El revólver que supuestamente mató a Van Gogh se subasta por 162.000 euros

El arma, enterrada durante décadas en un terreno de cultivo, es según algunos expertos la que acabó con la vida del pintor a los 37 años
El 27 de julio de 1890, Vincent Van Gogh se encontraba en un campo de trigo, en la localidad de Auvers-Sur-Oise, al noroeste de París, cuando una bala le atravesó el pecho. No le mató, el pintor pudo llegar tambaleándose hasta la posada en la que se alojaba, donde murió dos días después.
El arma de la que, supuestamente, salió aquella bala acaba de subastarse por 162.000 euros. Una cifra muy superior a la estipulada, de partida, por la casa Druot, entre 40.000 y 60.000 euros.
Aunque no se ha podido demostrar de forma concluyente que esta pistola sea la causante de la muerte del pintor, el hecho de que su venta haya triplicado el precio original indica, al menos, que quien la ha comprado cree que hay suficientes pruebas que apoyan esta teoría.
La subasta de la famosa pistola ha vuelto a revivir la polémica de si Van Gogh se suicidó o fue asesinado. Una biografía publicada en el año 2011 argumentaba que al pintor le mató un joven local, René Secrétan, posiblemente por accidente. Esta idea también fue recogida en la reciente película de Julian Schnabel, At Eternity's Gate
La única incógnita despejada en esta puja es que a partir de ahora el arma estará en manos de un comprador anónimo que participó, vía telefónica, en la subasta y que superó con su oferta de 130.000 euros, al resto de pujas. Los 32.500 euros restantes son de gastos que también deberá abonar.
Un precio elevado, pero no el más alto pagado jamás por una pistola. En 2016, otro revólver muy parecido, un Lefaucheux valorado entre 50.000 y 60.000 euros fue vendido por 435.000 euros en la casa de subasta Christie's de París. Aquella era un arma con historia acreditada: había sido la usada por el poeta Paul Verlaine para matar, sin éxito, a su amante Arthur Rimbaud en 1873.