La historia detrás del 'San Jerónimo' que la policía ha depositado en el Bellas Artes de Sevilla

La obra iba ser subastada con un precio de salida de 120.000 euros
La última vez que se tuvo constancia de su existencia estaba en el Convento de Dominicas del Corpus Christi de Córdoba
Tras el cierre del Convento, la obra fue objeto de comercio contraviniendo la normativa vigente de Patrimonio Histórico
El final feliz lo conocemos, la policía ha entregado al Museo de Bellas Artes de Sevilla la obra San Jerónimo oyendo la trompeta del Juicio Final, del pintor Sebastián Martínez. El principio es un embrollo que la policía ha tardado meses en averiguar.
La Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes del Patrimonio Histórico Español avisó: iba a salir a subasta en Sevilla una oleo sobre lienzo del siglo XVII de Sebastián Martínez que había que investigar.
No se podía subastar
La última vez que se había tenido constancia de la obra estaba en el Convento de las Dominicas del Corpus Christi de Córdoba. En 1992 el convento cerró y se le perdió la pista. Por eso saltó la alarma.
Aunque no había denuncias de robo, en 1985 se aprobó la Ley de Patrimonio Histórico, por lo que si la obra se vendió en 1992 cuando cerró el convento, o e 1997 cuando compró el edificio una entidad bancaria, fue un acto ilícito.
Además no había constancia de su venta.
Las pesquisas policiales
La policía intervino la obra en diciembre de 2019 e identificaron al propietario que la presentaba. Un galerista y marchante de arte que la había adquirido poco antes a la misma sala de subastas. Estos a su vez la habían comprado en noviembre de 2016 a una entidad dedicada a la venta de arte y antigüedades de Sevilla.Las pesquisas de la policía acabaron en un anticuario cordobés, ya fallecido, que la vendió a través de una empresa ya extinguida. Cómo llegó hasta sus manos la obra es un misterio.
Solo San Jerónimo lo sabe, y quizá algún comerciante avispado que prefiere callar.
El cuadro recuperado ha quedado depositado en el Museo de Bellas Artes de Sevilla. Allí se quedará hasta que la autoridad judicial determine su destino.