El Barça-Madrid desata una violenta pasión por el fútbol en Irak


Miles de iraquíes siguen el partido que enfrenta al FC Barcelona y al Real Madrid
La afición futbolística en el país está muy dividida y con frecuencia el enfrentamiento ha tenido consecuencias fatales
Bromean los iraquíes asegurando que el país no está dividido entre suníes y chiíes sino entre seguidores del Real Madrid y del FC Barcelona. La hipérbole tiene bastante de verdad, sobre todo teniendo en cuenta que en los últimos años se ha aplacado relativamente la guerra sectaria entre las dos corrientes del Islam, mientras que el enfrentamiento “fratricida” de los seguidores de los dos grandes equipos nunca cesa.
Sayed y su hermano mancharon de sangre un clásico Madrid-Barcelona hace tres años. A Sayed le penetró el cuchillo en el costado, casi a centímetro por gol encajado por su equipo. Fue su propio hermano el que nos contó que tuvo que llevarle deprisa al hospital aunque él también sangraba porque Sayed respondió del mismo modo, atacándole y acuchillándole en el cuello. No se mataron de milagro en medio de una discusión de fútbol y aunque siempre habían tenido problemas en casa cuando jugaban los dos equipos, nunca habían llegado tan lejos.
Las disputas futbolísticas en este país habituado a la violencia se resuelven a menudo con reacciones extremas, según nos explican, pero las terrazas en la ribera del Tigris exhiben una multitud al fresco que se junta cada noche de partido en actitud de lo más pacífica.
Desafían el toque de queda
En medio de las protestas que sacuden Irak desde el mes de octubre hay muchos que desafían el toque de queda en Bagdad para ver a su equipo partirse la cara en el campo contra el rival preferido. Haidar ha recorrido las calles desiertas en esta noche de noviembre para llegar al café Mano donde unos pocos, muy fans, se han acercado a seguir el partido del Real Madrid. Dice que lo lleva en la sangre desde pequeño cuando pirateaban canales de televisión turcos para poder estar al día de la liga española. La sangre merengue de Haidar y la sangre que lo impregna casi todo en este Irak rabioso, porque en mayo de 2016 dos atentados contra peñas madridistas dejaron una veintena de muertes. En el ataque de Daesh en la ciudad de Balad asesinaron a dieciséis aficionados.
En cuanto a los aficionados del Barça es habitual que estén al tanto del conflicto en Cataluña y sorprende como la mayoría han asumido como propio que “Catalonia is not Spain”.
La mayoría de los seguidores del Madrid y del Barça en esta Mesopotamia remota sigue el clásico, hambrientos como están de fútbol y habituados, como están, a la violencia que cruza el campo en cada partido.