¿Bolas anales inalámbricas?: el método para hacer trampas que puede estar detrás del escándalo mundial del ajedrez


El actual campeón del mundo de ajedrez, Magnus Carlsen, cree que el estadounidense Hans Niemann le hace trampas
Algunos sostienen que Niemman podría utilizar perlas anales inalámbricas, que le conectarían con alguien que le soplaría las jugadas a través de las vibraciones de las bolas
El actual campeón del mundo de ajedrez, el noruego Magnus Carlsen, está convencido de que el estadounidense Hans Niemann, de 19 años, le hace trampas. Niemann ha admitido que cuando era adolescente jugaba sucio, la duda es si lo hace ahora.
Todo saltó después de que a principios de septiembre Carlsen abandonara el torneo más importante del mundo, la Copa Sinquefield, en San Luis en Missouri (Estados Unidos), tras perder contra Niemann, número 41 en el ránking. Llevaba dos años invicto.
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Días más tarde, Carlsen volvía a enfrentarse a Niemann en el torneo por internet de Julius Baer, que mezcla jugadores de diferentes edades. Ante la sorpresa de todos y tras solo un movimiento, el campeón mundial desconectó su pantalla y dio por perdida su partida.
Vibración de las bolas
El hombre más rico del mundo, Elon Musk, ha lanzado el rumor: Niemann podría haber vencido a Carlsen gracias a la ayuda de perlas anales inalámbricas. Estas bolas le conectarían con alguien en el exterior que siguiese la partida en directo a través de internet. Con la ayuda de una computadora, capaz de calcular millones de jugadas por segundo, esta persona podría soplarle dónde mover la pieza de cada jugada a través de las vibraciones de las bolas.
Tras saltar las sospechas de fraude, miles de expertos de todo el mundo han examinado minuciosamente todas las partidas jugadas por Niemann en los últimos años para comprobar estadísticamente si coinciden con las que proponen los ordenadores. Y uno de estos análisis ha constatado cómo en el torneo de Charlotte, en el que debía obtener los puntos que le faltaban para ser gran maestro, en varias partidas Niemann hizo entre 20 y 30 veces consecutivas el movimiento recomendado por la computadora.
Hacer trampas en el ajedrez no es algo nuevo. Hace más de tres siglos ya existían artilugios para estafar al rival. El avance de la tecnología lo pone cada vez es más fácil y los organizadores y árbitros de los torneos se las ven y se las desean para garantizar que el juego sea limpio. Ahora solo queda que los grandes maestros de ajedrez se sometan a un cacheo desnudos antes de cada partida.
“No quiero jugar con gente que haya hecho trampas en el pasado porque no sé lo que serán capaces de hacer [más trampas] en el futuro”, admite Carlsen, al que muchos acusan de no saber perder. Nunca se ha demostrado que un jugador de la élite del ajedrez juegue sucio. En el caso de Niemann, por ahora, tampoco.