"Me acabé acostando con él, ¿cómo le dices que no a Dios?": hablan las víctimas de Plácido Domingo

NIUS recopila los testimonios de las mujeres supuestamente acosadas por el tenor: "Deslizó sus manos bajo mi sostén y me tocó los senos"
El martes el cantante español se disculpaba por "el dolor" causado a sus compañeras
Esta semana Plácido Domingo pedía perdón acorralado por la investigación sobre el acoso sexual. El cantante aceptaba "toda la responsabilidad" de las acusaciones y lamentaba "el dolor" que causó a sus compañeras. Su comunicado llegaba después de que una investigación del sindicato de la ópera de EE.UU - American Guild of Musical Artists (AGMA)- concluyera que había abusado al menos de 27 mujeres.
The New York Times revelaba después, en exclusiva, que ese mismo sindicato habría pedido medio millón de dólares al tenor español a cambio de no difundir los detalles comprometedores derivados de las pesquisas. Al parecer los abogados del artista trataban de alcanzar un acuerdo cuando una filtración dio al traste con la negociación. AGMA, sin embargo, lo ha negado, ha asegurado que esa cantidad de dinero era una "multa". "La más grande que se iba a imponer a un miembro del sindicato", pero en ningún caso para "ocultar información".
Tres décadas de supuestos abusos
Entre el 13 de agosto y el 5 de septiembre de 2019 la agencia Associated Press (AP) publicó el testimonio de una veintena de mujeres que manifestaban haber sido acosadas sexualmente por Plácido Domingo, desde finales de los 80 hasta principios de la década de 2000.
Algunas de ellas dijeron que su carrera se vio afectada después de rechazar sus insinuaciones. No volvieron a ser contratadas en las producciones del tenor español. Solo dos de las víctimas y varios testigos dieron la cara. El resto se han mantenido en el anonimato, aunque sus testimonios han sido publicados por la agencia estadounidense.
Víctimas con nombre y apellido
Angela Turner Wilson, soprano. Confesó que su acoso se inició en la temporada 1999/2000, en los vestuarios de la Ópera de Washington, donde el tenor español le realizó tocamientos inapropiados antes de una actuación. "Se puso detrás de mi y posó las manos sobre mis hombros. De pronto, deslizó sus manos bajo mi sostén y me tocó los senos". "Me dolió (…) no fue suave, me apretó fuerte". Según ella, tras este incidente, Domingo se dio media vuelta y se fue, dejándola "atónita y humillada".
El hostigamiento había comenzado antes. La artista explicó que el tenor español la invitaba a cenar y a ir a su apartamento continuamente, ofrecimientos que ella rechazaba. "Me la pasaba diciendo no. Le decía 'No, no me voy a encontrar con usted. No, no me iré a su apartamento’. No, no, no".
Se puso detrás de mi y colocó las manos sobre mis hombros. De pronto, deslizó sus manos bajo mi sostén y me tocó los senos
Relató que en una ocasión Plácido Domingo se coló sin permiso en su camerino y trató de besarla. "Necesito un beso. Este es un papel muy exigente y necesito un beso tuyo para que me dé fuerzas", confiesa que le dijo. Ante su negativa, él terminó dándoselo en la cara.
Wilson comentó que esa misma noche llamó a su esposo y a sus padres, y que lo mismo hizo la tarde en que Domingo le tocó supuestamente los pechos. Los tres confirmaron a AP que ella estaba llorando de angustia cuando les confesó lo sucedido.
El resto de la temporada, contó, "cerraba con llave la puerta del camerino". "Mi asistente de vestuario me avisaba de si él estaba afuera, si estaba en el pasillo y si era seguro salir", confesó.
Aunque Angela Wilson ganó el prestigioso premio al Artista del Año entregado por esa casa de ópera en el 2000, dijo que la Ópera de Washington nunca la volvió a contratar, algo que ella atribuye a la influencia de Domingo.
Patricia Wulf, mezzosoprano. Declaró que Plácido Domingo comenzó a acosarla en 1998, cuando ella apareció en 'La flauta mágica' de la Ópera de Washington, en un momento en el que el cantante era el director artístico.
Wulf cuenta que el tenor español la esperaba repetidas veces entre bambalinas, tras los ensayos, y le preguntaba insistentemente: "Patricia ¿tienes que ir a casa esta noche?".
No lo denuncié porque sentí que de hacerlo pondría en peligro mi carrera
Aunque reconoce que el tenor no la tocó de manera inapropiada, su comportamiento, dice, creó una atmósfera de miedo. "Me sentía tan incómoda en la ópera que él dirigía que me escondía en mi camerino y hacía que alguien me acompañara al coche para evitar encontrármelo", dijo Wulf, que aclaró que no lo denunció porque sintió que de hacerlo pondría en peligro su carrera.
Dos testigos, su esposo, Richard Lew y el barítono Robert Gardner (compañero de escena en aquella ópera), confirmaron su declaración.
Víctimas anónimas
Todas las declaraciones anónimas coinciden en un mismo patrón de comportamiento por parte de Plácido Domingo. Las mujeres aseguran que el tenor les hizo insinuaciones sexuales no deseadas y trató de presionarlas para que tuvieran relaciones sexuales con él.
Una de ellas, mezzosoprano en el coro de la Ópera de Los Ángeles terminó cediendo. Reconoció haber mantenido relaciones sexuales con Domingo en dos ocasiones, ambas en 1991, tras un asedio que habría comenzado en 1988. "Finalmente me entregué y me acosté con él. Se me acabaron las excusas. Era como, 'Ok, supongo que esto es lo que tengo que hacer".
Según relató a AP uno de esos encuentros fue en el Hotel Biltmore de Los Ángeles. Explicó que cuando Domingo abandonó la habitación le dejó 10 dólares en la mesilla de noche y le dijo: "No quiero que te sientas como una prostituta, pero tampoco quiero que tengas que pagar el párking".
Finalmente me entregué y me acosté con él. Se me acabaron las excusas. Era como, 'Ok, supongo que esto es lo que tengo que hacer
El siguiente encuentro sexual fue en el apartamento del tenor en Los Ángeles. Después ella cortó el contacto físico y vio cómo su carrera en la Ópera de Los Ángeles se vino abajo, según contó.
Otra de las supuestas víctimas, narró que el tenor se le insinuó varias veces en la Ópera de los Ángeles en 1998, cuando ella empezaba su carrera y se acababa de anunciar que Domingo iba a ser el director artístico. Aseguró que el español la llevó a su apartamento donde hubo "tocamientos" y "manoseo". "Estaba totalmente intimidada y sentí que decirle no a él sería como decirle no a Dios. ¿Cómo le dices que no a Dios?, declaró a Associated Press.
La mujer añadió que después le pidió a Plácido Domingo que dejara de llamarla y aseguró que no la volvieron a contratar en la Ópera de los Ángeles cuando él quedó a cargo de las decisiones de contratación.
Estaba totalmente intimidada y sentí que decirle no a él sería como decirle no a Dios. ¿Cómo le dices que no a Dios?
Una de las denunciantes dijo que Plácido Domingo le pidió repetidamente trabajar con ella en su apartamento un aria de la función. Después de evitarle durante semanas, cedió. "Se sentó al piano de cola y realmente cantamos esa aria, y trabajamos en ello", dijo a AP. Lo anómalo llegó después. "Cuando terminamos de cantar, se levantó y metió la mano en mi falda, y fue entonces cuando tuve que salir de allí". "Me fui a casa y estaba aterrada de volver a trabajar al día siguiente", añadió. "Estuve paralizada de terror todo ese contrato".
Otra de las mujeres aseguró que el tenor español había intentado sobrepasarse con ella en una cena de trabajo. "Una cena de trabajo no es rara (...). Que alguien intente agarrarte la mano durante una cena de trabajo es raro, o que te ponga la mano en la rodilla es un poco raro. Siempre te estaba tocando de alguna manera, y siempre besándote".
Cuando terminamos de cantar, se levantó y metió la mano en mi falda
Lo mismo denuncia una bailarina que trabajó con el astro en varias ciudades. Tras recibir durante 10 años llamadas insinuantes de Domingo, que escuchaba perpleja con su marido, el tenor decidió ir más allá, y después de una comida de trabajo en un hotel, le pidió que le acompañara a su habitación a recoger unos documentos. "Una vez allí empezó a abrazarme y besarme". "Cuando quedó claro que no iba a acostarme con él, simplemente me acompañó al ascensor y volvió a su habitación como si no hubiera pasado nada".
Sin pruebas, solo el testimonio de víctimas y testigos
Ninguna de las mujeres ofreció pruebas, como mensajes telefónicos, pero AP dijo que habló con casi tres docenas de cantantes, bailarines, músicos, personal de backstage y otros, que dijeron haber presenciado "comportamiento sexuales inapropiados" y que confirmaron que Domingo "persiguió a las mujeres más jóvenes con impunidad".
Entre esos supuestos testigos está Melinda McLain, coordinadora de producción en la Ópera de Los Angeles en 1986 y 1987, donde coincidió con el tenor. También trabajó con él en la Ópera de Houston. Melinda ratificó que las actitudes de acoso por parte de Domingo eran conocidas por el gremio. Dijo que dedicaba parte de su jornada laboral a evitar que el tenor español se quedara a solas con mujeres jóvenes en las salas de ensayo y trataba de contratarle asistentes hombres. "Creábamos todo tipo de artimañas para mantenerlo alejado de ciertas cantantes", recordó McLain.
Entre esas estrategias estaba la de invitar a la esposa de Domingo, Marta, a las fiestas del elenco "porque si Marta estaba ahí, él se comportaba". También le preguntaban por sus nietos o fingían que no le entendían cuando él les pedía sus números de teléfono o las presionaba para encontrarse después.
Creábamos todo tipo de artimañas para mantenerlo alejado de ciertas cantantes
Numerosos empleados del departamento de vestuario de la Ópera de Los Ángeles, donde Domingo ejerció diversos cargos desde la década de 1980, también han contado que debido a su fama, trataban de evitar que ninguna mujer entrara en el camerino del cantante, incluso recientemente, en la temporada 2016-2017, y que la gerencia conocía la conducta del tenor durante años.
Dijeron incluso a AP, que se extendió un chiste según el cual a las jóvenes cantantes "había que rociarlas con un aerosol anti-tenor, como si fuera un insecticida, para repelerle".