El Liceu levanta el telón seis meses después con mitad del aforo permitido y protocolos de seguridad

El teatro barcelonés ha adquirido máquinas termográficas, otras de ozono para la desinfección, dos nuevos climatizadores, equipos de protección y geles hidroalcohólicos
El público, el coro y la orquesta tendrán que llevar puesta la mascarilla durante toda la representación
El Gran Teatro del Liceu ha vuelto a levantar el telón este domingo, seis meses después de su cierre en marzo por la pandemia de coronavirus, con una disponibilidad para 1.114 personas, la mitad del aforo, y un nuevo protocolo de seguridad frente a la Covid-19.
El Liceu ha dispuesto una entrada escalonada a partir de las 16.30 horas, con unos horarios de acceso recomendados para el público en función de cada zona de butacas, para un concierto extraordinario de la soprano Sondra Radvanovsky y el tenor Piotr Beczala programado para las 18.00 horas.
Para acceder al coliseo operístico, el público ha tenido que hacer cola con la distancia de seguridad pertinente y la obligada mascarilla, además de lavarse las manos con gel hidroalcohólico en los dispensadores dispuestos en la entrada al edificio.
Con una inversión de unos 480.000 euros, la institución barcelonesa ha adquirido máquinas termográficas, otras de ozono para la desinfección, dos nuevos climatizadores, equipos de protección (EPI) y geles hidroalcohólicos.
El Liceu ha vuelto a programar funciones con sólo el 50 % del aforo, distribuido en grupos de dos butacas juntas, para personas de contacto habitual, y butacas individuales, con una butaca vacía entre sí en platea y en los diferentes pisos del recinto.
Asimismo, se ha inhabilitado el guardarropa, no hay programas de mano en papel, aunque se pueden descargar con el móvil, y el servicio de bar estará limitado.
La mascarilla es obligatoria para el público durante toda la representación y en el escenario se salvan los cantantes solistas -no el coro-, mientras que los músicos de la orquesta también la deben llevar todos, excepto los de instrumentos de viento.
Todo ello, con el objetivo de conseguir que un espacio cultural como el Liceu "sea seguro", según ha resaltado la dirección del teatro operístico de La Rambla de Barcelona.
El programa preparado para este concierto se organiza con dos series de arias con un dueto final en el que los intérpretes revisan grandes escenas de óperas como "Luisa Miller", en el caso de Beczala, mientras que Radvanovsky entra en escena con la aria de Leonora de Vargas del cuarto acto de "La forza del destino".
Posteriormente, los cantantes líricos interpretan los duetos del final de "Andrea Chénier" y el de Amelia y Riccardo de "Un ballo in maschera".