El piloto Carlos Sainz (padre), Premio Princesa de Asturias de los Deportes 2020

El premio para el tricampeón del rally Dakar está dotado con 50.000 euros
El tricampeón del rally Dakar Carlos Sainz ha sido galardonado con el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2020, que se ha fallado este martes. Este es el quinto de los ocho galardones internacionales que convoca este año la Fundación Princesa de Asturias y que cumplen con esta su XL edición. A este premio optaban un total de 17 candidaturas procedentes de 10 países.
Este premio reconoce a uno de los pioneros en el deporte español, el Matador, al que ni la edad (58 años) ni ese halo de infortunio que parecía rodearle son capaces de frenar sus ganas de competir.
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El piloto madrileño es dos veces ganador del Campeonato Mundial de Rally y triple ganador del Rally Dakar.
Sainz ha agradecido en sus redes sociales el premio, que comparte con sus seguidores.
Muy orgulloso y contento por recibir el Premio Princesa de Asturias!!! Muchísimas gracias a todos y especialmente a @fpa pic.twitter.com/6iJpt6JV4V
— Carlos Sainz (@CSainz_oficial) 16 de junio de 2020
Sainz dejó sus estudios de Derecho en segundo de carrera y también aparcó el mundo del squash, donde había brillado con dos títulos de campeón de España en su juventud. Primero con un Seat Panda y luego con un Renault 5 fue creciendo, para después, en 1987, y con el impulso que le dio su buen amigo Carmelo Ezpeleta debutar en el Mundial con un Ford Sierra Cosworth, siempre acompañado por Luis Moya como copiloto hasta su separación en 2002.
Sus aptitudes le permitirían dar el salto a una marca importante como Toyota. Y con el Celica de la marca japonesa entró en la historia del deporte nacional con su primera corona mundial en el WRC en 1990, a la que seguiría otra más en 1992 y su paso a la prestigiosa Lancia, con la que no pudo brillar. Fichó por Subaru para sumar dos nuevos subcampeonatos mundiales (1994 y 1995) y, tras un nuevo paso por Ford, retornó a Toyota donde rozó el tercer título mundial, perdido de una forma dramática que marcó durante mucho tiempo su figura.
A Sainz también se le recuerda por aquella imagen a las puertas del final del último tramo del Rally de Gran Bretaña. Con llegar le habría bastado para proclamarse campeón mundial ante el finlandés Tommi Makkinen, pero su coche se paró inexplicablemente, con Luis Moya gritando aquella frase que siempre irá unida a su historia ("Trata de arrancarlo, Carlos, trata de arrancarlo, por Dios") y que agrandaron una aureola de mala suerte que él siempre ha negado, recordando que ha tenido más satisfacciones que decepciones.
Además, sus números hablan más de triunfos que de fracasos. Hasta la llegada de 'Seb' Loeb ostentó, con 26, el récord de triunfos en el WRC, donde rozó el centenar de podios (97), y en una votación con expertos y aficionados durante este confinamiento fue elegido como el mejor de la historia del Mundial, buena prueba de lo que representa su figura en este mundo.
Su trayectoria en el campeonato se terminó el 21 de octubre de 2004 al volante de un Citroën Xsara. Con 42 años se tomó un descanso, pero no fue demasiado largo ya que decidió probar el reto del Rally Dakar, donde debutó en 2006 y un 11º puesto. Volkswagen fue la primera marca en apostar por él y pronto Sainz empezó a demostrar sus aptitudes para sumar victorias en el 'raid', entonces aún en África, territorio que le quedó por conquistar tras la marcha obligada de la caravana ante la amenaza terrorista que suspendió la edición de 2008.
Sí lo hizo en su nuevo destino, Sudamérica. En 2010 alargó su leyenda con su primer triunfo y como el primer español en conseguirlo en coches, pero probó la dureza de la carrera y tardó ocho años, con abandonos cuando tenía buenas opciones de victoria que alimentaron de nuevo el recuerdo de su mala suerte, en volver a saborear las mieles del triunfo con Peugeot. Menos le costó su tercera corona, hace unos meses y antes de que el deporte se parase por el coronavirus, en el nuevo emplazamiento en el desierto saudí. 36 victorias de etapa, el tercero que más ha conquistado en la historia en el 'raid' de las cuatro ruedas, certifican su adn de ganador nato.
"Me he ganado el derecho a decidir cuándo debo parar. Ya he demostrado que no engaño a nadie, que si digo que puedo ganar es porque puedo hacerlo y que se puede esperar el máximo de mí", reiteraba recientemente ante la casi ya sempiterna pregunta sobre cuando dirá 'basta' tras casi cuatro décadas de competición.
Su apellido siga sonando con fuerza en el mundo del motor gracias a su hijo Carlos, que recientemente ha fichado por la escudería Ferrari para seguir compitiendo en la Fórmula 1.
De forma excepcional, con motivo de la emergencia sanitaria provocada por la pandemia de la COVID-19, la reunión del jurado que ha premiado a Sainz se ha desarrollado mediante videoconferencia.
El premio está dotado con una escultura de Joan Miró -símbolo representativo del galardón-, un diploma, una insignia y la cantidad en metálico de 50.000 euros.