Investigar el dopaje tecnológico: "Está cambiando la práctica del deporte"


El deporte cada vez se apoya cada día más en recursos tecnológicos y el manejo de datos
En algunos deportistas se están usando técnicas de estimulación transcraneal con la finalidad de mejorar su rendimiento deportivo
La Agencia Mundial Antidopaje financia actualmente dos estudios para medir lo que se conoce como dopaje tecnológico
En 2019 el atleta keniano Eliud Kipchoge logró batir todos los récords al correr una maratón en menos de dos horas, pero su victoria llegó no exenta de polémica porque su mérito no fue solo de esfuerzo, Kipchoge tuvo algo de ayuda, corrió con unas zapatillas Zoom Vaporfly Elite de la marca Nike que permitían reducir el gasto energético un 4% y provocaban mucha más amortiguación y propulsión en cada zancada. Un caso claro del uso de las innovaciones tecnológicas y el deporte que tanto se ve hoy en día.
Ganar o perder en deporte ya no depende solo del talento o el esfuerzo. Gracias a la inteligencia artificial y al big data se pueden conseguir rendimientos asombrosos, pero ¿es ético usarlos?.
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"La inteligencia artificial está cambiando la práctica del deporte y eso no es malo pero hay que medir que no se llegue a lo que conocemos como dopaje tecnológico", comenta Alberto Carrio, profesor de Filosofía del Derecho en la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona.
¿Dónde está la línea que marca hasta que punto es legal o ilegal ayudarse de estas innovaciones para lograr la victoria?
El asunto no es fácil de medir, de hecho, la Agencia Mundial Antidopaje financia actualmente dos estudios –uno en Canadá y otro en Alemania- para analizar lo que se conoce como dopaje tecnológico y en España, la Fundación BBVA, está apoyando la investigación del profesor Carrio sobre este tema.
“Me lo planteo desde varias vertientes: por un lado, en relación con el dopaje tecnológico propiamente dicho y cómo puede generar nuevas formas de ventaja competitiva no permitida, en cuanto a que no todo el mundo se lo puede costear y claramente es una desventaja para quien tiene menos recursos y por otro en cuanto a la manipulación que se hace del deportista en todos los sentidos", explica.
Uso de las tecnologías para mejorar
El deporte cada vez se apoya cada día más en recursos tecnológicos y el manejo de datos. Algunos de estos avances ya están tan integrados en el juego que ni somos conscientes, como las cámaras "Ojo de Halcón" en tenis (que muestra si la bola ha entrado o no), o el VAR (Video Assistant Referee) que ayuda a los árbitros de fútbol a decidir sobre los lances del juego en el que dudan. Pero el uso de estos recursos va a más.
En los próximos JJOO todos los ejercicios de gimnasia artística se medirán con una cámara equipada con un sensor 3D que capta los movimientos de las gimnastas y transmite las imágenes y los datos a un ordenador que proyecta una imagen gráfica en tres dimensiones de su actuación. El prototipo se estrenó en los Mundiales de 2019 con los ejercicios de anillas, caballo con arcos y salto masculino y femenino y funcionó.
"Este uso no es que sea malo pero puede cambiar la práctica del deporte, la cámara registra todos los movimientos pero se pierde el factor humano. El deportista es consciente de que ahora se mide más como pone el pie o donde se apoya que otras cosas", explica Carrio.
Además de las cámaras y recursos tecnológicos el deporte también está cambiando por la capacidad de medir el rendimiento de deportistas a través de un análisis estadístico de sus actuaciones por medio del big data.
La información es poder, también en el deporte. Un ejemplo claro lo protagonizó en 2002 el club Atléticos de Oakland. Su historia, recogida en la película Moneyball (2011) mostraba como se podía alcanzar la victoria basando sus estrategias de juego y sus fichajes a las estadísticas y predicciones matemáticas.
"Se analiza el comportamiento del deportista en todo momento. Así se sabe por ejemplo qué jugador de fútbol sacar en un partido atendiendo a su respuesta ante los nervios, si tiene que tirar un penalti y cosas así", aclara el profesor que ve en este uso del big data cierta desproporción. "Los grandes siempre pueden emplear más recursos y eso ya crea desventaja".
Pero el aspecto que más preocupa en cuanto al dopaje tecnológico es el que se está aplicando sobre los deportistas.
"En algunos deportistas se están usando técnicas de estimulación transcraneal por corriente directa (tDCS, por sus siglas en inglés) con la finalidad de mejorar el rendimiento deportivo, incrementar la resistencia y disminuir la fatiga. Pero no se sabe como les afectará esto a largo plazo. Parece que lo único que importa es el rendimiento y no el bienestar del deportista", comenta el profesor. Que por eso cree que "es necesario asegurar un marco ético y legal que proteja al deporte y en particular a las personas deportistas del dictado de los algoritmos".
Se entiende que hay dopaje cuando se usa una sustancia o una técnica de forma ilegal para el rendimiento deportivo que genera una ventaja competitiva. El uso de la IA genera ventajas, lo que se trata ahora es de averiguar si es ético o no.