Javier Marías, el eterno aspirante al Nobel de Literatura, se queda otra vez sin premio

La Academia sueca ha decidido premiar con este galardón a la poeta estadounidense Louise Glück
Estaba en todas las quinielas para llevarse el Nobel de Literatura este año pero, otra vez, Javier Marías (Madrid, 1951) se ha quedado sin él. La Academia sueca ha decidido premiar con este galardón a la poeta estadounidense Louise Glück. Tampoco han acertado los que apostaron por las favoritas, las caribeñas Jamaica Kincaid y Maryse Condé
El nombre de Marías últimamente siempre suena entre los candidatos. Han pasado diez años desde que un español recibiera el reconocimiento de la institución sueca, cuando Mario Vargas Llosa (el peruano recibió la nacionalidad española en 1993) fue el galardonado. Los otros fueron José Echegaray, premiado en 1904; Jacinto Benavente (1922), Juan Ramón Jiménez (1956), Vicente Aleixandre (1977) y Camilo José Cela (1989).
Procedente de una familia de literatos -su padre, Julián Marías, fue díscipulo de Ortega y Gasset, y su madre, Dolores Franco escritora-, la carrera literaria de Marías hace tiempo que está fuertemente consolidada.
Su ópera prima llegó con 'Los dominios del lobo' en 1971, aunque en reconocimiento nacional e internacional no se dispararía hasta 'Todas las almas' (1989). Un relato sobre un profesor español que imparte clases en Oxford, por lo que muchos asociaron al autor con el protagonista de la historia. 'Corazón tan blanco', de 1992, mezcla de novela y ensayo, sería su consagración entre la crítica y el público.
El torrente de palabras no ha parado en estos años: 'Mañana en la batalla piensa en mí', 'Tu rostro mañana', 'Los enamoramientos', 'Berta Isla'... Los textos del escritor han sido durante años presencia habitual en las librerías y en las pruebas de la Selectividad. También en el día a día de los españoles, con sus colaboraciones en 'El País'.
No han sido pocas los encontronazos de Marías con cargos importantes en el mundo de las letras, el cine o la política. Pero él nunca ha callado, siempre ha primado la pluma a la corrección. Con esa naturaleza intempestiva, las apuestas de más de uno apuntan a que si le otorgasen el Nobel lo rechazaría. Algo que ya hizo en 2012 con el Premio Nacional de Narrativa. Habrá que esperar, una vez más, para comprobar si algún día la Academia Sueca le otorga el galardón.