El Reina Sofía hace justicia: las tres fotos que eran de Gerda Taro y no de Robert Capa

Tras revisar algunas de las obras atribuidas a Robert Capa el Reina ha concluido que algunas son de su pareja
Muchos de los contactos originales de los trabajos que hicieron durante la contienda española en 1937 están firmados por ambos
Con motivo del 8-M el Museo Reina Sofía presenta una nueva sala dedicada a la mujer en la Guerra Civil
El Museo Reina Sofía ha hecho justicia con Gerda Taro. Por primera vez presenta al público tres fotografías de la Guerra Civil española atribuidas a Robert Capa con el nombre de su auténtica autora: la fotógrafa Gerda Taro, pareja sentimental del famoso fotoperiodista. Las imágenes ven la luz en la nueva sala del museo dedicada a la mujer en la Guerra Civil.
La sala, bautizada como "Frente y retaguardia: Mujeres de la Guerra Civil", se ha inaugurado con motivo del 8M , y es un nuevo espacio que el museo de arte contemporáneo ha creado dentro de su colección permanente para ensalzar "el papel activo" de las mujeres durante la Guerra Civil, según ha explicado su director Manuel Borja-Villel.
Además de las fotografías de Taro, también se encuentran fotografías de Kati Horna, una serie de grabados de Pitti Bartolozzi, junto a películas, revistas y ediciones de la época.
Recuperar a Gerarda Taro
El nombre de Gerda Taro fue durante años sepultado por la historia. Si se la mencionaba solía ser como la 'novia de Robert Capa', pese a que ambos fueron pareja sentimental y profesional.
Su corta carrera (murió en 1937 tras la batalla de Brunete) y el trabajo conjunto que realizó con el fotógrafo húngaro motivó que su obra fuera en ocasiones atribuido erróneamente a él. Pero lo cierto es que ambos (sus nombres originales eran Gerta Pohorylle y Endre Friedmann) decidieron crear el pseudónimo de Robert Capa, para vender mejor el trabajo de ambos.
Muchos de los contactos originales de los trabajos que hicieron durante la contienda española en 1937 están firmados por ambos ("Capa-Taro"), y desde que se encontró la famosa 'Maleta Mexicana' con fotos de Capa, Taro y Chim (David Seymour) se ha realizado una revisión de la autoría de la obra de ambos, que ha afectado también a la colección del Reina Sofía.
Las cuatro fotos que ahora aparecen en esta sala forman parte de la donación que Cornell Capa legó al museo madrileño en 1998 de 205 fotos, entre las que se encontraba Muerte de un miliciano.
Tres han sido atribuidas a Taro (que ahora se muestran por fin con su firma) y otras tres han sido atribuidas a los dos (solo se muestra una). En estas últimas no se ha podido comprobar quién apretó el disparador, según ha explicado la conservadora del departamento de fotografía del museo Concha Calvo.
En las imágenes se puede ver el trabajo habitual de Taro y Capa en la Guerra Civil: estampas en blanco y negro de un miliciano en el frente de Aragón descansando, un grupo de soldados manejando artillería, o soldados republicanos en el frente de Málaga o en el de Madrid.
Para esta reatribución se ha contado con el asesoramiento de Cynthia Young, del Internacional Center of Photography (ICP) de Nueva York, que atesora el legado del fotorreportero.
La mujer en la Guerra Civil
Ademas de las nuevas obras atribuidas a Taro, la nueva sala del Reina Sofía incluye la obra de otras autoras que trabajaron durante la Guerra Civil española, en ambos bandos.
Entre ellas, se encuentran fotografías de Kati Horna, otra fotógrafa húngara que trabajó para la CNT durante la contienda, y que fue adquirida hace unos años por el museo, y que ahora se muestran por primera vez, ha señalado el director del museo.
Horna, muy adelantado a su tiempo, experimentó con el lenguaje surrealista como se puede ver en algunas de las imágenes icónicas que ahora ven la luz, como Subida a la catedral, que juega con la imagen de una mujer en la pared", Los paraguas o una instantánea de una mujer dando el pecho.
La nueva sala incluye también una representación de obra gráfica con una exquisita serie de grabados de Pitti Bartolozzi, Pesadillas infantiles, que estuvieron expuestos en el pabellón español en la exposición de París en 1937 junto al Guernica y que muestra, con dureza, los temores infantiles ante la guerra.