Pura proteína: descubierto un ingrediente secreto en las pinturas de Da Vinci y Botticelli


Investigadores del Instituto de Ingeniería de Procesos Mecánicos y Mecánica del Instituto de Tecnología de Karlsruhe confirman el uso de yema de huevo en pinturas al óleo de maestros rena
La yema, usada como aglutinante, retrasa el secado del lienzo y aminora los signos de envejecimiento de la pintura
Trazas de proteínas habían sido detectadas en estudios anteriores, pero se consideraban restos contaminantes
Científicos alemanes han descubierto un ingrediente secreto en las pinturas de tres grandes maestros del arte, un elemento hasta ahora no identificado que otorga a sus obras un brillo especial y una resistencia al paso del tiempo que las diferencia de otros artistas.
Investigadores del Instituto de Ingeniería de Procesos Mecánicos y Mecánica del Instituto de Tecnología de Karlsruhe han confirmado que Leonardo Da Vinci, Sandro Botticelli y Rembrandt usaban yema de huevo en sus pinturas al óleo.
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La presencia de proteínas en pinturas clásicas al óleo no es nueva. Pero muchas veces, esas trazas se atribuían a contaminación por sustancias presentes en los talleres de los artistas.
"Hay muy pocas fuentes escritas sobre esto pero ningún trabajo científico se ha realizado antes para investigar el tema con tanta profundidad", ha dicho a CNN la autora del estudio, Ophélie Ranquet, una de las autoras del estudio sobre los aglutinantes de la pintura, publicado en Nature Communications.
"Nuestros resultados muestran que incluso con una cantidad muy pequeña de yema de huevo, se puede lograr un cambio sorprendente de propiedades en la pintura al óleo, lo que demuestra cómo podría haber sido beneficioso para los artistas".

Pero, ¿qué aporta yema de huevo a las pinturas? "La adición de yema de huevo es beneficiosa porque puede ajustar las propiedades de estas pinturas de manera drástica", dijo Ranquet, "por ejemplo, al mostrar el envejecimiento de manera diferente: la pintura tarda más tiempo en oxidarse, debido a los antioxidantes que contiene en la yema".
La pintura al óleo, que empezó a usarse en el siglo VII en Asia Central, llegó a Europa tiempo después y fue asentándose entre la Edad Media y el Renacimiento. Se obtenía de forma artesanal mezclando agua, aceite vegetales como linaza o cártamo y pigmentos. Los viejos maestros experimentaron con esa 'receta' y le añadieron el huevo.
Los investigadores han constatado que las reacciones químicas entre el aceite, el pigmento y las proteínas de la yema afectan directamente el comportamiento y la viscosidad de la pintura. “Por ejemplo, el pigmento blanco de plomo es bastante sensible a la humedad, pero si lo recubres con una capa de proteína, lo hace mucho más resistente, lo que hace que la pintura sea bastante fácil de aplicar”, dijo Ranquet a CNN.
"Por otro lado, si quisieras algo más rígido sin tener que agregar mucho pigmento, con un poco de yema de huevo puedes crear una pintura de alto empaste", agregó, refiriéndose a una técnica en la que la pintura se coloca en un trazo lo suficientemente grueso como para que las pinceladas aún sean visibles. Habría sido deseable usar menos pigmento hace siglos, cuando ciertos pigmentos, como el lapislázuli, que se usaba para hacer azul ultramar, eran más caros que el oro, según Ranquet.

Una de las características de la pintura al óleo es que empieza a secarse de arriba hacia abajo, lo que provoca arrugas características, que según la teoría defendida en este estudio, podría evitarse empleando la yema de huevo.
La presencia de esas arrugas es visible en "La Virgen del Clavel", de Leonado Da Vinci, una de las obras analizadas en el estudio. Otra de las obras de estudio ha sido "La lamentación sobre Cristo muerto", de Botticelli. La obra está mayoritariamente realizada al temple pigmentos en polvo, agua y aglutinantes como grasa animal o huevo), pero se ha utilizado pintura al óleo para el fondo y algunos elementos secundarios.