La polémica nominación de Polanski lleva a la dimisión de la directiva de la Academia francesa de cine

Desde hace tiempo, la Academia del cine francés se enfrenta a acusaciones de opacidad
La decisión de seleccionar para 12 premios a la última película de Polanski, estrenada en España como 'El oficial y el espía', ha sido la puntilla
El vendaval feminista que ha levantado la nominación de la última película del director Roman Polanski se ha llevado por delante a la directiva de la Academia de los César, los Óscar del cine francés.
La decisión de seleccionar para doce premios a la última película de Polanski -estrenada en España con el título de El oficial y el espía- ha soliviantado a distintas organizaciones feministas que se han movilizado para pedir un boicot a los premios y la ceremonia prevista para el próximo 28 de febrero.
Desde los años 70, el director francés de origen polaco Roman Polanski tiene una causa abierta en los Estados Unidos por la supuesta violación de una chica de 13 años. Francia ha rechazado la demanda porque no extradita a sus ciudadanos. Tampoco tuvo mejor suerte la petición norteamericana en Polonia. Un tribunal de aquel país denegó la extradición del director cuando se encontraba rodando en Cracovia en 2015.
Nos produce estupefacción que Roman Polanski, acusado por varias mujeres de violación y pedofilia, vuelva a ser homenajeado por el cine francés
"Nos produce estupefacción que Roman Polanski, acusado por varias mujeres de violación y pedofilia, vuelva a ser homenajeado por el cine francés", ha dicho Céline Piques, portavoz de la organización feminista Osez le Féminisme (Atrévete a ser feminista). La ministra francesa de Igualdad, Marlène Schiappa, también ha condenado la decisión de nominar la película de Polanski. Pero la directiva de los Cesar ha defendido las nominaciones con el argumento de que su organización "no debe asumir una posición moral" al otorgar los premios.
En un comunicado difundido el 13 de febrero, la directiva de la Academia de los César justificaba su dimisión: "Para honrar los que han hecho el cine de 2019, recuperar la serenidad y hacer que la fiesta del cine siga siendo una fiesta, el consejo de administración de la Asociación para la promoción del cine ha tomado la decisión unánime de dimitir. Esta dimisión colectiva permitirá una renovación total".
Una polémica que precede a Polanski
Desde hace tiempo, la Academia del cine francés se enfrenta acusaciones de falta de democracia interna, de escasa atención a la diversidad racial y de género y de opacidad en la selección de las candidaturas a sus premios.
El último incendio lo provocó hace un mes el propio presidente, Alain Terzian, en vísperas de la fiesta de los actores y actrices revelación que acuden acompañados por sus padrinos y madrinas. La asociación de directores franceses reveló en un comunicado que Terzian había vetado a la escritora y cineasta Virginie Despentes como madrina de Jean-Cristophe Folly.
La Academia, que reúne a 4.680 profesionales del cine, también ha sido criticada por estar fuera de onda y por tener un sesgo muy masculino. Sólo el 35% de sus miembros son mujeres. Para formar parte de la Academia hace falta el respaldo de otros dos miembros y haber participado al menos en tres películas en cinco años. Todos los académicos que están a corriente de pago (4.313 este año) emiten un voto secreto online para decidir que películas deben ser nominadas y cuáles son finalmente premiadas.
No es la primera vez que la controversia reúne a Polanski y los premios César. En 2017 tuvo que renunciar a presidir el jurado por el escándalo sexual que le acompaña desde hace 50 años.
La taquilla ha sido indiferente a la polémica que ensombrece a este director. J'acusse, título en Francia de El oficial y el espía, ha sido un éxito entre el público. La película toma su título del famoso artículo de Emil Zola denunciando el injusto encarcelamiento por espionaje del oficial francés y judío Alfred Dreyfuss, la causa célebre más famosa de la Francia de finales del siglo XIX, una época de fuerte antisemitismo.