'Ganges, el río sagrado', la exposición fotográfica de una aventura de 3.000 kilómetros

El Museo Nacional de Antropología recoge la exposición de fotografías 'Ganges, el río sagrado'
El fotógrafo Luis Sáez ha recorrido en solitario 3.000 kilómetros en tres años fotografiando el río sagrado de la India
Luis Sáez, fotógrafo, viajó a la India por primera vez con 20 años. Según nos cuenta, en aquella ocasión el país le superó y le marcó. 30 años después, tras recorrer más de 70 naciones y fotografiar medio mundo, decidió emprender un gran proyecto. “Quería realizar una peregrinación fotográfica por el Ganges, de su desembocadura en Calcuta, masificada y llena de pobreza, a la pureza de su nacimiento en los glaciares del Himalaya. Quería recorrer de la muerte a la vida”. En el Museo Nacional de Antropología en Madrid han expuesto el resultado y en NIUS hemos querido revivir con él esta aventura
Luis inicia su peregrinaje en 2013. Llega a Calcuta y se dirige a fotografiar el sagrado río. La escena que encuentra es la siguiente: junto al lecho, en medio de la ciudad, se está produciendo una cremación, a veinte metros varias mujeres lavan la ropa, cerca un grupo de niños juega en el agua y algunos hombres ponen velas al río como ofrendas. “No había duda estaba en la India, aquí la muerte es diferente, la pobreza es extrema, la gran cultura que existe te sorprende y la masificación de población te abruma”, confiesa.
Desembocadura del Ganges: empezar por el final
“Elegí realizar el viaje al revés para enfrentarme a esa India caótica y terminar en la paz del Himalaya. Calcuta tiene mala fama, mucha vida e infinita historia”, nos cuenta. Esta antigua capital de colonia británica está saturada en su casco urbano y sumando su área metropolitana acumula 16 millones de habitantes.
La cantidad de situaciones, escenas y personajes son interminables en un lugar como Calcuta. A pesar haber realizado cerca de 1.500 fotos en el total del viaje afirma, riendo, que se piensa mucho las fotografías y más en lugar como este, que sorprende en todo momento. “En este inicio de viaje me sorprendió que las ceremonias carecen de la solemnidad que cabe esperar y luego te vuelves a sorprender, absolutamente, al llegar a lugares plenos de espiritualidad como Bodhgaya, pequeña ciudad en la que Buda alcanzó la iluminación”.

Segunda etapa: Delhi, delirio urbano
En esta segunda etapa el fotógrafo recorrió amplias regiones, aunque el mayor tiempo lo empleó en Agra, Benarés y Delhi. A esta última la define como 'delirio urbano'. "Delhi tiene 20 millones de habitantes, viviendo en torno al río. Lo defino como la locura. Delhi es a la India lo que para el mundo es la India, el caos y la sobrepoblación, el delirio urbano.”
Agra es mundialmente conocida por su inmortal monumento funerario, el Taj Mahal, aunque Luis lo pudo visitar y fotografiar de una manera diferente a como solemos verlo en postales y películas. “Llegue al Taj Mahal en noviembre, hacía frío y había una niebla que lo envolvía todo. Me impresionó su mármol blanco que cambia de color en cada momento y situación del día; está lleno de misterio”.
Sus pasos y fotos por Benarés, la ciudad santa del hinduismo, a la que van morir cuando alcanzan el final del ciclo de la reencarnación impresiona con sus palabras. “Me contaron que cuando se sienten enfermos o preparados para morir van allí (Benarés) y esperan el momento de su muerte con paz, para alcanzar el Nirvana. Era como ver espíritus por las calles”.

Himalayas: el principio del Ganges, el final del viaje
En Gangotri nace el glaciar que da origen al Ganges. Límita con el Tibet y aquí empezó el final del viaje de este fotógrafo. Un esfuerzo de tres años empleados y más de 3.000 kilómetros recorridos y documentados. Hay que recorrer carreteras imposibles para llegar a Gangotri, y hace falta andar casi dos días para llegar al glaciar. “Aquí mi cámara dejó de funcionar, pero quería culminar mi viaje, mi aventura y llegué al glaciar tomando un boceto para documentarlo.”. Luis recorrió en solitario las montañas y llegó a Badrinath muy cerca de la frontera con el Tibet. “En este lugar cuentan que se aparece el Yeti. Por aquí Henry Harrer, el personaje histórico que interpretó Brad Pitt en 'Siete años en el Tibet', consiguió entrar a la ciudad Santa de Lhasa. Es un lugar de gente asombrosamente acogedora, aquí casi no existen turistas, ni viajeros”.
Luis Sáez ha hecho este viaje en solitario. Afirma que es la única forma para él de vivirlo y contarlo centrado y de manera intensa y subjetiva es a través de su objetivo. Al preguntarle cómo se siente tras completar la aventura, se emociona. “Estoy satisfecho, pero no descarto volver. El Ganges es un río, los ríos cambian y también lo hace la gente. Lo repetiré. No sé si de nuevo en solitario, creo que sí”, concluye con una sonrisa, recordando su experiencia.
Si se quiere conocer y ver esta aventura, se puede visitar la exposición hasta el 9 de febrero en el Museo Nacional de Antropología en Madrid. Y tal y como reza su reflexión, se puede ser su compañero de viaje anónimo en su aventura, por el río Sagrado, en solitario.