Un pescador encuentra una virgen gótica de piedra en el río Sar


La pieza estaba semisumergida en una zona de poco caudal situada en la parroquia compostelana de Conxo
Los expertos creen que puede llevar cientos de años en ese mismo punto
El pescador que la encontró recibirá como recompensa la mitad de su valor
Fernando Brey no esperaba lo que se iba a encontrar cuando iba en busca de truchas al río Sar, en Santiago de Compostela. Este pescador aficionado llegó hasta una zona de poco caudal en la que había varias piedras y entre ellas le pareció diferenciar la imagen de una virgen. No daba crédito a lo que estaba viendo y no tenía el móvil para poder hacer fotos. Así que volvió al día siguiente. Al principio le costó encontrar de nuevo el lugar pero finalmente llegó hasta la talla de piedra. Decidió que lo mejor sería llamar a una amiga que es experta en patrimonio cultural, Ana Paula Castro. Ésta se mostró incrédula al principio pero cuando le mandó las fotos se quedó gratamente sorprendida. Inmediatamente supo del gran valor del hallazgo y lo puso en conocimiento de la Xunta de Galicia. La escultura ya ha sido recuperada del lecho del río y se ha trasladado al Museo das Peregrinacións de Santiago, donde será estudiada en profundidad para determinar su valor patrimonial.
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— Asociación para a defensa do Patrimonio Galego (@apatrigal) June 15, 2020
Una talla de granito del siglo XIV
Ella misma, en colaboración con otros expertos, elaboró un informe que le remitieron a la consellería de Cultura. Juan Monterroso, profesor de Historia del Arte, sitúa la escultura en el segundo o tercer cuarto del siglo XIV. Los investigadores creen que se trata de una talla suspendida, estaría colocada en un muro a varios metros de altura para poder ser vista desde abajo. Una posibilidad que se ve reforzada por la decoración que presenta en la base, con una flor de cuatro pétalos y hojas de acanto entrelazadas. Si estuviera apoyada en una estructura no tendría sentido tanta ornamentación.

La pieza está tallada en cuatro de sus cinco caras y representa a una virgen sedente con el niño Jesús, al que parece estar dando el pecho. En los laterales hay dos ángeles. Tanto la cara de la virgen como la cabeza del niño han desaparecido. Teniendo en cuenta el desgaste de las aristas todo apunta a que fue a causa de un impacto antiguo. Hay que investigar si pudo romperse accidentalmente o si se hizo a propósito para desacralizar la pieza. Según explica el catedrático y académico Ramón Yzquierdo era algo habitual durante el barroco gallego reutilizar piezas antiguas para otros usos.
¿Cómo llega la virgen al río?
Ahora es cuando empiezan las investigaciones. Hay que averiguar qué virgen es y por qué estaba allí. “Nosotros creemos que no fue llevada allí, sino que siempre estuvo allí”, afirma Carlos Henrique Fernández, presidente de Apatrigal. “El río no tiene suficiente caudal para moverla y a esa zona no se puede acceder con vehículos, sólo andando. Así que no cabe en la cabeza de nadie que alguien pudiera moverla”. Hay que tener en cuenta que la pieza es de granito y mide más de un metro, por lo que puede pesar unos 200 kilos. Los expertos explican que en esa zona del río han localizado unos muros de piedra, por lo que tienen la sospecha de que allí pudo haber una iglesia y la virgen pudo caer de allí al río. Consideran que la hipótesis más probable es que haya estado en ese mismo punto durante cientos de años, pero nadie reparó en ella hasta ahora. Aunque está a apenas un kilómetro de la catedral de Santiago, es una zona de difícil acceso. “Tienes que meterte por una zona con bastante vegetación, sorteando ramas. Solo los pescadores van hasta allí”, cuenta Carlos Henrique Fernández.

El pescador que la encontró recibirá una recompensa
Los expertos de patrimonio de la Xunta de Galicia tasarán la escultura. Desde Apatrigal calculan que podría tener un valor de unos 15.000 euros. Y la mitad de ese dinero iría a parar a manos de Fernando Brey, el pescador que la encontró. “Si tú encuentras un tesoro arqueológico tienes que ponerlo en conocimiento de la Xunta porque es un bien público, aunque esté en tu finca particular. Pero como premio por encontrarlo te pagan el 50% del valor”, explica Carlos Henrique Fernández.
Desde luego no está mal para un día de pesca. Fernando está encantado, no sólo por el dinero que se pueda llevar, sino por la importancia de su hallazgo. Nunca pensó que yendo en busca de truchas se iba a encontrar con una virgen gótica.