Patrimonio 'limpio' de Covid: así ha desinfectado la UME la Biblioteca Nacional y el Museo Arqueológico

Junto a varios restauradores han demostrado cómo deben desinfectarse los espacios culturales antes de su reapertura
Los productos como la lejía y el cloro dañan la mayoría de los materiales
Después de una primera limpieza con agua a presión, se deben pulverizar las superficies con alcohol diluido al 70%
Desde este lunes, todos los territorios españoles se hallan por lo menos en la fase 1 del plan de desescalada. Una etapa que implica la reapertura de diversos espacios, entre otros, los museos y otros centros de ocio. Así, un equipo de la UME se ha desplazado esta mañana al Palacio de Bibliotecas y Museos en Madrid, para hacer una demostración de cómo deben desinfectarse los bienes culturales.
El problema es que los productos que matan al coronavirus también pueden dañar los elementos patrimoniales. "Los productos derivados de la química, como el cloro o las lejías, son muy corrosivas para la mayor parte de los materiales", según ha aclarado el coordinador del Plan Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias en el patrimonio cultural, Ángel Luis de Sousa.
Agua y alcohol, aliados para la desinfección
Para mostrar cuáles son los métodos adecuados, un equipo de 12 restauradores y 36 efectivos de la UME se ha puesto manos a la obra este lunes en el Palacio de Bibliotecas y Museos en Madrid. El edificio lo comparten el Museo Arqueológico Nacional (MAN), la Biblioteca Nacional y el Museo de Arte Moderno.

La construcción, de estilo neoclásico y declarada Bien de Interés Cultural, se encuentra entre el Paseo de la Castellana y la calle Serrano. Un espacio con siglos de historia y de gran valor patrimonial. Se comenzó a construir a mediados del siglo XIX y fueron necesarias más de tres décadas y tres arquitectos para culminar el proyecto.
Aunque no se conoce una fecha de apertura, ésta podría ser próxima, dado que los museos pueden operar con aforo reducido en la fase 1, en la que ya se encuentra Madrid. En vistas a ello, varios equipos mixtos, formados por efectivos de la UME a las órdenes de un técnico de conservación del Ministerio de Cultura, han procedido a limpiar el perímetro exterior del edificio. Esto incluye superficies de acceso, fachada, vallas, escaleras y barandillas.
El proceso de desinfección, que se recomienda que sigan otros centros culturales, consiste en dos simples pasos. Primero, se han limpiado todas las superficies con mangueras de agua a presión, para extraer la capa de suciedad -polvo, excrementos de aves y otras impurezas- que se hayan acumulado en los últimos días.

Después, se han rociado las superficies con un desinfectante de etanol, diluido al 70%. Este elemento es la base del gel hidroalcohólico, que es el que se recomienda también para limpiarse las manos y evitar la transmisión del Covid-19. Este paso se ha realizado con monos especiales de protección, además de guantes y máscaras.

"Es la primera vez que se hace"
"Intentamos mostrar la metodología que hay que seguir, esta no es una actuación única y definitiva", ha explicado De Sousa. Por el momento no se ha establecido una frecuencia recomendada para las desinfecciones. Esto se decidirá dependiendo de la evolución de la epidemia, según ha matizado el experto.
"Es la primera vez que hacemos algo así, no existe precedente ni emergencia de este tipo", ha añadido De Sousa, que también ha sido referente en otras alertas sanitarias como la de la Gripe A.
Recomendaciones para desinfectar bienes culturales
De hecho, la actuación en el MAN y la Biblioteca, que se ha prolongado durante toda la mañana, se ha desarrollado en base a una guía de recomendaciones elaborada por el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE). Un documento que se ha diseñado con el estallido de esta pandemia. En él se recogen las pautas de actuación para la desinfección de los bienes culturales protegidos.
Entre otras, en el texto se aconseja:
- Evitar líquidos corrosivos como la lejía o el amoniaco, que pueden causar daños irreparables, y optar por disoluciones de etanol.
- Limitar las fumigaciones en interiores -donde se ubican los bienes más delicados- ya que, tras semanas de cierre, la contaminación vírica se habría desvanecido.
- En el caso de superficies especialmente sensibles, como retablos policromados, es preferible vallarlas para evitar el contacto.
- Realizar la limpieza con Equipos de Protección Personal (EPI).
- Garantizar que un técnico especializado supervise la desinfección.