Antonio de la Torre: "Lo que mola es ir al partido y pensar que es posible ganar"

El malagueño está nominado al Goya como Mejor Actor por 'La trinchera infinita'
Con esta, suma ya 14 nominaciones
Es el actor español que más veces ha sido nominado a los Goya por su interpretación
Ha sido periodista deportivo, y aunque dice que le queda poco de informador, no puede evitar hacer símiles entre el fútbol y su carrera. Antonio de la Torre (Málaga, 1968) vuelve a estar nominado a los Goya como mejor actor (y ya van 14 veces), pero es consciente de que el favorito es otro malagueño, también llamado Antonio (Banderas).
Irá a los premios con la esperanza de tener una posibilidad. La que da su alabada interpretación como el topo Higinio Blanco en La trinchera infinita (Jon Garaño, José María Goenaga y Aitor Arregi, 2019). "Hay que salir a ganar, y ganar, y ganar, y volver a ganar. ¡Señores, del subcampeón no se acuerda nadie!...", bromea imitando al fallecido seleccionar nacional Luis Aragonés.
De la Torre es el actor español que más veces ha sido nominado en los 34 años que se llevan celebrando estos premios. "Ya me superarán", dice con la misma serenidad con la que analiza todo lo que le ha pasado estos años, desde que recibió su primer Goya con Azuloscurocasinegro (Sánchez Arévalo, 2006) hasta su segundo cabezón. El que ganó el año pasado por su papel de político corrupto en El reino (Rodrigo Sorogoyen, 2018).
"No me quiero dar golpes en el pecho. Soy de familia humilde y he probado el barro. Pero sí, me lo he currado mucho, todo necesita esfuerzo", confiesa el actor. "Cuando miro para atrás veo algunas locura que hice de joven, como cuando estaba presentando Gol a Gol en Canal Sur y cogí un coche prestado al acabar, a la una de la madrugada, para irme a un rodaje a Valencia. ¡Llegué a las 10 de la mañana!", cuenta el actor riendo.
Mi vida es normal. Preparo el desayuno, ayuda a vestir a mis hijos y los llevo al colegio. Lo de la alfombra roja es de vez en cuando
A sus recién cumplidos 52 años lleva con serenidad lo que le está pasando: "Mi vida es normal, vivo en Sevilla en un piso. Por la mañana preparo el desayuno, ayudo a vestir a Daniel (tres años) y Martina (ocho), y llevo a mi hija al colegio. Lo de la alfombra roja es de vez en cuando".
Una vida que, eso sí, tiene que conciliar con su trabajo: le ha tocado viajar un par de veces a Uruguay para preparar La noche de 12 años (Álvaro Brechner, 2018), o vivir unos días en Zahara de la Sierra (Cádiz), tomando nota para poder interpretar al Higinio de La trinchera infinita.
Para hacerlo bien tienes que currártelo mucho
"Para cambiar de registro necesitas trabajo de campo, mucho trabajo de campo. Me encantaría que se me pusiera la cara de Javier Bardem, que es un crack, pero para hacerlo bien tienes que currártelo mucho y asimilar de todo", comenta el actor.
Un "trabajo de campo" que aplica a sus nominaciones. Muchos años como candidato, y muchos años escuchando el nombre de otro. Claro que sus rivales han sido Luis Tosar en Celda 211 (Daniel Monzón, 2009), o Javier Bardem en Biutiful (Alejandro González Iñárritu, 2010), entre otros.
No hay que tener miedo de las experiencias. De todo se aprende, también de estar nominado
"Tenemos miedo de que nos pasen cosas, y no hay que temer. Tenemos miedo de ponernos nerviosos, de enamorarnos, de las experiencias, que son maravillosas. De todo se vive, y de todo se aprende. También de estar nominado".
Y lo que ha aprendido es a no llevar el discurso escrito, aunque sí tiene preparado un guión mental de lo que podría decir en caso de que se lo dieran. "Este año agradecería a mis raíces, a mis padres, a mi familia...". Eso sí, reconoce que es imposible no sentir nervios, aunque esté convencido de que no se lo va a llevar, en el último momento, cuando se dicen los nombres de los candidatos a premio: "Ahí sí que sientes una subida de adrenalina tremenda", comenta.
Estar nominado al Goya te da visibilidad
Tras más de 75 películas (sin contar cortos ni series de televisión), Antonio de la Torre agradece aún la promoción que supone estar nominado a un Goya. "Me acaba de llegar un guión, me están haciendo entrevistas, todo esto te da visibilidad", dice un actor que parece no ser consciente de su fama.
"Lo he pensado mucho. Tengo suerte de ser hombre. Cuando hice Balada triste de trompeta (Alex de la Iglesia, 2010) tenía 42 años. Mi pareja en la película Carolina Bang, 25. Los hombres lo tenemos más fácil. Para nosotros sí hay papeles. Es muy triste, en realidad. Las mujeres lo tienen mucho más complicado cuando van envejeciendo".
Y entre esos papeles que le ofrecen todavía no han llegado tres espinitas que le gustaría sacarse. Trabajar en Latinoamérica, participar en una película de terror clásico o en una comedia muy payasa. "De esas que podría ir a ver con mi hija Martina, la mayor", confiesa.
En la vida hay que pensar que todo es posible
El 25 de enero se celebra la edición 34 de los Goya. Antonio de la Torre está nominado junto con Antonio Banderas (Dolor y Gloria, Pedro Almodóvar), Luis Tosar (Quien a hierro mata, Paco Plaza) y Karra Elejalde (Mientras dure la guerra, Alejandro Amenábar). Cuando digan su nombre sentirá "como si estuviera en una final de fútbol. Hay que ir, y saber qué pasa. Lo que mola es ir al partido y pensar que es posible. En la vida hay que pensar que todo es posible".
Si al final no gana, "aplaudiré, y si tengo la ocasión felicitaré al ganador".