El cuadro de Dalí que puede acabar con la brecha salarial en Glasgow


La líder del Ayuntamiento de Glasgow prometió acabar con la discriminación salarial de las mujeres e invertir 600 millones, pero todavía no ha conseguido el dinero
Los sindicatos le han propuesto que venda el ‘Cristo de San Juan de la Cruz’ del pintor catalán, valorado en 72 millones de euros, para pagar a las funcionarias
El lienzo fue adquirido por el consistorio en 1952 y está considerado como el cuadro más importante que hay en Escocia
Un cuadro de Salvador Dalí podría convertirse en la solución de la discriminación salarial femenina en el ayuntamiento de Glasgow, en Escocia. Al menos podría reducirla considerablemente. Esta es la propuesta que le ha hecho el sindicato GMB al ayuntamiento para solucionar un problema que hace demasiado tiempo que dura. El cuadro en cuestión es el ‘Cristo de San Juan de la Cruz’, que Dalí pintó en 1951 y que es propiedad del consistorio.
"Si el ayuntamiento realmente cree que puede arreglar esto [la desigualdad salarial] por si solo, entonces es mejor que comience a hacer planes para vender a Dalí, porque esta discriminación no se puede pagar a costa de los trabajadores, que ya están en apuros por el alto coste de la vida", explicó Gary Smith, secretario general del sindicato GMB, al diario escocés 'Daily Record'. Smith se refería al ‘Cristo de San Juan de la Cruz’ de Dalí', considerada la obra de arte más importante de Glasgow y de Escocia y que pertenece al ayuntamiento. No es la primera vez que proponen la venta del lienzo. En el año 2001, el artista y promotor de arte escocés, Richard Demarco, ya propuso al consistorio su venta para paliar la deuda que arrastraba.

El cuadro está expuesto en el museo Kelvingrove de Glasgow, que es el museo más visitado del Reino Unido fuera de Londres. El lienzo, de 205x116 centímetros, y está valorado en 72 millones de euros y fue adquirido por el doctor Tom Honeyman en 1952. Honeyman era entonces el director de la Glasgow Corporation, organismo municipal que gestionaba todos los museos de la ciudad. Nacido en 1891 en Glasgow, se licenció en Medicina y luchó en las trincheras de la Primera Guerra Mundial. A la vuelta de la guerra se marchó a vivir a Londres, donde empezó a trabajar como marchante de arte en distintas galerías. En 1939 se convirtió en director de los museos municipales glasgowianos, cargo que ocupó durante quince años.
En diciembre de 1951, Honeyman vio el cuadro por primera vez en la galería londinense Lefevre y quedó prendado. Dalí pintó el ‘Cristo de San Juan de la Cruz’ inspirado por un dibujo de San Juan de la Cruz de 1550. Pintó a un Cristo desde arriba, sin clavos, ni sangre, ni corona de espinas. Utilizó a un actor de doblaje que se llamaba Russell Saunders al que pidió que se suspendiera de un pórtico elevado para conseguir la perspectiva dramática y fascinante que se aprecia en el lienzo.
Una compra controvertida
Convenció a la Glasgow Corporation para que comprara el cuadro. Honeyman era un ávido negociador, y consiguió rebajar el precio inicial que le pedía Dalí, de 14.300 euros, a 9.800. No solo consiguió un buen precio, sino que además logró que se incluyeran los derechos de autor del óleo, que generalmente se vendían a parte y que daban derecho a reproducir la pintura en tarjetas, grabados, carteles, camisetas, etc. Con el tiempo la adquisición de los derechos de autor se ha probado que fue un acierto ya que la venta de reproducciones en la tienda del museo le dan unos beneficios de 2.400 euros anuales. O sea que el cuadro está más que amortizado porque el museo es gratuito.
Llevar el cuadro a Glasgow no fue nada fácil. Honeyman se encontró con la oposición y las protestas de los estudiantes de Bellas Artes que consideraban que pedían que se destinara aquella cantidad de dinero, muy alta aquella época, a construir espacios de exposición para los artistas. Lo cierto es que el cuadro no costó un penique al Ayuntamiento ya que utilizó el dinero de un fondo creado en 1901 en el museo de Kelvingrove destinado a la adquisición de obras de arte. El Cristo de Dalí también fue muy criticado por los expertos de la época por considerar que se alejaba del estilo surrealista de pintor al abrazar la temática religiosa.
El cuadro sufrió un acto de vandalismo en 1961 cuando un visitante perturbado lo rajó con una piedra cortante y desgarró con las manos un trozo de tela. El lienzo fue reparado, aunque de cerca se puede apreciar la cicatriz. Con el tiempo se ha convertido el cuadro más importante no solo del museo, donde también hay Rembrandts, Monets y Renoirs, sino también de Glasgow y de Escocia. En 2006 fue votado como el cuadro más emblemático de Escocia.
Una promesa electoral
La compra del cuadro también fue el inicio de una amistad entre el doctor Honeyman y Dalí que perduró hasta la muerte del escocés en 1971 y que ha quedado documentada por la correspondencia intercambiada a lo largo de los años que todavía hoy se conserva. Pero de nada de esto hablaron los sindicatos y el municipio en 2017 cuando discutieron acabar con la brecha salarial. Entonces no hablaron del cuadro. La equiparación del sueldo de las mujeres funcionarias al de los hombres era una de las demandas históricas del ayuntamiento. Había generado múltiples protestas y huelgas.
La candidata nacionalista del SNP, Susan Aitken, ganó las elecciones locales de 2017 con la promesa de terminar con discriminación laboral por sexo. Hasta entonces solo habían gobernado los laboristas. Por primera vez se imponía el SNP. Aitken se comprometió a crear un fondo de 600 millones de euros subir los sueldos de las mujeres. Había 18.000 mujeres habían pedido una compensación por cobrar menos que sus compañeros masculinos desempeñando el mismo trabajo. Aitken aceptó subirles el sueldo hasta los 42.000 euros de media anuales, como los hombres.
El consistorio planeó la venta de espacios deportivos y culturales para recopilar los 600 millones, pero no ha conseguido el dinero todavía. Y otra vez le han propuesto vender el 'Cristo' de Dalí. No será fácil su venta por lo que significa para la galería Kelsingrove y por lo que significa para los escoceses aquel cuadro adquirido por el doctor Honeyman que provocó tan controvertido en su momento y que 80 años después se ha convertido en un tesoro nacional.