Descubren grabaciones inéditas de la Barcelona de los años 30, escondidas en películas infantiles

Las películas muestran obreros trabajando, desfiles de carnavales o deportistas preparando los Juegos Olímpicos de 1936
Las guardó el abuelo de Ricard Casanovas antes de irse al exilio en Francia
Cuando Josep Arnella y Ricard Casanovas coincidieron en la instalación de una antena en su edificio desconocían su próximo descubrimiento. El primero le contó su pasión por los proyectores antiguos y el segundo recordó que guardaba una caja con retales de película que había grabado su abuelo y que la familia no había visto.
De las tiras de 9.5 milímetros, salieron 1.500 metros de película de dos horas y media de duración: “Eran retales que mi abuelo había descartado”, explica Casanovas. Arnella ha pegado todos los pedazos en un trabajo artesanal que le ha llevado año y medio. El resultado es un nutrido documento de la vida cotidiana barcelonesa en los años 30.
Los filmes estaban escondidas en una caja de películas infantiles: “En aquella época compraban películas infantiles para verlas los domingos por la tarde con la familia”, explica Casanovas, que cree que aquellos retales quedaron olvidados en esas cajas y no fueron escondidos a posta.

Cimientos de la Sagrada Familia
El montaje de Arnella muestra temas tan dispares como los obreros cavando en los cimientos de una torre de la Sagrada Familia, la aprobación del estatuto catalán, un desfile de los carnavales o a deportistas preparados para la Olimpiada Popular de 1936, un evento deportivo que no se llegó a celebrar porque estaba previsto para julio y empezó la Guerra Civil.
“Mi abuelo era artista lacador y le interesaban muchas disciplinas artísticas, como el cine”, explica Casanovas del autor de estas películas, Ramon Sarsanedas. “Procedía de una familia acomodada y estaba bien conectado con el panorama político”, añade. Sarsanedas se llevaba su cámara de viaje, una Pathé Baby, a todas partes. Eso explica que junto a los fragmentos de la vida diaria, aparezcan eventos políticos como la muerte de Francesc Macià, presidente de la Generalitat catalana durante la República.
El abuelo Sarsanedas se exilió a París durante la Guerra Civil y volvió a Barcelona al término de esta: “Me contaba que fue muy duro anímicamente volver con el bando de los derrotados”, explica su nieto. Pese a los convulsos años de la familia, los retales han llegado hasta nuestros días entre emotivos recuerdos familiares: “Para mí son los más importantes. He descubierto escenas familiares en las que aparecía mi madre cuando tenía 3 años. Me emocioné al verla”, explica Casanovas que en breve se lo mostrará a sus hermanos para sorprenderles.
Una década dedicada a los proyectores
El montador de esta película, Josep Arnella, tiene más de 100 cámaras en casa. Dice que no le gusta el cine, pero sí “las cámaras y los proyectores” que colecciona desde que se prejubiló hace 11 años. Antes era cerrajero. “Primero coleccionaba cámaras. Luego me regalaron un proyector y aprendí yo solo a repararlo y hacerlo funcionar”, explica Arnella. Muchas de las películas que manipula son de celuloide, un material altamente inflamable y muy sensible. “La gente me trae películas que tiene en casa y me pide que las digitalice porque no las pueden ver. A cambio me regalan el proyector. Hacemos un pequeño trueque”, explica.
Arnella ha encontrado auténticos documentos históricos, muchos de ellos en la basura, como una visita de Franco o el 41º cumpleaños de Hitler: “Los encuentro en la basura o la viene gente que me conoce y me las regala”, explica. Hace unos meses donó 45 películas a la Filmoteca de Cataluña: “Aparecen cosas importantes. Muchos no sé quienes son porque no soy historiador para eso están los técnicos”, añade. En enero donará 50 películas más.