Álvaro Robles, el medallista mundial de tenis de mesa que se entrena en su salón con un robot

El jugador de tenis de mesa realiza sesiones con una mesa y un aparato especial que le lanza pelotas
"Se trata de no perder el toque y de no romper nada de lo que hay en el salón", dice, entre risas, a NIUS
El onubense fue el primer español de la historia en colgarse una medalla en un Campeonato del Mundo
Álvaro Robles ha pasado en algunos meses de disputar la final del Campeonato del Mundo de tenis de mesa, en Budapest, ante varios miles de espectadores, a entrenarse en el salón de su piso con todo el cuidado del mundo para no estrellar la pala contra las paredes. Algo que puede hacer gracias a una mesa especial, a un robot que le lanza las pelotas que él devuelve y... "a que el salón es grande".
"Se trata de no perder el toque y de no romper nada de lo que hay en el salón", dice, entre risas, a NIUS el primer español de la historia en colgarse una medalla (de plata) en unos Mundiales de tenis de mesa.
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Curiosamente, ha tenido que llegar una pandemia mundial para que repitiera, bastante tiempo después, algo que sólo hizo una vez, en su Huelva natal: "el primer día que fui al club en el que empecé me puse a entrenar con un robot y creo que no he vuelto a usar uno de esos desde hace 20 años".
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— RFETM (@rfetm_tenismesa) 31 de marzo de 2020
📽️ Álvaro Robles nos enseña como entrena en casa🏡https://t.co/9DtmvnbmfZ
Esta época de confinamiento guarda más paralelismos con aquellos tiempos en los que conoció su deporte gracias a la Asociación Deportiva de la Hispanidad, su viejo club onubense. "Estaba en un tercer piso, era un sitio muy chiquitito y humilde", recrea Álvaro, ahora recluido en una habitación de su hogar madrileño para no perder la forma. Lo que le lleva a la siguiente reflexión: "en los últimos años siempre he trabajado con las mejores condiciones, con el suelo, la luz y el espacio perfectos. Así que todo esto de ahora viene muy bien para que no olvidemos dónde empezamos y de dónde venimos".
La Federación Española, muy pendiente de sus deportistas, le ha facilitado la mesa y el robot. Él, por su cuenta, se hizo de una bicicleta estática. Con todo ello y con las videollamadas, ha creado una rutina diaria de entrenamientos "para evitar estar todo el día tirado en el sofá".
"Estábamos en el momento más caliente de toda la temporada, a punto de participar en el Preolímpico", se lamenta Álvaro Robles
"Por la mañana, de lunes a sábado, hago una hora de prevención con el fisio. Luego, otra horita con la mesa y el robot, sobre todo ejercicios y saques. Por la tarde muchos deportistas, vía skype, tenemos una hora y cuarto con el preparador físico. Y para acabar, le vuelo a dedicar otros 45 minutos aproximadamente a la mesa y el robot", nos detalla Álvaro Robles, muy agradecido también a la permanente atención que le prestan desde el Centro de Alto Rendimiento Joaquín Blume, de Madrid.
El palista milita desde hace tres campañas en la Bundesliga alemana, concretamente en el Schwalbe Bergneustadt, con el que ha renovado por otras dos más. En estas fechas estaba a punto de acudir al Preolímpico para buscar su sitio en unas Olimpiadas de Tokio que, finalmente, fueron aplazadas hasta el 2021 por el coronavirus.
"Estábamos en el momento más caliente de toda la temporada, pero al venir esta situación se han congelado los torneos y el ránking. Se está diciendo que, como mínimo, las competiciones internacionales no se retomarían hasta julio o agosto, con lo que hay que tomárselo con calma", explica.
"A los deportistas nos insisten en que intentemos mantener nuestro sistema inmune lo más fuerte posible para evitar el coronavirus", dice Álvaro Robles
Pese a ser deportista de alto nivel, no ha recibido por parte de su club o de la Federación ninguna recomendación especial para combatir el COVID-19. "Nos dan los mismos consejos que se están dando de manera general a toda la población, aunque nos insisten en que intentemos mantener nuestro sistema inmune lo más alerta posible, lo más fuerte posible, comiendo bien y descansando bien por que si el virus ataca, para que no pueda con nosotros".
Para acabar, de la boca de Álvaro Robles salen unas palabras que, a buen seguro, pronunciarían muchísimas personas: "los primeros días de confinamiento me han servido sobre todo de desconexión y descanso. Creo que nos está viniendo bien para darnos cuenta de que vivimos a un ritmo muy alto, a veces un poco de locos, con lo que se agradece tener este tiempo y poder tomarlo todo con más calma".