Una reconstrucción facial sugiere que Rafael se 'retocó' la nariz en su famoso autorretrato


Una reconstrucción reciente de su rostro apunta a que el pintor tenía una nariz más prominente de lo que mostraba en su obra
Al maestro renacentista Rafael Sanzio probablemente no le gustaba mucho su nariz. Por ese motivo, en pleno siglo XVI y como si de Photoshop o los filtros de Instagram se tratase, el pintor no dudó en retocarse la nariz en su famoso autorretrato hasta darle una forma ideal.
Esta es la conclusión a la que han llegado un grupo de científicos de la Universidad de Roma después de haber creado una reconstrucción en 3D por ordenador del rostro del artista. Lo han hecho a partir de un molde de yeso de su presunto cráneo hecho en 1833.
“Realmente hizo que su nariz se viera más refinada”, afirma el profesor Mattia Falconi, biólogo molecular del campus de Tor Vergata, en la universidad citada. “Su nariz era, digamos, ligeramente más prominente.”La obra muestra una nariz más aguileña que la que tenía Rafael, la misma que también retrató en otras obras en las que se pintó a sí mismo.
Esta recontrucción ha sido posible gracias a las técnicas de estratificación de tejidos, utilizadas en criminología, que emplearon Falconi y demás expertos. El resultado fue un rostro similar al del maestro en un grabado de Marcantonio Raimondi, uno de sus estudiantes.
“Cuando terminamos, me dije a mí mismo: ‘He visto esa cara antes’” declaró el científico de 57 años en una entrevista telefónica. También presenta cierta similitud con el protagonista de Retrato de un hombre, pintado entre 1512 y 1515 por Sebastiano del Piombo, un rival de Rafael.
La última exhumación del 'divino'
Esta reconstrucción coincide con el año en el que se han exhumado por última vez los restos que se cree que pertenecen a Rafael, quien fue aclamado por sus coetáneos como 'el divino' por su continua búsqueda de la perfección a través de su obra. El artista murió en la capital italiana en 1520 con 37 años, probablemente de neumonía, y fue enterrado en el Panteón de Roma.
El autorretrato, que normalmente se puede ver en la galería de los Uffizi de Florencia pero que actualmente está en Roma, fue realizado unos 15 años antes, momento en que el artista no tenía barba. La reconstrucción de su rostro se acercaría más al aspecto de éste cuando el pintor se encontraba próximo a morir, momento en que sí llevaba barba.
Durante siglos se ha especulado con que los huesos exhumados en 1833 y vueltos a enterrar en una cripta reconfigurada podrían no haber sido de Rafael, porque algunos de sus estudiantes fueron enterrados más tarde cerca de él.
Falconi cree, no obstante, que la investigación sugiere que existe un 85% de posibilidades de que el cráneo sea de Rafael debido a las similitudes con la mayor parte del rostro del artista, tal como lo representaron él y sus contemporáneos.
Por el momento, el científico afirma que esperará a que la tumba pueda abrirse de nuevo algún día y así poder hacer pruebas directas en el cráneo. Esto podría confirmar, entre otros aspectos, la causa de su muerte.