Los antecedentes de Arnautovic, el 'bad boy' de Austria: una vida de excesos e insultos


El jugador austríaco ha vivido rodeado de la polémica en su carrera deportiva
En la Liga holandesa llegó a insultar presuntamente a un jugador de Sierra Leona
Participó en carreras ilegales y llegó en un Rolls Royce dorado a la concentración de Austria
Arnautovic cumplirá la sanción de un partido impuesto por la UEFA por insultar a un rival. El jugador austríaco se perderá el encuentro ante Países Bajos de la segunda jornada del Grupo C de la Eurocopa.
El futbolista ha negado que sea racista y pidió perdón por sus gestos cuando marcó ante Macedonia del Norte. "Crecí con personas de diferentes países y culturas y defiendo la diversidad con total claridad. Todos los que me conocen lo saben. (...) Junto a la Federación de Fútbol de Austria defiendo la tolerancia y la integración en todos los ámbitos de la sociedad", declaró el jugador.
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Según medios serbios, Arnautovic, de madre austríaca y padre serbio, insultó al jugador macedonio Alioski, de origen albanés por la guerra de Kosovo. Pero el conflicto no ha dado más de sí. Alioski aceptó las disculpas la misma noche del encuentro.
Insultó presuntamente a un jugador de Sierra Leona cuando jugaba en Holanda
Pero el hecho de que el austríaco niegue que sea racista porque tiene "amigos en casi todos los países" y apoya "la diversidad", según señaló, tiene un amplio historial de polémicas a lo largo de su carrera que ponen en duda sus palabras. En 2009, en un partido de la liga holandesa, insultó presuntamente a Kargbo, un futbolista de Sierra Leona que militaba en el Willem II, aunque nunca se pudo probar. La federación neerlandesa cerró el asunto por falta de pruebas.
Los excesos y su relación con Mourinho
Cuando jugaba en el Inter de Mourinho, Arnautovic acostumbraba a llegar tarde a los entrenamientos, aunque un día, por despiste, llegó cinco horas antes de lo previsto porque se confundió. Mourinho le llegó a regalar un reloj. En el Werder Brehmen acabó a golpes con un compañero, el griego Sokratis. Participaba en carreras ilegales de coches: "Gano tanto dinero que podría comprar tu vida", le llegó a decir a un policía.
Arnautovic decidió marcharse a la Superliga China para ganar más dinero. Apenas entrenaba y no se cuidaba: llegó a confesar que bebía bebidas azucaradas a diario. Y lo último: llegó a la concentración de Austria conduciendo un Rolls Royce de color oro.