por otro lado, otra de las ayudas más conocidas es la tarifa plana, que es una forma de bonificación de las cuotas a la Seguridad Social. En este caso, si tienes concedida esta reducción, no hay que tributar por ella, puesto que no supone un ingreso o un cambio en la contabilidad de la actividad empresarial.
En cuanto a los ERTE, los trabajadores estarán obligados a declarar que han percibido esta prestación, ya que habrá tenido dos pagadores a lo largo del año. La declaración de la renta se tiene que hacer obligatoriamente si los rendimientos del trabajo son superiores a 14.000 euros si ha tenido dos o más pagadores y si el segundo de ellos le ha pagado más de 1.500 euros.