Un Athletic liderado por Muniain apea al Barça de la Copa en la prórroga


Un gol de Pedri dio aliento al Barça para disputar una prórroga para acabar cayendo tras un penalti transformado por Muniain
Pedri y Ansu Fati terminaron el partido lesionados
El Athletic Club avanzó a cuartos de final de la Copa del Rey este jueves a costa de un FC Barcelona al que ganó por 3-2 en la prórroga y que pese al lavado de cara de Xavi, sigue en horas muy bajas de fútbol.
Los de Marcelino García Toral superaron en juego y energía a un rival que apenas generó en ataque y fue muy débil en defensa. Pese a tener algo más de descanso tras la Supercopa de España, el Barça estuvo a merced de un Athletic que se adelantó a los dos minutos con Iker Muniain.
MÁS
En la primera posesión larga visitante, Ferran firmó otro golazo (1-1) pero ese sería el único tiro a puerta de los catalanes en 90 minutos. Mientras, el Athletic perdonaba ante Ter Stegen.
En la reanudación, el Barça encontró más a Pedri, más por cierta tregua en el desgaste local, pero la entrada de Iñaki Williams, en tremenda conexión con su hermano, supuso un problema más para el rival. Pese a que asomó el canario y que entró Ansu Fati, el equipo de Xavi seguía sin generar peligro ante el bloque bajo rival.
En la recta final, el mayor de los Williams se estrelló con el larguero y, en una de las muchas faltas regaladas por la defensa visitante, el Athletic terminó haciendo el 2-1 casi sin querer, con Íñigo Martínez pisando el balón.
Como podía temer el Barça, la visita a Bilbao iba a ser de las sufridas. En verdad, el equipo de Xavi no tiene partido fácil, encomendado a esos jóvenes que han perdido cierta pegada y sin la que era su mejor baza, a pesar de tener lo suyo también, Dembélé. Sobre la bocina, Pedri salvó la prórroga, engordar para morir en un Barça que encima terminó con Ansu Fati y el propio Pedri lesionados.
Una mano de Alba, con el VAR de por medio, significó el penalti con el que Muniain dio la victoria y el pase a los de Marcelino. La reedición de la última final de Copa supuso el pase rojiblanco, el desquite vasco tras perder la de Supercopa la pasada semana, destronando a un Barça que quiere pero no puede, sin recursos ante la adversidad.