La esencia del Madrid es creer y por eso no tiene límite


No es normal o sí. El Real Madrid volvió a ganar la UEFA Champions League y los madridistas nos hemos despertado recordando el sueño de una victoria que no fue fácil. Tampoco lo fue el campeonato. Para ganar la decimocuarta el Madrid ha tenido que doblegar a los más grandes y lo ha hecho con su esencia: juego y corazón. Por eso esta Champions es tan grande. Porque el gol de la final lo marcó Vinicius, el chico de la eterna sonrisa que disfruta jugando en el equipo blanco, y porqué la victoria llegó gracias a un Courtois inmenso, el día después de declarar que "estaba en el lado bueno de la historia".

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El Madrid ha conquistado París con un equipo que quizá no era el mejor de Europa pero que tiene más fe que ninguno. Y los madridistas lo sabíamos, y aunque sufrimos, ver en la grada a Raúl, el gran Rául, cantando el himno del centenario nos hizo soñar con que era posible. Como lo fue. Porque ser del Madrid es creer que no solo hay que soñar sino perseguir tu sueño. Y por eso este club no tiene límite porque los sueños nunca los tienen, ni tampoco el corazón.

El corazón que le puso el equipo para ganar al Inter de Milán (2º en Italia), PSG (1º en Francia), Chelsea (campeón de Europa y 3º en Inglaterra), Manchester City (1º en Inglaterra) y Liverpool (2º en Inglaterra). La esencia del Madrid es creer. Por eso los contrarios saben que “90 minuti en el Bernabéu son molto longo” y por eso los madridistas tenemos claro que la decimocuarta no es la última que vamos a levantar.