'Ponte en mi piel', el grito de la influencer negra Adriana Boho contra el racismo: "He llorado mucho"


El libro está escrito a partir de sus experiencias y de las de otras personas racializadas de su entorno
Se trata de una guía interactiva para combatir el racismo cotidiano
El objetivo es que al acabar de leerlo los lectores se conviertan en activistas contra esta lacra social
Adriana Boho tiene cerca de 300.000 seguidores entre Instagram, Twitter, Tik Tok y YouTube. Es la primera influencer. "Negra y orgullosamente negra", dice a NIUS. No soporta el eufemismo "persona de color" porque implica que hay algo "intrínsecamente negativo en la palabra negro". Y contra eso quiere luchar, contra todos los microracismos que repetimos a diario, muchas veces sin darnos cuenta.
Adriana los ha sufrido en carne propia. Nació en Guinea Ecuatorial y llegó a España con 12 años. "Nada más aterrizar ya sentí las miradas inquisitivas de la gente, esas que te hacen sentir como un extraño, como alguien que no pertenece a este lugar", relata. "Las mismas miradas que todavía siento, veinte años después, cuando llego a algunos eventos por mi trabajo como influencer, eventos de grandes marcas de moda, aún hay gente que me pregunta "¿Tú qué haces aquí? ¿A ti quién te ha invitado?. Como si por ser negra hubiera ciertos ámbitos en los que no pudiera estar", lamenta.
Confiesa que la idea de escribir un libro sobre racismo llevaba años dándole vueltas en la cabeza. Ahora por fin se ha materializado en "su bebé", como ella lo llama. Su título, Ponte en mi piel (Editorial Cúpula)Ponte en mi piel porque "la empatía, el ponerse en el lugar del otro, es esencial para acabar con esta lacra", defiende Adriana.
Pregunta. ¿Hay racismo en el mundo de la moda?
Respuesta. Hay racismo en todos lados y la moda no iba a ser menos. A mi siempre me ha encantado este mundo y empecé con un blog donde subía mis outfits, comentaba mis looks diarios, y poco a poco comenzaron a aumentar las visitas. Pensé que quizá podría dedicarme a ello de forma profesional porque entonces trabajaba como administrativa, me reuní con una persona experta en esto y su respuesta fue "NO, NO, olvídate, tú eres negra y negras no hay en este mundillo, solo triunfan las niñas de clase alta, déjalo estar porque no tienes nada que hacer". Me vine abajo, me dejó hundida, pero por poco tiempo, porque tengo una garra heredada de mi madre y de mi abuela que cuando quiero algo voy a por ello, cueste lo que cueste.
P. Tu éxito, deduzco se ve empañado por las actitudes que aún detectas ¿qué es lo que más te molesta?
R. Me molesta que cuando he conseguido algo gracias a mi trabajo se me haga ver que es casi como un favor que te hacen, que deberías estar agradecida, que deberías prácticamente besarle los pies a quien te ha dado esa oportunidad, sin tener en cuenta tu esfuerzo, que no se valore eso me da mucha rabia.
P. ¿Te sientes pionera?
R. De algún modo sí, pero me da mucha pena que no haya más personas negras hablando de moda, bueno no hay ni en este ni en otros ámbitos. No veo esa diversidad ni en los eventos de moda a los que acudo, ni en la televisión, ni en el día a día... me gustaría subirme al autobús y que el conductor o conductora fueran negros; o ir al médico y que me atendiera una persona negra, o racializada, ya ni siquiera te digo negra, pero esto es muy raro que suceda. Todavía falta mucho por hacer. Estamos avanzando, pero muy poquito a poco.
P ¿Qué es el racismo para ti?
R. Para mí el racismo es discriminar a una persona por su color de piel, por su origen, por su nacionalidad. Es apartarla y anularla porque tiene un color de piel diferente al tuyo, menospreciarla, infravalorarla y dejarla ahí como si fuese un ser humano de segunda, de tercera, prácticamente como si fuera escoria.
P. En tu libro, aunque hablas poco de ti, se adivina que has sufrido bullying en el colegio por ser negra, en la calle, en el mundo laboral...
R. Y cuando he intentado alquilar un piso, y cuando he empezado una relación de pareja y he tenido que soportar los típicos comentarios estereotipados que hay hacia las negras, cuidado con esa que lo que quiere es conseguir los papeles (cuando yo los tengo hace tiempo), en fin tantas cosas... es como que te vienen bombas por todos lados y dices pero ¿esto qué es? ¿esto por qué?
P. Me imagino que habrás llorado más de una vez por cosas como estas...
R. Sí, no te lo voy a negar. He llorado mucho, mucho, mucho. He tenido muchísimos momentos de querer tirar la toalla, pero no soy de compadecerme de mí misma, lloro dos o tres días y basta. Está muy bien tener días malos, pero luego hay que coger el toro por los cuernos y tirar para delante.
P. ¿Cuáles son los clichés o los estereotipos con los crees que hay que acabar ya?
R. Que los negros vienen aquí para quitarte el trabajo a los españoles, que los negros son los más conflictivos, que son delincuentes, que no te van a pagar el alquiler, que son morosos, que las negras somos todas fogosas, que los hombres negros están dotados todos de atributos generosos...quién no ha visto la típica imagen del negro de WhatsApp. Basta ya por favor de absurdeces. De clichés sin sentido, cuándo vamos a enterarnos de que ser buena persona o mala persona, que ser más o menos activo sexualmente depende de la esencia de cada uno, independientemente de su color de piel. Pero son cosas que están tan interiorizadas, tan normalizadas, que cuesta acabar con ellas.
P. Es uno de los objetivos de tu libro...
R. Sí, el objetivo es que cuando uno acabe de leer el libro se convierta en un activista contra el racismo. No hace falta ser Martin Luther King y cambiar la historia, cada uno de nosotros, con nuestro comportamiento diario, podemos ayudar a cambiar las cosas. Lo que pretendo es que cuando tú estés en tu casa o en tu entorno y de repente veas que alguien suelta algún comentario o hace algún gesto racista, no mires para otro lado porque tú no eres racista, sino que reacciones corrigiendo esos actos, comentando lo que no está bien, convirtiéndote en un microactivista que lucha contra los microracismos.
Con el machismo se ha conseguido, cada vez hay más gente que no se calla cuando escucha comentarios machistas, es algo que ya está mal visto socialmente, hay que lograr lo mismo con el racismo.
P. Para ello has escrito un libro atípico, un libro interactivo donde el lector participa activamente.
R. Sí, yo quería hacer un libro en el que desde el segundo cero el lector tomase parte de lo que le estaba contando. Hay partes en blanco para rellenar, hay un test para saber si eres o no racista, que recomiendo hacer también cuando acabes el libro, por si acaso tus respuestas han cambiado... es una guía para combatir el racismo con consejos cotidianos. Está enfocado principalmente a la gente joven, que son los que más me preocupan porque veo como una involución en su forma de pensar y porque aún están formándose y quizás el mensaje correcto pueda calar aún en sus mentes.
De hecho, con la editorial estamos hablando de la posibilidad de hacer charlas en institutos, universidades, para poder llegar a ellos, que al final son el futuro, por eso está hecho de esta manera tan colorida, tan práctica, tan visual, tan atractiva, para que les entre primero por los ojos y luego les haga reflexionar.
P. ¿Te asusta la aparición de nuevos partidos políticos en España que están contribuyendo a ese odio a lo diferente?
R. Me da miedo la respuesta de la ciudadanía, de la gente que los vota. Yo quiero creer que no son conscientes para nada, que lo hacen desde su zona de confort, lo que nosotros llamamos el privilegio blanco, que es, yo estoy aquí, me gusta mi vida, estoy en mi cúpula de felicidad, y si hay un partido que me dice que me va a seguir manteniendo eso y que además va a apartar a terceras personas que me puedan estorbar pues los apoyo. Pero no se dan cuenta de que es un discurso levantado sobre la mentira y que se ceba en los más débiles. Yo lo que le pediría a la gente que vota a este tipo de partidos es empatía, por eso he elegido como título de mi libro Ponte en mi piel, es un grito a la empatía, a decir, oye, no pienses solo en ti mismo, mira un poco más allá, alza la mirada. Ponte en la situación de la otra persona. ¿Cómo te sentirías tú si llegas a un país al que has tenido que ir por las circunstancias que sean a buscarte la vida? ¿Cómo te gustaría que te tratasen? ¿Cómo te gustaría que te recibiesen? Entonces dame una respuesta sincera a esa pregunta y reacciona como tal, porque nunca sabes dónde puedes estar el día de mañana. Levanta la mirada, sal de tu zona de confort y ponte en la piel del prójimo. Infórmate, que tenemos internet, la ignorancia hoy en día yo ya no la acepto tampoco, tenemos a nuestro alcance un montón de medios para informarnos de todo.
P. Cómo se desaprende a ser racista?
R. Se desaprende a ser racista siendo sincero con uno mismo. En el libro explico formas de hacerlo. Puedes coger un papel y boli, por ejemplo, y apuntar situaciones cotidianas normales de tu día a día. He conocido a un chico en una discoteca, he ido al super y me ha atendido tal señor, he ido a clase y me ha enseñado tal profesora... y luego intenta visualizar cómo hubieses reaccionado o actuado si esas personas hubieran sido racializadas, negras, marroquíes, asiáticas... Igual te sorprendes y dices ¡ostras!, pues quizás soy más racista de lo que creía, igual tengo cosas que modificar...Y una vez hecho este ejercicio de auto análisis empezar a mirar alrededor e intentar corregir esos comportamientos en las personas de tu entorno, convertirte, como te decía antes, en activista contra el racismo.
P. ¿Qué feedback estás recibiendo de la gente que ha leído el libro?
R. Muy bueno. Hace unos días alguien me dijo: "He llorado con tu libro", y en cierto modo me gratifica, porque eso significa que hemos conseguido conectar. La verdad es que la respuesta está siendo muy buena, tanto de personas racializadas como de otras que no lo son. Me ha escrito un chico trans diciéndome que se había sido muy identificado con mi historia... porque al final el rechazo o la marginación es siempre contra lo diferente. Es esa manía que tiene el ser humano de ponerle etiquetas a todo. Tendemos siempre a rechazar de primeras lo que es diferente a nosotros, por miedo, por desconocimiento, por lo que sea... yo siempre digo que las etiquetas para la ropa, y ni siquiera eso, porque pican, yo siempre las corto.