El torero El Cid encausado por un presunto delito de amenazas y coacciones


Tendrá que explicar ante un juez si envió a varios sujetos para cobrar un dinero que le debía un empresario taurino
La causa se ha elevado a sumario porque el incidente acabó con un tiroteo y un herido grave
El principal acusado es el empresario que disparó contra los 'cobradores' que fueron a su finca
El torero sevillano Manuel Jesús Cid, El Cid, ha sido encausado por un supuesto delito de coacciones y amenazas, presuntamente cometidas por el diestro tras utilizar a varios intermediarios para cobrar una deuda que le debía el empresario taurino Antonio Sanz y que acabó en un tiroteo.
Según la Guardia Civil, los hechos se produjeron en febrero de 2019, en una finca de Almodóvar del Río. Hasta allí, domicilio del empresario, se acercaron cinco sujetos, que en nombre del torero, exigieron el pago de 3.000 euros que este debía al Cid por una corrida. La mujer del empresario fue quien llamó varias veces a los agentes, asegurando que estaba siendo amenazada y atemorizada.
Antonio Sanz, que no se encontraba en el domicilio en ese momento, acudió a su casa y utilizó un rifle para disparar al grupo, hiriendo a uno de ellos de gravedad, mientras huía en un coche con el resto. La víctima sufrió rotura craneal y tuvo que ser intervenido para extraerle el proyectil de la cabeza, que le dejó como secuela la pérdida completa de visión del ojo derecho además de cicatrices.
Sanz fue puesto en libertad con cargos por intento de homicidio, aunque será el juzgado quien determine los delitos que puedan imputársele.
El torero, por su parte, tendrá que declarar ante el Juzgado de Instrucción número 1 de Posadas para aclarar su participación en los hechos. Su abogado, Joaquin Guillermo Moeckel Gil, ha recurrido el auto del juez al considerar que el diestro no debería estar incluido en la causa ya que "jamás ha indicado a nadie, ni de forma directa ni indirecta el cobro de la deuda de estas formas, porque no es una actitud que vaya con su personalidad, ya que es un hombre de campo, un agricultor y no son esos sus valores".
La defensa del diestro ha apuntado al chófer de El Cid como la persona que pudo haber contactado con ese grupo de cobradores sin contar en ningún momento con el beneplácito ni el encargo del Cid, "completamente ajeno a los hechos", según asegura.